EL INDIO RECONOCIDO

El indio, término que se dejó desde la colonización a esas culturas que ya estaban asentadas y tenían como suyo la mayor parte del territorio nacional. El indio como remanente de una civilización ya dada por muerta, de aquel pasado. Y es que al indio se le ha restado importancia conforme el pasar de los años, sin quererse adentrar a la posibilidad de conocer una cultura, sus costumbres, sus fiestas, su comida, su dialecto, así como padecer sus anhelos y gozar sus ilusiones; vivir la vida de un indio.

Tener una cifra exacta de cuantos indios tenemos en el país, una cifra aproximada de nuestros indios, es algo difícil de tratar ya que no se recaba la información de manera correcta, y es que si ponemos enfrente a las personas que se sienten más que ellos: “la gente de razón”, a los que los hacen sentir menos por el hecho de hablar otra lengua o tener una manera de vivir diferente a “la moderna” , orilla a la persona que pertenece a determinado grupo étnico a que reniegue de su propia cultura, de su lengua, adoptando otra identidad.

Y aunque el idioma desempeña un papel importante a la hora de caracterizar a un pueblo, en realidad son elementos sociales y culturales los que determinan la pertenencia a un pueblo en específico. Pues cada pueblo tiene un origen y una historia en la que al paso de los años van haciendo suyos: territorios, recursos naturales, edificios públicos y ceremoniales, herramientas de trabajo y objetos que enmarcan y hacen posible su vida cotidiana. Y al paso de las generaciones, cada una aporta algo importante y significativo a la siguiente, desde la organización social hasta las creencias y conocimientos. Lo que llamamos herencia.

La identidad es algo que nos diferencia a cada uno y en ella se determinan patrones que te van a permitir encuadrar en un grupo, así como también cuando ya eres parte de, y cuando dejas de ser. Esto es posible gracias a que cada pueblo establece límites y normas.

La identidad significa ser parte de una sociedad que tiene por patrimonio una cultura, propia, exclusiva de la cual se beneficia y sobre la cual tiene derecho a decidir, según las normas, derechos y privilegios que la propia cultura establece. Olvidamos eso precisamente que todos somos parte de un grupo, no sólo el indio. Y es así como el indio no se define por una serie de rasgos culturales externos que lo hacen diferente ante los ojos de los extraños; se define por ser parte de una colectividad organizada que posee una herencia cultural propia que ha sido forjada y transformada históricamente.

Al hablar de la situación en México, la situación de los pueblos indios, volvemos a lo mismo, a que a partir de la colonización a estos se les ha visto como alguien inferior, se les ha despojado de sus patrimonios, y se les ha dado rasgos ajenos, han oprimido su cultura. A partir de eso surge una pregunta, ¿Cuántos pueblos indígenas existen en realidad? Es algo difícil pues se tienen en conocimiento 56 lenguas indígenas y cada una con sus respectivas variantes. Y a pesar de cada cultura tiene una historia, se argumenta que había una cultura única en la que participaban todos los grupos mesoamericanos que constituye un trasfondo común de la herencia cultural de cada pueblo.

La colonización y todo lo malo que trajo, como enfermedades, guerras y condiciones duras de trabajo propició la desaparición de culturas enteras y a otras las orilló refugiarse en zonas aisladas o también llamadas “regiones de refugio”. Y en la actualidad están distribuidas en el país de manera desigual. La ocupación colonial del territorio, y el crecimiento paulatino del “México útil” para el colonizador, han roto en casi todas las regiones la continuidad original de los pueblos indios. Debido a la expropiación de las tierras indias, las políticas de división administrativa del territorio, el establecimiento de ciudades y centros de explotación, las vías de comunicación y grandes obras publicas. Las pocas regiones indígenas son más o menos parecidas entre sí, un mundo rural compuesto de por comunidades donde su actividad principal es la agricultura, y siempre buscan el aprovechamiento optimo de sus recursos locales, dando otra cara; adaptándose al medio, su organización de trabajo, y la tecnología no los hace “primitivos” ya sino que podemos observar, ofrece un panorama muy variado y mucho más rico.

Cuando hablamos de la agricultura abordamos otro tema: la alimentación, se maneja un ciclo anual en el que se organiza que es lo que se sembrará en cada temporada, estudiando el clima, las lluvias, la calidad de la tierra, y así compensar un alimento por otro cuando éste no abunde, agregándose también los animales e insectos de temporada.

Al analizar las culturas indígenas es difícil establecer los límites entre lo que se cree, de lo que se sabe, a lo que llamaríamos un sólido conocimiento empírico, encontraremos también practicas rituales y creencias que llamaríamos mágicas. Hay una actitud total entre el hombre y la naturaleza, que es el punto de referencia común de sus conocimientos, sus habilidades, su trabajo, su forma específica de satisfacer su necesidad inevitable de obtener el sustento pero también está presente en la proyección de sus sueños, en su capacidad para imaginar, y no solo para observar la naturaleza en la voluntad de dialogar con ella, en sus temores y esperanzas ante fuerzas fuera del control humano. Esto quiere decir que el hombre ve a la naturaleza como un complemento importante en su vida diaria, y no es que sea ignorante o que haya ausencia de sentido práctico, solo es que se ubican en un contexto diferente. Además

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