ESTEREOTIPOS DE GENERO, HOY EN DÍA
Enviado por diana marcela Salas • 28 de Noviembre de 2020 • Ensayo • 1.080 Palabras (5 Páginas) • 303 Visitas
ESTEREOTIPOS DE GENERO, HOY EN DÍA.
Los estereotipos de género son prejuicios o preconcepciones generalizados y ampliamente aceptados socialmente sobre los atributos, características o roles de una persona o grupos con base en su sexo biológico (mujer u hombre) u orientación sexual (Cook & Cusack, 2009). Al ser los estereotipos de género una construcción social y cultural, se consideran que estos evolucionan con el tiempo, y varían de acuerdo con los diferentes contextos (Cook & Cusack, 2009, p.23). Por lo tanto, se presentará a continuación, una discusión para determinar si al pasar el tiempo, los estereotipos de género se sostienen o cambian en la cultura colombiana.
Comenzaré por exponer los estereotipos que se mantienen. Tradicionalmente, se concibe al hombre más inteligente, fuerte, seguro y hábil, mientras que la mujer, solo debe ser cuidadora, es gentil, emocional y sumisa. Por estas generalizaciones, es que aún existe una enorme brecha en el acceso laboral para las mujeres. Y esto, además de deberse a los estereotipos, también es gracias a los sesgos en los procesos de selección y a las obligaciones del hogar, son las razones más comunes para no tener en cuenta a las mujeres a la hora de ingresar al mundo laboral (Actualícese, 2020). Este tipo de estereotipo que hablan de la “personalidad” del género, sigue siendo un filtro de peso, para escoger entre un hombre y una mujer.
Estadísticamente, las cifras son alarmantes, ya que evidencian los cambios incipientes que registra el país en materia de género, pues según el DANE, la disminución de la brecha de participación de las mujeres en el mundo laboral ha pasado del 24,7% al 20,3%, en los últimos 7 años. (Actualícese, 2020)
Otra preconcepción frecuente ligada a los estereotipos de género es pensar que las matemáticas son para los hombres y las artes o lenguas son para las mujeres. Algo muy común y que está relacionado con los prejuicios anteriormente mencionados, ya que se concibe al hombre más inteligente, por ende, sus carreras y ocupaciones deben estar afines con carreras como las ingenierías, medicina, arquitectura etc., en cambio, las mujeres enfocadas en carreras “menos retadoras” como: la docencia, lenguas, enfermería o las artes; esto, por la creencia de que las carreras se acoplan a los rasgos característicos de cada género. La subdirectora de Colciencias Sonia Monroy afirma que: “sí influyen los estereotipos en cuanto al rol de la mujer se refiere, abarcando lo que se supone que debe hacer y estudiar” (como es citado en El Tiempo, 2020). Irina, una mujer que fue entrevistada para el periódico El Tiempo, es el vivo ejemplo de esta afirmación:
“Cuando alguien siente que algo no es fácil y después le dicen, vaya estudie artes que usted no sirve para eso, uno llega a creerlo y a tomar decisiones que no lo apoyan su propio crecimiento. Muchas mujeres creyeron lo que les dijeron, lo que creían sus amigos, sus familias cuando les dijeron en algún punto, que las matemáticas no eran para ellas” (como es citado en el Tiempo, 2020).
Y, por último, otro estereotipo de género arraigado y frecuente en nuestro entorno es catalogar a las mujeres como unas “locas por las compras”; socialmente sé considera común en las mujeres el comportamiento obsesivo por las compras. Es más, en los medios de comunicación, siendo este uno de los principales agentes socializadores, es donde más se refleja o reproducen esta imagen femenina que busca consuelo al ir de shopping, o que le saca dinero al esposo para comprar cosas innecesarias. Respecto a esto, un artículo, comparó los datos de consumo entre hombres y mujeres colombianas y llegaron a la conclusión de que, tanto los hombres y las mujeres consumen variados artículos o productos, pero los datos reflejan que son ellas en mayoría las responsables del cuidado del hogar, así que sus compras son para este fin. Indicando, que este mito corresponde más a un estereotipo que al comportamiento real, que las considera como materialistas y excesivas (Delgado, 2020). Además, encasillar a las mujeres como compradoras compulsivas, indicaría que todas tengan un padecimiento mental, característico de las personas que sufren de trastornos de control de impulsos.
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