Durkheim

La sociología es una ciencia empírica, está situada en las prácticas sociales; que emerge de la crisis. Lo que se podría llamar ciencia política, teoría del gobierno y de las relaciones entre el gobierno y la sociedad, es el primer campo del saber en el que se constituyeron las ciencias sociales. Nicolás Maquiavelo fue el precursor reconocido. Este surgimiento de la teoría política se debió a un desenvolvimiento social: la organización del poder bajo el modo de producción capitalista. Autores como Locke, Hobbes, Rousseau van a hablar sobre el sentido de las relaciones sociales entre los hombres; donde lo social y lo político que aparecía como algo invariable y donde lo privado y lo público no era distinguido por ningún sistema van a ser pensados como un proceso de construcción colectiva. El hombre precede a la sociedad, la crea y la organiza.

La fundación de la sociología es posibilitada por el movimiento positivista y por la Revolución Francesa e Industrial. En Europa el sistema feudal estaba sustentado por la producción agraria. El señor feudal otorgaba un feudo, una extensión de tierra, al vasallo; como parte del beneficio que le debe a éste por el cumplimiento de sus obligaciones. En la segunda fase de la Revolución Industrial, la sociedad estaba sometida a una cuestión de linaje: no se cuestionaba el poder de la Iglesia y del príncipe. Se produce una mecanización de los procesos y surge la propiedad privada desplazando a la propiedad feudal y a los gremios. Así surge la burguesía, según Marx: la clase dominante de la sociedad capitalista, propietaria de los medios de producción. Aparece al agruparse los artesanos y comerciantes que, al estar separados de la nobleza y de la población rural, decidieron obtener un estatuto jurídico propio que les facilitase los intercambios comerciales.

Por otro lado, con la Revolución Francesa se destruye la monarquía, formando una República y estados soberanos. Se da una ruptura de un contrato entre la sociedad y la política: hay un descontento social, económico y político; sociedad estigmatizada. Emerge un vindicador de un nuevo orden social, el proletariado de las fábricas (el obrero, trabajador), que entra en conflicto con la burguesía y desata un caos social. El capitalismo abolía esa identidad entre lo público y lo privado y con ello la idea de la armonía de un orden integrado.

Al romper la alineación con el Estado, los temas de la sociedad pasan a ser motivo autónomo de investigación. La filosofía social o política no puede dar respuesta a los conflictos colectivos impulsados por las crisis de las monarquías y de la Revolución Industrial. Por lo tanto, la ciencia social debe constituirse positivamente, estudiando a la sociedad como se estudiaba a la naturaleza; encontrando su método de estudio en la biología e incorporando al método experimental.

Positivismo significa reacción contra el negativismo de la ilustración: no se lograba el avance porque siempre se ponía énfasis en la crisis, miserias e injusticias. Juzgaba la razón transcendental (ir con preconceptos a conocer cosas nuevas). Esta rebelión se apoyó en tres puntos dentro del positivismo: libertad, fraternidad e igualdad. Según Comte, sólo las ciencias empíricas son la adecuada fuente de conocimiento. Lo positivo es lo inseparable de lo orgánico, de lo preciso, de lo cierto, de lo real. Elimina toda indagación a lo absoluto.

La autonomía de la sociología es fundada por Comte, quien resume y “copia” ideas de Saint Simón. La filosofía positiva que planteaba Comte se daba en las ciencias naturales, la epistemología: rama de la filosofía que estudia el conocimiento. También en las ciencias sociales: ciencia política, relaciones del príncipe y los súbditos, y del gobierno y la sociedad (Maquiavelo, Rousseau, Hobbes, Locke); la economía: relaciones del mercado, comercio, distribución y producción, libremercado (Smith, Ricardo); la sociología: observación, hipótesis, experimentos.

Según Comte, la sociedad es un organismo morfológico: análisis de sus partes y un organismo fisiológico: análisis de sus funciones.

En su discurso sobre el espíritu positivo Comte señala que la sociedad debía ser considerada como un organismo y estudiada en dos dimensiones: la de la estática social (análisis de sus condiciones de existencia, de su orden) y la dinámica social (análisis de su movimiento, de su progreso). Orden y progreso están estrechamente relacionados y generan la organización social.

La ciencia positiva considera que el conocimiento es más científico cuando mayor es su especialización. Las ciencias tienen así una jerarquía, que es lo que formula la famosa ley de los tres estadios: el estadio teológico que constituye la forma del saber, las ideas teóricas son de orden sobrenatural y la imaginación predomina sobre la observación. El estadio metafísico: es una etapa de transición en el cual la observación gana terreno y el fin es industrial. Los fenómenos se explican utilizando filosofías abstractas. Intenta explicar la naturaleza de los seres, su esencia, sus causas. Crítico y negativo. El estadio positivo: sería la culminación de la historia. Explicación de los hechos mediante la aclaración material de las causas. Según Comte es el estadio definitivo. La imaginación queda subordinada a la observación. El positivismo busca sólo los hechos y sus leyes, se atiene a lo positivo; a lo que está dado. Esta última sintetizaría los polos de orden inmóvil y de progreso que caracterizaron las dos primeras etapas. Según Comte la etapa positiva colocaría a la sociología por encima de las demás ciencias. Esta física social va a lograr que las sociedades progresen controladamente.

La sociedad es un todo orgánico, superior y exterior a los individuos que la componen, que están unificados por valores que le dan cohesión y estabilidad y proporcionan sustento a las normas. Estas normas reglan las conductas a los individuos y a algunas instituciones. Cuando se alteran esas normas, los valores o las instituciones la sociedad entra en un proceso

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