Economía Y Diversidad Económica
Enviado por reyalonso26 • 4 de Noviembre de 2013 • 9.461 Palabras (38 Páginas) • 520 Visitas
4.1. Economía y diversidad económica
En el mundo las disparidades son crecientes y muchos millones de seres humanos no tienen satisfechas ni siquiera sus necesidades básicas más elementales. Los bosques, los minerales y los combustibles fósiles están siendo explotados a ritmos absolutamente insustentables para proveer con recursos naturales a la economía globalizada. La democracia se ve progresivamente erosionada a medida que el poder se va concentrando en menos manos. La diversidad biológica y cultural está desapareciendo a ritmos alarmantes y muchas conquistas sociales y ambientales trabajosamente logradas se encuentran seriamente amenazadas. Si persistimos en este rumbo las perspectivas para las generaciones presentes y futuras son aterradoras.
El verdadero desafío que tiene la humanidad es brindarle una calidad de vida digna a una población estimada en 10 mil millones de habitantes para el año 2050, reduciendo al mismo tiempo los impactos sobre el ambiente a niveles sustentables, pero la globalización económica neoliberal está haciendo imposible enfrentar tal desafío. Aun así, el discurso oficialista sigue sosteniendo que “no existen alternativas”. AT discrepa: En primer lugar, los fundamentos teóricos de la economía neoliberal son anacrónicos. Las facilidades cada vez mayores para el movimiento de capitales en el planeta hacen que hoy muchos países encaren dificultades para retener y atraer recursos financieros indispensables para el funcionamiento económico y el bienestar social. Las grandes empresas utilizan su poderío para enfrentar entre sí a los gobiernos necesitados de contante, consiguiendo así importantes exenciones impositivas y presionando hacia abajo las condiciones y normas sociales y ambientales en todo el mundo.
La demanda creciente por recursos que se agotan es hoy un importante factor limitante, y se hace cada vez más evidente que la riqueza no se redistribuye por chorreo (trickle down) entre la población, como sostenían los proponentes neoliberales. En balance, la globalización económica neoliberal representa cada vez más una situación en la que algunos pocos ganan y la gran mayoría pierde -en lugar del sistema en el que todos ganan, prometido por sus partidarios.
La dimensión del problema puede resultar desalentadora, pero aún es posible encaminarnos hacia un futuro distinto -democrático, equitativo y sustentable-, para lo que tenemos que replantearnos cuestiones básicas: qué necesitamos de nuestras economías, cuáles serían los mecanismos de decisión y reglamentación más adecuados y qué tipo de información económica sería necesaria.
Lo que debemos hacer
Fijar nuevas metas para la economía
Un sistema económico confiable y productivo debe tener como objetivo la satisfacción de las necesidades de la gente, mediante el uso equitativo y ecológicamente sustentable de los recursos del planeta, teniendo en cuenta que no son inagotables. La erradicación de la pobreza, la sustentabilidad social y cultural, la equidad intergeneracional y la dignidad humana deben constituir importantes fines económicos. Es necesario administrar los niveles de producción y consumo, y el trato preferencial a los países y pueblos empobrecidos ha de ser uno de sus componentes básicos.
Ya no basta con procurar la maximización del PBI. Para alcanzar tales objetivos ahora se requieren políticas económicas ingeniosas en el ámbito nacional e internacional que fomenten grados óptimos de actividad económica, fundadas en principios básicos acordados internacionalmente que incluyan: respeto a los derechos humanos; respeto por la diversidad biológica, cultural y económica; subsidiariedad económica y política; equidad intra e intergeneracional, abarcando una redistribución del control sobre los recursos como la tierra, y el pago de la deuda ecológica; transparencia y responsabilidad pública y rendición de cuentas por parte de los gobiernos, las empresas y otros grupos de interés; garantías al “derecho a saber” o de información de la ciudadanía; acceso ciudadano a la justicia; aplicación del principio de “quien contamina paga”, responsabilidad jurídica de las empresas por daños ocasionados y obligación de indemnizar a los damnificados; respeto por normas de alta calidad respecto del ambiente, la salud y la seguridad, las condiciones sociales, laborales y sanitarias; y aplicación del principio precautorio.
La diversidad es parte indisoluble de la sustentabilidad y, como en cualquier otro orden, tal principio también debe aplicarse al ámbito de la economía. La diversidad económica implica estrategias económicas variadas, economías diversificadas (lo que supone un abanico de sectores y actividades económicas, en lugar de una economía basada en una o dos mercancías), y diferentes actores dentro de cada sector de la economía (es decir, no a los monopolios). Los países y las comunidades deben contar con la posibilidad de optar por aquellos mecanismos y estrategias económicas que consideren más convenientes para la satisfacción de sus necesidades económicas, sociales, culturales y ambientales, en cualquier momento que lo crean oportuno. Esas decisiones deberán apuntar a optimizar la actividad económica y mantener cierto grado de autosuficiencia, a fin de promover el desarrollo de economías fuertes y diversas, capaces de aguantar y adaptarse a los sacudones externos.
También es necesario devolver la toma de decisiones a la base de la sociedad, aplicando el principio de subsidiariedad económica (es decir, la toma de decisiones al nivel más básico que corresponda en la estructura de poder). Es conveniente, además, que intervengan diversos niveles en la toma de decisiones, contribuyendo a establecer controles y equilibrios entre las diversas instancias de decisión para así reducir las probabilidades de que ocurran abusos de poder en cualquiera de las diversas esferas.
Medir adecuadamente el bienestar económico
Debemos medir nuestro bienestar económico de maneras mucho más ingeniosas. En particular, debemos reconocer y valorar equitativamente el trabajo, e incluir los verdaderos costos sociales y ambientales del transporte en los precios al consumidor. Tal y como se calcula hoy en día, el PBI no mide ni valora la calidad de vida, los avances sociales, la erradicación de la pobreza, el desarrollo humano y la calidad ambiental. Importantes roles sociales como el cuidado de niños y ancianos en el hogar, y las tareas domésticas, a los que generalmente no se les asigna ningún valor económico. Los precios subvalorados del transporte -subsidiados por el bajo precio de los combustibles fósiles, que no incluye los verdaderos costos sociales y ambientales de su explotación y uso- de hecho suponen darle preferencia a modos de producción y comercio altamente contaminantes y destructivos
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