EL PROFESORADO COMO CATEGORÍA SOCIAL Y AGENTE EDUCATIVO: SOCIOLOGÍA DEL PROFESORADO

Se dice que el núcleo de la sociedad es la familia, sin embargo, el actor que cobra gran importancia en la educación y la formación integral del niño-joven es el profesorado. Protagonista principal del sistema educativo. Pilar de la educación.

La idea vertebral sobre el profesorado es que es un colectivo que tiene como función dos roles: como categoría social y como agente educativo, en el marco sociológico.

Al hablar de categoría social, se hace referencia acerca del papel que juega el maestro dentro de la sociedad y al hablar de agente educativo hace alusión a la posición que tiene dentro del sistema educativo.

El estudio del profesorado cobra importancia en el campo sociológico a partir de las “new directions marcadas por la llamada nueva sociología de la educación”, surgida por Michael Young y sus colegas en el Instituto de Educación de la Universidad de Londres. (Young, citado por Antonio Guerrero Serón en Sociología de la Educación).

Vivimos en una sociedad que está en constante cambio. Día con día se tiene un proceso en el que los roles van adaptándose según las necesidades que se van presentando. Actualmente, el profesor tiene que ser una persona más preparada, actualizada en conocimientos tecnológicos y educativos. Funge un papel no sólo de maestro dentro del aula, incluso también de psicólogo y como orientador fuera del aula, en conjunto con los padres de familia. Incluso, en 1932, Willard Waller ya analizaba la práctica profesional del docente a través de las relaciones entre los diferentes sectores de la comunidad educativa, en especial, entre padres y el profesorado, afirmando que “padres y profesores son enemigos naturales y el conflicto entre ellos es natural e inevitable” (Waller, 1932, citado en Sociología de la Educación por Antonio Guerrero Serón).

En respuesta a estas transformaciones, la reconceptualización del rol del profesor es una exigencia de los procesos de descentralización, de autonomía en la gestión de las escuelas y de los cambios que están ocurriendo en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Dejando aparte el seno familiar, cuya influencia está sujeta a circunstancias concretas, es la figura del profesor la que se erige en verdadero modelador de gustos y caracteres que han de configurar la persona del futuro. Rist, aporta: “un modelo para estudiar los procesos del rendimiento educativo, es producto de la influencia de las expectativas del profesor”. (Rits, 1990, citado por Antonio Guerrero Serón).

Desde el modelo pedagógico clásico ya se tenía como función social de la educación el formar al ciudadano de manera integral, aunque con arcaicas teorías de la enseñanza, ya que se decía que el alumnado aprendía sólo escuchando, observando, leyendo y registrando datos a través de los sentidos y la experiencia, teniendo un papel pasivo, receptivo, mientras que el activo era el profesorado.

Hoy, la misma sociedad demanda nuevas estrategias educativas a las que el maestro ha ido adaptándose y logrando un nuevo sistema de enseñanza, ya que la educación se basa en competencias, mismas que tienen que ser identificadas por el profesor para explotarlas y convertirse en un facilitador del aprendizaje. Los maestros ya no son únicamente transmisores de conocimientos sino que, gracias a las nuevas tecnologías, se convierten en facilitadores, proveedores y buscadores de recursos para su alumnado, además de que deben ser consultores de información ya que son los encargados de buscar los materiales y recursos, también son colaboradores en grupos porque favorecen los planteamientos y resolución de problemas mediante el trabajo colaborativo.

El papel del profesor en estos nuevos escenarios de aprendizaje sigue siendo muy importante ya que será el encargado de proporcionar los medios y recursos necesarios a su alumnado, así como, dirigir, orientar y supervisar todas las actividades y proyectos realizados por los mismos.

Hablando sobre la proletarización del profesorado, Fernández de Castro cita “Los enseñantes cada vez en mayor medida se piensan a sí mismos como asalariados y no como profesionales liberales” (Fernández de Castro, 1983, citado por Antonio Guerrero Serón). A los maestros se les considera agentes cuyo cargo está el funcionamiento del aparato ideológico del Estado más importante en el capitalismo: el sistema educativo. Contribuyen a la explotación y forman parte de la burguesía como una de sus fracciones, causando un conflicto de percepción social entre la burguesía y la clase obrera.

Los docentes viven hoy (y desde hace tiempo) una crisis de identidad que se ha visto reflejada en una patente situación de malestar y recientemente en agudos conflictos en torno a su estatuto social y ocupacional de los que la polémica salarial no ha sido más que la parte visible del iceberg. Ni el colectivo, ni la sociedad en que está inserto, logran ponerse de acuerdo en torno a una imagen social del primero, ni mucho menos sobre sus consecuencias prácticas en términos de delimitación de campos de competencia, organización de la carrera docente.

El término "profesionalización" no se emplea aquí como sinónimo de cualificación, conocimiento, capacidad, formación y otros rasgos asociados, sino como expresión de una posición social y ocupacional,

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