EL DILEMA DE ESPAÑA LUIS GARICANO

EL DILEMA DE ESPAÑA

LUIS GARICANO

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EL DILEMA DE ESPAÑA. LUIS GARICANO.

El dilema de España narra una reflexión de Luis Garicano sobre cómo salir del agujero en el que se encuentra España, entendiendo la crisis como una oportunidad de mover al país hacia una sociedad más eficiente a la vez que más humana.

Este libro plantea una visión realista y concreta de cómo refundar el capitalismo y la democracia en España para adaptarlos a la economía globalizada actual, basada en el conocimiento y la información, y ponerlos menos al servicio de los poderosos y más al de los españoles. Se trata de ser más productivo para vivir mejor.

En primer lugar habla sobre las innovaciones, la generación de nuevas ideas como la clave fundamental para que la economía crezca indefinidamente. Es decir hacer más con los mismos recursos, crear más con menos. Y para ello plantea dos pilares determinantes de esta actividad innovadora en el crecimiento de la economía: el capital humano y las instituciones, los cuáles han quedado gravemente dañados por la burbuja.

Además puesto que nos encontramos en un mundo lleno de datos, las habilidades clave son analizar y escuchar, abierto a cualquiera que posea dichas habilidades. Por tanto, la tecnología de la información es crucial para el mercado de trabajo ya que conlleva un incremento de la demanda de talento y de la desigualdad salarial. El cual está fuertemente relacionado con la globalización ya que incrementa ambos efectos.

En segundo lugar cabe esperar que el crecimiento económico del que disfrute España en las próximas décadas sea menor que en el pasado, por dos obstáculos: la demografía y el endeudamiento.

En esta segunda parte el autor resalta las causas de la burbuja, tales como los intereses por los que se mueven los altos cargos en lugar de por la ideología, y como antes de que llegara dicha crisis el crecimiento era sin conocimiento, es decir la mayoría de los españoles rechazaban los estudios porque los trabajos mejor remunerados eran aquellos en los que se prescindía de estudio. Por tanto se produjo una caída del retorno de la inversión en educación. Pero para poder remendar este gran error en el que España se vio fuertemente inmerso es necesario invertir todo lo posible en formación, puesto que sin ella no hay futuro ni para España ni sus parados.

Una de las claves con respecto a los trabajos es resolver el problema de la dualidad, eliminando casi todos los contratos temporales y establecer un contrato con indemnizaciones crecientes por año trabajado. Dicha propuesta permite mantener la flexibilidad que necesitan sectores clave en la economía española.

Otra de las razones que dificultan cualquier intento de reforma, incluso más importante que los intereses creados por el sistema, es la formación de nuestros políticos, la cual deja mucho que desear, y es por ellos que grandes propuestas de mejora son rechazadas por éstos sin ningún tipo de fundamento lógico, y todo ello por su falta de conocimiento y formación para desempeñar los altos cargos que ocupan.

Cabe destacar también que la mala formación junto con  el provincianismo de las élites ha sido una de las grandes consecuencias por las que España vive ésta gran crisis, y no se puede intentar superar una crisis sin personas competentes al frente. Es por ello que el autor propone un aumento de los salarios de los políticos, ya que cuánto más alto sea este, las personas mejores cualificadas querrán acceder a esos cargos.

Otro aspecto importante en España, es que los corruptos deberían rendir cuentas ante sus malos actos y ser juzgados de la misma manera que el resto de españoles, porque la corrupción sin castigo desmoraliza a los que hacen bien su trabajo, a los que pagan. Además dicha corrupción daña peligrosamente el crecimiento económico y obstaculiza la salida de la crisis.

Por tanto a modo de conclusión de esta segunda parte, España no podrá tener éxito en la economía del conocimiento mientras el sistema político económico no se reforme de forma radical y no se produzca una separación clara entre el poder político y la sociedad, ya que las grandes ideas no surgen al amparo del poder. Pero el gran problema es que sabemos la gran necesidad de una profunda reforma pero los políticos no tienen ningún interés en ella. Es por ello que España debe realizar la transición económica que tiene pendiente, hacia una economía de mercado transparente y competitiva, en la que el mérito, el trabajo y la innovación sean el único camino a la riqueza y al éxito social y personal. España necesita un modelo de desarrollo más libre, más humano y más eficiente.

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