EQUIDAD DE GENERO EN LA FUNCIÓN POLICIAL

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IGUALDAD DE GÉNERO EN LA FUNCIÓN POLICIAL

La búsqueda de la igualdad de género ha llevado a establecer una constante incursión de mujeres en oficios que no hace mucho eran considerados únicamente para hombres. Es importante mencionar que, en la actualidad, se ha logrado durante los últimos años la legitimación de las mujeres como sujetos sociales, gracias al compromiso de organizaciones que han luchado constantemente en los procesos de democratización.  La igualdad entre hombres y mujeres, consiste en la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades entre ellos. No significa que las mujeres y los hombres se conviertan en el mismo, sino más bien implica que los intereses, necesidades y prioridades de las mujeres y hombres se consideran importantes, reconociendo la diversidad como una cuestión de derechos humanos y como condición previa para el indicador del desarrollo sostenible centrado en la persona.

La transversalización del enfoque de género en una institución estatal requiere entre otros aspectos la voluntad política de sus máximas autoridades, presupuesto y personal especializado y suficiente para implementarla a nivel central y local. (Interior, 2010, pág. 14), bajo este enfoque, se desarrollan políticas de equidad y notamos que la mujer se ha ido incorporando paulatinamente en el mercado laboral, los paradigmas sociales han evolucionado ocasionando el bien común de los ciudadanos.

En Ecuador, la función policial predominaba por el género masculino hasta el año 1984 donde por primera vez se abren las puertas para acoger a las primeras mujeres aspirantes a oficiales. De entonces a la fecha, la mujer policía ha ido convirtiéndose en una figura común en nuestra sociedad, las mujeres han tenido que enfrentar una serie de obstáculos desde los exámenes de admisión y el referente a destacar la fuerza más que otras aptitudes, hasta la propia permanencia en la academia policial.

Durante 25 años, se ha incrementado un promedio anual de 140 mujeres y en los últimos años se ha incrementado a un promedio anual de 200 mujeres al año 2017; personal femenino constituye el 12% (Daza Anchundia, 2017, pág. 48), esto significa que, en la función policial se ha desarrollado sustancialmente la presencia femenina, en otras palabras, me atrevo a decir que cuando se lucha por la igualdad de género, mediante la aplicación de políticas de igualdad y de oportunidades, se puede garantizar que tanto mujeres como hombres participen en todas las esferas de la vida económica, política, social. Además, se contribuye a hacer reales los derechos humanos de las mujeres facilitando la mejora de la calidad de vida de estas.

Finalmente, como conclusión se puede decir que, no es imprescindible una gran fuerza física para desarrollar las tareas de policía ni un elemento indispensable para ser un buen policía, sino la preparación, y ésta es tan necesaria en la mujer como en el varón policía. Superar estos estereotipos es tan necesario en los hombres como en las propias mujeres, ya que mediante ello se podrán desenvolver positivamente en el ámbito policial, logrando erradicar cualquier pensamiento machista y actividad discriminatoria a la situación de la mujer en la sociedad, y como resultado tener una transformación total de la práctica y la cultura institucional.

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