Discurso de Presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos

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Buenos días

Ciudadanos diputados

Ciudadano senadores

Pueblo mexicano

Mi nombre es Bruno Iván Santos Villarruel y me llena de gran orgullo ser nombrado Presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos

A partir de hoy manifiesto mi total compromiso en realizar lo que sea necesario para engrandecer nuestra nación y luchar siempre por la justicia y el bienestar de todos quienes formamos parte de ella.

A continuación les diré las propuestas y logros que haré durante mi puesto o cargo como Presidente de la República:

•Mejorare la educación en todos los niveles

•Aumentare el salario mínimo de los trabajadores

•Disminuiré el precio de la gasolina

•Y brindaré seguridad a toda la República

Sé que la población ya no cree en las promesas, y en verdad, yo tampoco lo hago, me he acostumbrado a tanta palabrería, sin embargo, no he perdido la esperanza en que un día tendremos un país próspero y moderno. Sin necesidad de esperar tanto. Creo firmemente que con un buen trabajo, esta generación podrá ver los cambios.

Nuestros gobiernos pasados no se han preocupado lo suficiente por los jóvenes que son el futuro de esta nación, por eso nos comprometemos a incrementar la inversión educativa.

Yo quiero cambiar a México, como México cambio mi vida

No con despensas, ni falsas ayudas si no con un gran impacto que marque un cambio en el país  

Nuestros desafíos puede que sean nuevos. Los instrumentos con que los afrontamos puede que sean nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito: el trabajo duro y la honestidad, la valentía, el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, esas son cosas viejas. Son cosas verdaderas. Han sido la fuerza silenciosa del progreso durante toda nuestra historia. Lo que se exige, entonces, es el regreso a esas verdades. Lo que se nos pide ahora es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento, por parte de cada mexicano, de que tenemos obligaciones hacia nosotros mismos, nuestro país y el mundo; obligaciones que no aceptamos a regañadientes, sino con alegría, sabiendo con firmeza que no hay nada más gratificante para el espíritu, nada que defina mejor nuestro carácter, que dar todo lo que podamos ante una tarea difícil.

Señor presidente de la República

Los representantes del pueblo lo despiden llenos de fe en el porvenir.

Para finalizar quiero dar las gracias a todo el pueblo mexicano que me ha brindado su confianza y me ha dado su voto ya que gracias a ustedes lograremos un gran cambio.

Gracias. ¡Y que viva México!

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