Educación en tiempos de pandemia ¿avance o retroceso?

Educación en tiempos de pandemia ¿avance o retroceso?

Laura Vanessa Heredia Navarro

Para nadie es un secreto que actualmente el mundo se encuentra en crisis, esto debido a una pandemia que azota a todos los países a nivel mundial, viéndose afectada la manera de vivir nuestro día a día, la economía, la salud, e incluso la educación de millones de jóvenes y niños.

Siendo esta una gran problemática, pues genera incertidumbre en cómo se va a impartir este derecho fundamental, como lo es la educación, teniendo en cuenta las medidas de aislamiento y de bioseguridad para reducir la velocidad de contagio del virus que desató la pandemia. Por esto, la humanidad ha tenido que buscar la manera de mitigar el efecto que lleva consigo esta coyuntura. Desde un inicio, colegios y universidades, en colaboración con el gobierno, plantearon diferentes alternativas respecto a la manera en que se practicaban las clases en estas instituciones. Llevando a que los estudiantes realizaran un aprendizaje desde casa, en donde las plataformas virtuales asumieron un rol fundamental, funcionando como salón de clase. De esta manera, se logró continuar con las labores educativas. Sin embargo, esto trajo consigo un impacto negativo, no solo en la calidad, sino también en el nivel de aprendizaje de los estudiantes.

Se puede pensar que este tipo de educación virtual es beneficiosa, pues desde la comodidad de su casa, podrán adquirir conocimientos de manera más amena, y sin necesidad de realizar largos recorridos hasta las instalaciones de su colegio o universidad, de tal modo, recibirían con entusiasmo cada clase de manera remota. Empero, esta situación, ha generado dificultades en este gremio, pues gran parte de la población no cuenta con los recursos suficientes para sobrellevar este tipo de modalidad, pues como mínimo es necesario contar un dispositivo con conexión a internet y claramente una red Wi-Fi, “lujo” que según la revista Semana, solo el 35% de los hogares colombianos puede tener (Semana, 2021). Esto, generó una gran preocupación al Estado colombiano, el cual destinó una gran cantidad de recursos para subsidiar este servicio en la mayor parte del país y así los niños y jóvenes colombianos tuvieran la oportunidad de acceder a sus clases de manera remota (parece desalentador tener que llamar “oportunidad” a un derecho que el Estado está obligado a garantizar). Sin embargo, en la tierra del Realismo Mágico, en donde lo “irreal y extraño se convierte en algo común” (Castro, 2018), ocurrieron inconvenientes, llevando a retrasar la operación, para que finalmente, los recursos desaparecieran y miles de colombianos quedaron naufragando en las olas de expectativa creadas por el gobierno, para el funcionamiento de la educación en casa (Semana, 2021).

 Por otra parte, para aquellos afortunados que no tienen problema para conectarse a internet, existen muchos distractores que se encuentran en casa, como juegos, mascotas, televisión, etc. De modo que los estudiantes centran su atención en algo totalmente externo a su educación. Finalmente, otro punto a tocar es la facilidad de encontrar información en internet, teniendo así que los estudiantes generan una mentalidad mediocre al saber que no estan siendo “vigilados” como en la presencialidad y optan por investigar por medio de la web lo que necesitan para el momento. Tomando el camino fácil, dejando a un lado el aprendizaje.

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