Discurso en la ceremonia de entrega de diplomas

Padre, Estimados profesores, padres de familia, compañeros y amigos que nos acompañan en este acto de graduación, buenas tardes.

Hoy es un día muy especial para todos los presentes, es uno de esos días esperados con gran entusiasmo y que deja una huella imborrable en nuestra memoria. Hoy, 5 de diciembre del 2013, celebramos la finalización de una etapa de nuestra vida. Hemos vencido los obstáculos presentados para llegar a la meta propuesta , aquí estamos ahora viviendo esta realidad, con nuestros propósitos cumplidos , conviviendo con un conjunto de sentimientos de pena y de alegría, y con la tristeza que nos produce el hecho de finalizar , un periodo indudablemente inolvidable. Parece mentira que todo haya pasado tan rápido, parece que fue ayer cuando todo esto comenzó…

Todo lo que se diga es poco para la infinidad de cosas que juntos hemos vivido. Nos hemos reído hasta no poder más, hemos llorado hasta que nuestras lágrimas se secaron, nos hemos agobiado y hasta peleado en momentos en los que pensábamos que no íbamos a ser capaces de lograr algún objetivo, nos hemos consolado unos a otros buscando siempre la parte positiva de todo lo que nos ocurría, hemos sufrido y luego aprendido de los errores para crecer como personas, Son tantas las experiencias que juntos hemos pasado, que sería imposible por tiempo enumerar en esta hoja papel.

¿Dónde quedara este nuestro último y único retiro de grado once? Hemos pasado de ser conocidos, a ser grandes compañeros, un gran grupo en el que si a alguna persona le pasaba algo, todos los demás daban todo lo que en su mano estuviera para poder ayudar. El camino que hasta ahora recorríamos juntos día a día, lo haremos a partir de ahora en solitario. Cada uno escogerá el camino que le permita cumplir sus sueños, dependiendo de las perspectivas de futuro que se tengan. No podemos quedarnos parados en este punto de nuestra vida, debemos continuar caminando hacia adelante, con la cabeza bien alta y recordando todos los buenos momentos que hemos pasado, que no son pocos. Jamás olvidaremos estos nuestros años de niñez, juventud y adolescencia, gracias a todos, han hecho de estos los mejores años de nuestras vidas, sin ninguna duda… todas nuestras vivencias van a ser inolvidables para siempre.

Agradecemos a Dios, presente en todos los actos de nuestras vidas, por transmitirnos la esperanza y la sabiduría aún en momentos difíciles cuando creíamos perder la fe.

Especial agradecimiento a Monseñor Sebastián porque a través de él y su obra el F.I.T.S ¡aprendimos a nadar y hoy estamos dispuestos a tirarnos al mar!, a el dedicamos cada uno de nuestros logros como la mejor respuesta a su herencia.

A mis padres, por darnos con su esfuerzo la maravillosa bendición de la educación, por su comprensión, persistencia, paciencia, críticas, y apoyo siempre en la búsqueda de mejores seres humanos, de ellos también es

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