EL PROFESOR BUENA PAPA

“El profesor buena papa”, artículo de opinión publicado por la revista semana, bajo a autoría de Julián Cubillos pretende dar a conocer una realidad de la educación colombiana que aunque intentemos negar está más presente que nunca.

Inicialmente, se nos dan a conocer los lamentables resultados de nuestro país en los resultados de la prueba Pisa 2009, donde queda claro que el nivel de compresión lectora del estudiante colombiano no es solo bajo sino deplorable.

Así mismo, a medida que se desarrolla, expone algunas de las razones por las que dichos resultados son negativos y el método de aprendizaje se ve vulnerado por ese profesor “buenorro” que promueve la mediocridad de sus estudiantes.

En primer lugar, está el típico docente de colegio público, conmovido por la situación socioeconómica y familiar del estudiante que considera un logro el hecho de que el adolescente haga acto de presencia en su clase, aún sin rendir frutos. Si bien es cierto que la mayoría de familias de bajos recursos que hacen su proceso formativo en instituciones oficiales carecen de una situación económica estable, esto no justifica su desinterés por el estudio y por lo tanto, no están exentos de cumplir con lo que se le exige a cabalidad.

Por otra parte tenemos al profesor de instituciones privadas, donde los alumnos se asemejan a clientes de almacén que hay que tener contentos. Se olvida el verdadero valor de la educación por unos centavos y empiezan a formar personas que prontamente se introducirán a la sociedad sin verdaderos conocimientos, cultura e incluso, orientación integral.

Entonces, resulta que estos dos maestros no son antagónicos por encontrarse en entornos diferentes. De hecho, ambos son la viva representación de la mentalidad subdesarrollada y el desinterés social. Ambos promueven la mentalidad del “arrastre, esperando por un “algo” que no llega nunca.

Como consta en el texto, no necesariamente el colegio con fondos monetarios superiores ofrece la mejor educación. Si el Liceo Campo David, un colegio privado de clase media que se encuentra en una zona de pobreza en la ciudad de Bogotá, alcanzó el primer lugar en las pruebas Icfes 2010 ¿Qué lo diferencia de otras instituciones? La exigencia, dice su director. Esa es la clave.

Un buen profesor no es el que aprueba a un estudiante sin merecerlo, ya sea por compasión, conveniencia, soborno o cualquier índole. Un buen profesor es aquel que motiva a sus estudiantes y les enseña diferentes perspectivas, diseña tareas con metas de aprendizaje y les da a los estudiantes amplia oportunidad de practicar lo que han aprendido. Un buen profesor no es solo el que prepara a su alumno para el examen o parcial, es aquel que le enseña a valorar el aprendizaje y le ayuda en su crecimiento intelectual y personal. Sin embargo, lo anterior no se puede desligar de la exigencia y los deberes que el educando debe cumplir.

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