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Coronilla Divina Misericordia


Enviado por   •  20 de Junio de 2013  •  436 Palabras (2 Páginas)  •  356 Visitas

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La Coronilla la dictó Jesús a Santa Faustina en Vilna (Lituania) entre el 13-14 de Septiembre del 1935, como súplica para aplacar la ira de Dios por los pecados del mundo.

"A través de ella obtendrás todo, si lo que pides esta de acuerdo con mi voluntad(...) Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia, en la hora de la muerte los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta Coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia" (Diario 731,687).

“ Defenderé como Mi propia Gloria a cada alma que rece esta Coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando cerca de un agonizante es rezada, se aplaca la ira Divina, y la insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa pasión de mi hijo” (811).

CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA:

(se utiliza un rosario común de cinco decenas)

1. Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo (de los apóstoles).

Credo de los apóstoles:

Creo en Dios Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.

Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

y nació de la Virgen Maria.

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.

Fue crucificado, muerto y sepultado.

Descendió a los infiernos.

Al tercer día resucitó de entre los muertos.

Subió a los cielos,

y está sentado a la diestra de Dios Padre.

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos, el perdón de los pecados,

la resurrección de los muertos,

y la vida eterna. Amén.

2. En las cuentas grandes correspondientes al Padre Nuestro (una vez) decir:

"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo,

la Sangre, el Alma y la Divinidad

de Tu Amadísimo Hijo,

nuestro Señor Jesucristo,

como propiciación de nuestros

pecados y los del mundo entero."

3. En las cuentas pequeñas correspondientes al Ave María (diez veces) decir:

"Por Su dolorosa Pasión,

ten misericordia de nosotros

y del mundo entero."

4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:

"Santo Dios, Santo Fuerte,

Santo Inmortal, ten piedad de

nosotros y del mundo entero."

5. Oración final:

“Oh Sangre y agua

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