Dudas

‘’En caso de duda, no determines cosa alguna’’. Una excelente frase que muchos recordamos ante cualquier situación donde no se está seguro.

Continuamente nos acechan dudas. Hay algunas que podemos obviarlas, dejarlas a un lado, retirarle su transcendencia y no prestarles gran atención. Otras, tienen respuesta, algunas más simples, otras más complejas. Y luego hay otras que no la tienen, o que no la encontramos al menos, como aquellas que nos persiguen día y noche, aquellas que nos atormentan y terminan por hacernos compañía en todas partes.

¿Alguna vez has sentido el ‘’bichito de la duda’’ o has escuchado de que trata si quiera? Este se puede entender como ‘’la incertidumbre’’ de lo que deseas saber. El futuro en sí mismo es pura incertidumbre y cada segundo que aún no hemos vivido puede llenarse de cualquier acontecimiento, esperado o inesperado. Es evidente, que por mucho que nos preocupemos frente a esa inseguridad que nos ronda, no vamos a solucionarla mejor. Para los existencialistas el hombre es una realidad completa inacabada, con conciencia y libertad, cuyo destino es hacerse y realizarse en medio de múltiples contradicciones de su propia vivencia, lo que le engendra la incertidumbre y la angustia frente al absurdo, al fracaso, lo misterioso y lo inexplicable de su propia existencia.

La duda es un universo de riqueza ya que contiene todas las posibilidades. Es un enorme vacío en el que cualquier cosa tiene cabida y puede suceder. Es la nada que lo contiene todo.

Cualquier cosa que decidamos hacer en nuestra vida, necesita de un espacio de posibilidades que le permita existir en ese futuro que aún está por construir, necesitamos dudar para estar seguros de lo que queremos muchas veces, tener que analizarlo para poder plantearnos los diferentes puntos de vista y estar realmente seguros.

La duda se puede tomar de muchas maneras diferentes, puede ser el hecho de no saber si lo que se espera de nuestras vidas se concretizará, no saber qué nos depara el mañana. Es referirse obviamente a lo que no se está del todo convencido o seguro, a lo cambiante de la vida en todos sus aspectos, como lo relativo al poder, a la familia, al amor y sobre todo a la vida misma.

Ahora el hombre, por el temor a lo incierto, ha llegado a buscar métodos y técnicas que permitan controlar un futuro incierto, es decir tratar de controlar la incertidumbre propia de la existencia. Muchas veces no nos damos cuenta, pero estamos atrapados por las dudas, la desconfianza de uno mismo, la incertidumbre del qué pasará mañana, estas nos rodean, nos envuelven, nos asfixian muchas veces, y nosotros en cambio tratamos inútilmente de no sentirla en nuestras vidas, intentamos ignorarla, inclusive de manera ingenua buscamos huir de ella, pero ella siempre está allí, en cada paso que damos, en cada aliento de vida que tomamos de la naturaleza, en cada una de nuestras acciones.

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