EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE ADAM SMITH

EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE ADAM SMITH

La Riqueza de las Naciones es un libro escrito por Adam Smith en 1776 que sentó las bases de la economía clásica. Según él, el mercado “actuaba como si estuviera guiado por una mano invisible”. Propuso que el Estado debe proveer una estructura ordenada y bienes y servicios públicos específicos, es decir, negaba la participación del mismo en la economía, y rechazaba el proteccionismo. Señalaba que el origen de la riqueza está en el trabajo humano en todas sus formas. Los mercados más grandes funcionarían mejor, y serían productivos con su debida división del trabajo.

“La gente es naturalmente propensa a intercambiar bienes” El concepto de mercado se define como el intercambio de bienes y servicios, y es una actividad que se lleva a cabo desde las primeras sociedades:

1. Trueque
2. Especies o bienes naturales
3. Piedras preciosas

1. Uso de la moneda

En esta perspectiva, se analiza desde diferentes aspectos la evolución del desarrollo económico:

 Antes, las ganancias eran para el mismo individuo, pero en el feudalismo, los productores debían

darle parte del fruto a los propietarios. La tierra era símbolo de poder.

 Por otro lado, se pasó de producir lo justo y necesario al almacenamiento de artículos de primera

necesidad y producción de excedentes. A partir de la venta de ese excedente se obtiene el capital.

Existen dos clases de capital; el circulante, que incluye los bienes producidos y vendidos, y el fijo,

que son las máquinas, herramientas y propiedades utilizadas.

 El uso de la moneda se desplazó por el del billete porque es más conveniente y seguro, siempre y

cuando se mantenga estable.

Además, se desarrollan varias ideas básicas de la economía, entre ellas:

 El valor de un producto se determina por lo que cuesta producirlo.

 Los precios caen si hay mucha oferta, y suben si hay escasez.

El sistema económico mercantil tenía claras deficiencias, como considerar a una nación rica solo por sus bienes acumulados, y querer mantener un balance comercial positivo. El último incluía tanto prohibición de importaciones de bienes de producción local, como reembolsos, subsidios y privilegios a artículos nacionales. Esta forma de organización terminaba perjudicando a los consumidores, para quienes era mejor que los productos importados compitieran con los locales. Es decir, los únicos beneficiados eran los empresarios.

En conclusión, la meta es un libre desarrollo; las estructuras económicas con más libertad tendrán más productividad.

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