El Auge De La Izquierda En América Latina: Venezuela Y Bolivia - Por Jorge Pastor Y María Ibañez

El auge de la izquierda en América Latina; Los nuevos populismos: Venezuela y Bolivia

1.Introducción

La historia de América Latina siempre ha estado ligada a grandes cambios que determinan su manera de presentarse ante el mundo. Tras la Segunda Guerra mundial y a lo largo de la Guerra Fría, el continente pasó a ser una ficha más en el tablero de juego de las dos grandes potencias, EE.UU y la URSS. Se dio una efervescencia revolucionaria tras la Revolución Cubana con el auge de los movimientos de izquierda, la guerrilla y la lucha estudiantil en los años 60 y 70. Con la caída del muro y la disolución de la URSS comenzó un nuevo periodo. Estados Unidos, con la doctrina Monroe (“América para los americanos”) pretendía que Latinoamérica especulara con el sueño americano, el desarrollo y el neoliberalismo. Esto dio lugar a una situación de dependencia que, al no dar importancia a las políticas sociales generó grandes crisis.

El nuevo auge de la izquierda del que hablamos surge como reacción a esta situación. Sin embargo este movimiento, que ya no consideramos un acontecimiento fortuito sino una tendencia, no tiene nada que ver con los movimientos de la década de los 60 y 70’s.

Cabe preguntarse de qué hablamos cuando nos referimos a la izquierda hoy en día. Autores como Giddens hablan de la “tercera vía”, otros como Bobbio hacen referencia a la aspiración a la igualdad como razón fundamental de los movimientos de izquierda.

Analizando el presente, asistimos ahora en el continente Latinoamericano a una ola de victorias electorales por parte de los partidos reformistas que la opinión pública suele dividir equivocadamente en países de centro-izquierda (Brasil, Chile, Uruguay) y los nuevos populismos (Venezuela y Bolivia), creándose una falsa dicotomía ente “buenos” y “malos”.

Se ha escrito mucho sobre este tema, sin embargo, hay mucha la información manipulada y poco objetiva, desde el exterior seguimos sin saber a ciencia cierta que está pasando en el continente Latinoamericano.

Este estudio pretende identificar de forma clara en qué consiste este nuevo populismo, si se trata de un intento de acercamiento a la democracia, un movimiento en busca de una mejor redistribución de los recursos, si es un modelo exportable o no. Mediante el análisis en profundidad de estos nuevos regímenes, centrándonos en Venezuela y Bolivia, y haciendo un estudio comparado con el resto de países latinoamericanos llamados socialdemócratas o de centro-izquierda, trataremos de discutir sus perspectivas de sostenibilidad económica y política hacia el futuro inmediato.

3. La izquierda en la actualidad

3.1 La crisis del neoliberalismo

Grandes movimientos sociales han florecido desde la última década del siglo pasado a partir de las pioneras revueltas de los zapatistas en 1994, la aparición de los piqueteros argentinos, las grandes huelgas ciudadanas en Francia y Corea del Sur y la consolidación internacional de las protestas en Seattle y Porto Alegre. Las grandes movilizaciones populares en Argentina, Ecuador, Bolivia y Perú que derribaron gobiernos impopulares se inscriben en la misma tendencia. Por consiguiente nuevas fuerzas políticas definidas como “progresistas”, han pasado a controlar los gobiernos en países como Venezuela, Brasil, Argentina y Uruguay y, más recientemente en Bolivia, Ecuador y Nicaragua., planteándose la necesidad de abandonar las políticas que en el pasado causaron los estragos por todos conocidos como el derrumbe económico de Argentina ocasionado por las políticas neoliberales. Las crisis enseñan, y crisis como la que ha sufrido Argentina han revelado con ejemplar eficacia las consecuencias de seguir a rajatabla las políticas neoliberales.

Lo que se comprueba en el momento actual es pues un tanto peculiar: una llamativa disyunción entre la consolidación del neoliberalismo, especialmente en el terreno de la economía y del policy making, y su debilitamiento en el ámbito de la cultura, la conciencia pública y la política.

Las políticas económicas de neoliberalismo siguen su curso, pero a diferencia de lo que ocurría a finales del siglo pasado en la época de los 80 y 90, ya no cuentan con el apoyo, (manipulado, es cierto, pero al fin y al cabo apoyo) que antaño le garantizaba la sociedad civil que pugnaba por dejar atrás el horror de las dictaduras, y aceptaba la receta que impulsaban los amos imperiales y sus representantes locales.

3.2 Las dos izquierdas

Los denominados gobiernos de izquierda y progresistas electos en América Latina desde finales de la década de 1990, son en realidad gobiernos de coalición en los que participan fuerzas políticas de izquierda, centroizquierda, centro e incluso de centroderecha. En algunos, la izquierda es el elemento aglutinador de la coalición y en otros ocupa una posición secundaria. Cada uno tiene características particulares, pero es posible ubicar a los más emblemáticos en dos grupos. Estos son:

a) Gobiernos electos por acumulación política y adaptación a las reglas de juego de la gobernabilidad democrática, caracterización aplicable a Brasil y Uruguay, calificados como izquierda democrática.

b) Gobiernos electos por el quiebre o debilitamiento extremo de la institucionalidad democrático neoliberal, como ocurrió en Venezuela, Bolivia y Ecuador, calificados como populismos.

En los últimos años, gran parte de esta izquierda tradicional o radical ha logrado reconstruirse, en gran medida al admitir los errores del pasado, mientras que la otra mantiene un “culto por el pasado” teniendo como íconos a Perón, la revolución mexicana y Fidel Castro. La primera, ahora denominada como socialdemócrata o reformista, le otorga un peso importante a la política social pero en el marco de un manejo ortodoxo de la economía. Busca ampliar y profundizar las instituciones democráticas, muestra su desacuerdo con el gobierno de Estados Unidos en diversos aspectos pero no busca la confrontación. En los casos de Chile, Brasil y Uruguay (Paramio, 2006) los partidos de izquierda se fueron transformando y consolidando en la oposición y evolucionaron hacia un realismo económico que permitió que llegaran a gobernar.

Para esta izquierda, llamada también democrática, en muchos casos que además comparte el hecho que vienen de un enfrentamiento a dictaduras militares, lo importante es que ha logrado internalizar y valorar los componentes democráticos, considerándolos como una parte esencial de los cambios que deben vivir sus sociedades. En este sentido, están en la búsqueda del establecimiento de un sistema que “compatibiliza la sensibilidad social con la comprensión de que las transformaciones en la sociedad pasan por el desarrollo económico con equidad y por el fortalecimiento

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