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“EL SILENCIO DE LOS MIGRANTES”


Enviado por   •  21 de Junio de 2017  •  Monografía  •  1.404 Palabras (6 Páginas)  •  298 Visitas

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Universidad de la República

Facultad de Información y Comunicación

 

Teatro del Oprimido

marzo - junio 2017

 

“EL SILENCIO DE LOS MIGRANTES”

 

.. en un barco, de polizón,

escapando de la guerra,

o en una fabela de Río,

rogando que no te llamen gringo..”

 

 

Introducción:

 

El presente texto pretende dar cuenta de la experiencia vivida a partir del intercambio propuesto, a modo de práctica, en el marco del curso de Teatro del Oprimido de la FIC. Para ello, el grupo “calláte!” se acercó al encuentro de un grupo que practica “teatro para la transformación”, los sábados de 11 a 13 hs, en una casa de la ciudad vieja. Los conocimos como los migrantes.

 

El origen

 

El grupo “Aldea del Mundo” comienza a gestarse a partir de algunas presentaciones, en el museo de las migraciones. Está conformado por migrantes: De Sierra Leona, República Dominicana, Italia y Uruguay. Allí se presentan situaciones vivenciales para acercarse a cómo se da la migración en Uruguay pensado desde las propias historias. Los participantes no son siempre los mismos, aunque siempre alguien va. En los dos encuentros hubo alrededor de cinco. A pesar de la rotatividad y de la diversidad de nacionalidades e idiomas, se percibe una fuerte unión. Ellos mismos se describen como una familia, que está ahí para apoyarse y eso se refleja en la dinámica que se genera y en cómo se relacionan entre sí, se siente la confianza.

 

La casa donde se juntan pertenece a la congregación de los migrantes, de la iglesia católica. En ella hay habitaciones donde alojan a algunos, por lo que constantemente hay gente pasando.

Ahí también realiza su tarea, la O.N.G “idas y vueltas”, que ofrece orientación a personas que llegan al país, todos los miércoles. Desde allí se convocó a quienes hoy son parte de “Aldea del mundo” y se consiguió el salón para practicar. Antes era utilizado como depósito. Ellos se apropiaron del lugar, sacudiendo el polvo de hace tiempo, limpiaron e hicieron espacio ellos mismos. Una compañera se ocupa de limpiar los vidrios, barrer y colocar una alfombra sobre el piso antes del arribo de los demás.

 

 

El primer acercamiento

 

El sábado 3 de junio, parte del grupo se acercó y participó del encuentro del grupo de los migrantes, con el fin de establecer contacto y presentarse. Aunque fue un comienzo tímido, muy rápidamente empezamos a conectarnos con ellos. Participamos con ellos en sus actividades y ejercicios, lo cual no nos fue de ninguna sorpresa ya que eran muy parecido a los ejercicios que hacemos en clase. Pero aprendimos técnicas muy interesantes como  “la máquina” que nos permitió ver emociones que no son del todo explicables con palabras. Además fue muy impactante poder ver las técnicas del Teatro del Oprimido en adultos. Es interesante y profundo como lo realizan, la seriedad y corazón que le ponen y sus reflexiones. En suma, Karina (la coordinadora) siempre trataba de relacionar todo con la situación como migrantes. Lo cual lo hacía para ellos mucho más real y sensible.    

 

Segundo acercamiento

 

En la mañana del 10 de junio, se dió un nuevo acercamiento entre los migrantes y estudiantes de la fic. Con los objetivos de profundizar el acercamiento con los migrantes, conocer su origen, sus experiencias y participantes, así como sensibilizarnos a partir del acercamiento a la situación que viven lxs migrantes en Uruguay.

 

Llegamos al lugar. Casa vieja, de puerta alta con zaguán. Atravesándolo encontramos una puerta con vidrio y sin tranca, sin nadie del otro lado que nos reciba. Un espacio amplio, vacío_ de esos donde la voz se expande haciendo eco_  iluminado con la luz verde que filtra de una claraboya, donde una virgen colgada de la pared recibe a los que pasan.

Caminamos hacia el fondo, a mitad de camino, el salón. Al ingresar, se siente el olor a incienso y el grupo recibe a los visitantes alegremente. Saludamos cada unx con su nombre mientras nos sacamos los zapatos y sin mediar más palabra, empezamos a jugar. En ronda, sacando la voz del centro, una y otra vez. Caminamos por el espacio para entrar en calor. En el centro de la sala hay una alfombra _pegada con cinta en las puntas_ sobre el piso de madera vieja. Nos vamos encontrando con las miradas. Karina, quien orienta el calentamiento, nos propone un juego de confianza: cuando escucho mi número, me dejo caer, lento. Luego todos al centro, en círculo, vamos pasando de a uno, con ojos cerrados,  para ser “muñecxs de trapo”. Entre vai venes, nos quedamos rígidos, trabamos la cadera, juntamos las rodillas y nos soltamos, sintiendo el vacío.. hasta que manos de compañerxs contactan con alguna parte de nuestro cuerpo y ufff...parecería ser que alguien nos rescata!

...

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