EUCARÍSTIA DEL 2º DOMINGO DE PASCUA – FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA

EUCARÍSTIA DEL 2º DOMINGO DE PASCUA – FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA

INTRODUCCIÓN

ANIMADOR: Queridos hermanos y hermanas: Desde el pasado Domingo estamos celebrando la Resurrección del Señor como si fuera un solo día.  En muchos textos de la Santa Misa y en la Liturgia de las Horas se repiten las palabras “en este día”.  El gozo pascual rebosa en el alma de la Iglesia durante este tiempo porque se le considera, según expresión de algunos Padres de la Iglesia, como “un gran Domingo”.  Por ello, aunque cueste mantener con la misma intensidad esta actitud, hemos de procurar prolongar el gozo de la Resurrección durante estos cincuenta días.  Porque la muerte no es la última palabra en nuestras vidas..., la última palabra en nuestras vidas es Dios; y Jesucristo resucitado, su Hijo, es nuestro principio y nuestro fin.

Celebramos hoy la Fiesta de la Divina Misericordia, establecida por el Papa Juan Pablo II para que, especialmente, en este segundo Domingo de Pascua creamos y esperemos con fe viva en la misericordia de Dios; fe viva en Jesucristo, el Señor de la vida, quien para hacernos compartir su propia vida murió y resucitó, y se hace sacramentalmente presente entre nosotros.

Hoy pediremos al Dios de la Misericordia por todos los que han partido a la Casa del Señor, de manera especial por Jorge Díaz Gidi, padre de Jorge, nuestro ministro, en el primer aniversario de su pascua, para que se cumpla en ellos la promesa de nuestro Salvador, que ofreció la vida eterna a todos aquellos que creyeran en Él.    Nos hemos reunido esta mañana alrededor de la Mesa del Señor, para celebrar y agradecer a Dios por sus vidas, y porque ha querido invitarlos a compartir la paz y la armonía eterna en el Reino que para todos nosotros ganó Jesucristo con su muerte y su resurrección.

Hoy tenemos también otro motivo de celebración, porque tres jóvenes de nuestra Comunidad Parroquial recibirán por primera vez el cuerpo del Jesús, alimentando su fe en la palabra y el ejemplo del Señor con el pan de vida.

Les invito a ponerse de pie y, cantando junto al coro, recibir a quien presidirá esta celebración y a los hermanos ministros que le acompañarán.

CORO Y ASAMBLEA:   Canto de Entrada.

SALUDO DEL PRESIDENTE

RITO DEL PERDÓN

ANIMADOR: Reconocemos humildemente que hemos faltado muchas veces al mandato de amor que nos dejara el Señor Jesucristo, y nos olvidamos de pedir y ofrecer misericordia.

(RODRIGO HACE LAS PETICIONES DE PERDÓN SEGÚN TEXTO)

CORO Y ASAMBLEA:          Canto de Perdón  

PRESIDENTE:   ORACIÓN COLECTA

LITURGIA DE LA PALABRA

ANIMADOR:  Escuchemos la primera lectura, tomada del Libro de los Hechos de los Apóstoles, en la que se nos muestra a la primitiva comunidad de cristianos que, animada por los amigos de Jesús, vivía unida en un mismo espíritu e irradiando su fe en el Señor.

(XIMENA  HACE LA PRIMERA LECTURA)

ANIMADOR:  Respondemos a la palabra del Señor con el Salmo 117, repitiendo la antífona: “Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor”.

(CONSTANZA RECITA EL SALMO RESPONSORIAL)

ANIMADOR:  Escuchemos la segunda lectura, tomada del Libro del Apocalipsis, en la que queda claro lo esencial de nuestra fe: Cristo es el primero y el último; el principio y el fin de todo; el que vive para siempre.

(LUISA  HACE LA SEGUNDA LECTURA)

ANIMADOR:  Tomás, separado de los demás Apóstoles, duda del Señor. Pero él, misericordiosamente, sale a su encuentro el domingo siguiente, no en solitario, sino cuando está en la comunidad.   Pongámonos de pie, para escuchar la gozosa proclamación del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

CORO Y ASAMBLEA:   Canto de proclamación... ¡ALELUYA!

PROCLAMACIÓN DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN

(NICOL Y ERIC ALUMBRAN EL EVANGELIO)

HOMILÍA DEL PRESIDENTE

CREDO

ORACIÓN UNIVERSAL

(FRANCISCO HACE LA ORACIÓN DE LOS FIELES SEGÚN TEXTO)

PRESENTACION DE LAS OFRENDAS

ANIMADOR:  Jóvenes que recibirán hoy, por primera vez, el divino alimento traen al altar las ofrendas de pan y vino, que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor para nuestra eterna salvación; traen, también, un cirio encendido que simboliza la luz de Cristo, la nueva vida que ganó para todos con su resurrección.

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