EL TURISMO, GENERADOR DE EXPERIENCIAS ÚNICAS EN EL SER HUMANO

“EL TURISMO, GENERADOR DE EXPERIENCIAS ÚNICAS EN EL SER HUMANO”

RESUMEN

        En muchas ocasiones la motivación por emprender nuevos proyectos, la necesidad por salir adelante y el afán por resaltar en la industria y lo profesional, hace que el progreso de una sociedad se vea reflejado en los ingresos monetarios y en la aparente mejora en la calidad de vida de la comunidad. ¿Pero a qué se le llama calidad de vida? Si nuestra vida se va en permanentes obligaciones dejándonos sin tiempo libre, y el poco que tenemos lo dedicamos a actividades que poco y nada contribuyen al desarrollo personal del ser humano. Este artículo hace una serie de reflexiones sobre el tiempo libre y las consecuencias de no poder ocuparlo en actividades de ocio, recreación y disfrute. Proponiendo al turismo, especialmente al turismo alternativo como solución a los problemas de estrés que ocasiona la rutina diaria.

PALABRAS CLAVE: Tiempo Libre, Turismo, Desarrollo Humano

Despertar, levantarse, salir de casa, trabajar o estudiar, volver a casa y dormir. Repetir lo mismo una y otra vez, día tras día por meses y años. Alimentando nuestra vida con comidas a medias, aire contaminado e impresiones que mueven nuestras emociones como una montaña rusa. Así es gran parte la vida de los seres humanos.

Somos maquinas en un mundo que consume nuestras vidas para satisfacer las necesidades propias y las de nuestros hijos, padres o pareja, y pocas veces somos conscientes del valor del tiempo entendido como vida, de la esencia del ser humano como un todo integrado por subsistemas físicos, químicos y biológicos que interactúan en un ambiente social, cultural y espiritual.

 Estamos sujetos a la medición del tiempo desde tres dimensiones básicas. La personal, entendida por la percepción de cada individuo al ser un ser finito, la mecánica, con el uso de instrumentos de medición como el reloj de sol, de arena o mecánico, y la natural, al reconocer el día, la noche, las estaciones y los husos horarios. Y sí, es cierto que tenemos una organización social de nuestro tiempo, pero, ¿acaso nos percatamos de su distribución y su disfrute?

Es necesario recordar que las sociedades humanas siempre se organizaron en “tiempos sociales”, o sea, en momentos determinados por las actividades sociales en ellas desarrolladas: el tiempo para el trabajo, para la educación, para la religiosidad, para la familia, para el descanso, etc. Padilha (2004). Citado por Gomes y Elizalde (2009). Sin embargo, ¿concebimos estas actividades como una obligación, o, como una oportunidad para la realización del ser? Si es la primera, somos esclavos voluntarios de nuestras propias necesidades, manteniendo una rutina suicida de la felicidad del ser.

Al vivir de esta forma poco hacemos por generar un desarrollo personal y un bienestar integral. Reflejado en proyectos personales, capacidades artísticas, analíticas, reflexivas, y de autorrealización, las cuales hemos ido perdiendo con los años y que eran muy valoradas en épocas de Platón, Sócrates y grandes pensadores sobre el desarrollo del ser. Estás capacidades se adquieren principalmente en el tiempo libre, en el tiempo de descanso, en la interacción con otros seres y en el intercambio de experiencias en un ambiente libre de tensión. Souza Júnior (2000), Citado por Gomes y Elizalde (2009). Concuerda con que la categoría tiempo libre debería constituir un momento en que cada ser social podría disponer de sí mismo libremente, sin someterse al imperativo de tener que trabajar para vivir. En la Grecia clásica se daba gran importancia al ocio, y el tiempo libre lo dedicaban a la cultura, diversiones, religión y deporte. También se daban desplazamientos con el fin de presenciar los Juegos Olímpicos de la Edad Antigua. Los cuales desencadenaban expresiones de pasión, disfrute y esparcimiento que van más allá del ocio comercial al que estamos acostumbrados comúnmente.

Marcellino (2001) Citado por Sánchez, Jurado y Simões (2013). Define al ocio-mercancía como actividades que no están relacionadas al alma humana, sino a las actividades popularescas en el sentido de peyorativo. Cuando hablamos de ocio nos referimos al tiempo libre de obligaciones de cualquier naturaleza, es el privilegio de ocuparse de cosas agradables y útiles a su propio deseo, sea para el descanso, la diversión o el desarrollo personal. Y que desafortunadamente poco tenemos por la falta de tiempos de descanso y espacios apropiados.

La pirámide de jerarquía de las necesidades humanas de Maslow propone el descanso en la base, dentro de las necesidades fisiológicas. No obstante, al ser conscientes de las realidades capitalistas de nuestros países latinoamericanos, el descanso se da justo al límite del cumplimiento del deber como la recuperación por las actividades desarrolladas y no como elemento que propicia la espontaneidad, la creatividad, y que contribuye a la resolución de problemas.

Asimismo, la falta de descanso y de verdadero tiempo libre puede contribuir ampliamente a la aparición de enfermedades en el ser humano que comúnmente son relacionadas con el estrés y que muchas veces suelen ser imperceptibles. La enfermedad ya no es vista como casos clínicos aislados. Son siempre casos sociales, cuyo origen radica en el modo de la organización social existente. Solamente a partir del conocimiento del entorno, incluyendo los aspectos objetivos y subjetivos de la vida cotidiana, es que se puede contribuir a la promoción, prevención y rehabilitación de la salud de la sociedad y en consecuencia del individuo. Sánchez, Jurado y Simões (2013).

Así entonces, el estrés y las demás enfermedades ocasionadas por el modo de organización social, ahondadas por las paupérrimas formas de recuperarnos y de emplear nuestro poco tiempo libre. Favorecen el fortalecimiento de ciudades caóticas y de individuos poco tolerantes y con profundos conflictos interiores. Entonces, a partir de lo anterior, él ser humano debe aprovechar al máximo los espacios para construir o reconstruir su ser y experimentar facetas de la felicidad a partir de actividades que le originan síntomas de auto-realización.

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