EL FENÓMENO PAUTA

El primer significado de pauta es la "forma" que toman característicamente las instituciones de una cultura. El segundo significado es psicológico, como cuando decimos que la pauta de conducta en las iglesias exige un hablar en voz baja. Esta dual significación del concepto "pauta" es la que nos permite emplearlo de modo que podemos movernos hacia adelante y hacia atrás, entre el examen de los aspectos objetivos, estructurales de la cultura, y el estudio de sus valores psicológicos.

Conceptualmente, por tanto, la reducción a pautas o patrones actúa de modo que limita a un mínimo la confusión que dificulta encontrar el camino propio en el negocio suficientemente complicado que es el vivir, dotando de un centro común a los perfiles, contornos o diseños de unidades de experiencia afines.

Al acomodar nuestra conducta a este modelo (a esta pauta), resultamos competentes en este aspecto de nuestra cultura. Esto es, nos conducimos de acuerdo con las pautas de etiqueta que sigue nuestro grupo en lo que atañe a los hábitos en la comida. Logramos esté resultado gracias al condicionamiento permanente del proceso, endocultural, que proporciona a cada uno de nosotros una serie de patrones de conducta individual que se parecen, en mayor o menor grado, a los de cualquier otro miembro de nuestra sociedad.

El científico abstrae los diseños de la observación de la conducta de las gentes describiendo pautas de conducta, que, en sus formas institucionalizadas, moldean la conducta y plasman las actitudes, creencias y puntos de vista.

Las pautas que ordenan la conducta y que, a su vez, surgen de la conducta, no son rígidas. Son flexibles, tolerantes, hasta desafiables. Deben considerarse, más bien, como una serie de límites entre los cuales puede variar la conducta aceptada; límites que permiten la manifestación de las inclinaciones y el talento del individuo y, sin embargo, impiden que el aparato cultural se desmorone.

La pauta constituye una pauta o patrón en el sentido técnico de la palabra; pero con sus contornos flexibles y alterables, que permiten que la experiencia adopte formas llenas de sentido a despecho de los cambios que continuamente señalan su expresión.

A causa de esas diferencias algunos investigadores tratan de negar la validez de considerar los patrones culturales como coincidencias de patrones de conducta individual. Las ocupaciones de hombres y mujeres (para no hablar nada de sus pautadas preocupaciones) difieren en tal grado que no es aconsejable, dicen, hablar de una pauta común a ambos.

Restringidos a los que son miembros de una clase dada o practican una ocupación dada. El hecho mismo de que los distingamos como tales implica que reconocemos diferencias constantes en sus perfiles de vida que sirven para diferenciar un grupo de otro dentro de una sociedad determinada.

El problema más amplio de las pautas de una cultura como coincidencias

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