El Boletin Y La Elegias De Las Mitas
Enviado por mauricio17 • 14 de Enero de 2013 • 1.588 Palabras (7 Páginas) • 988 Visitas
Facultad: Ciencias Económicas
Escuela: Ciencias Económicas
Materia: Técnicas de Aprendizaje
Tema: Elaborar un ensayo boletín y elegía de las mitas de “Cesar Dávila”
Nombre:
Aula: .3 nivelación
Condiciones:
1. Extensión (de 2 caras o 3 caras)
2. Borrador
3. 5 citas textuales (2 a dentro y 3 afuera del texto)
4. Apéndice
• Breve biografía de Cesar Dávila
• Vocabulario
BOLETÍN Y ELEGÍA DE LAS MITAS
Desde hace mucho tiempo desde cuando los españoles llegaron a invadir tierras que no les pertenecían comenzaron contratar trabajadores(indios) eran explotados, en los campo, en el hogar, y en las minas, que padecieron muchos dolor, sufrimiento y angustia los cuales algunos mancharon sus vestiduras con sangre con el trabajo y como recuperaron sus libertad, y sobre todo Él representa a todos los indígenas que trabajan bajo el yugo español, los cuales fueron trasladados de un lugar a otro y padecían en distintos lugares y otros morían, debido al cruel trato que recibían y muy tarde logran desprenderse.
Que desde muchos tiempos atrás los hombres a trabajar para el sustento de sus familias, y no solo uno sino varios Iban, de casa en casa mientras las mujeres tenía que hacer las cosas del hogar ejemplo barrer, levantar, panchas etc. En algunos casos los indios no comían por todas una semana, los explotaban diariamente sin paga, sin comer, y algunos lloraban del hambre, pero en otro morían ¿Qué injusticia verdad? Trabajar por un plato de comida y ser esclavizado por el resto de tu vida
Sin paga, sin maíz sin runa-mora,
ya sin hambre, de puro no comer;
solo calavera, llorando granizo viejo por mejillas
llegue trayendo frutos de la yunga
a cuatro semanas de ayuno.
Y los que más sufre por esa partes son los niños y niñas, ya que también les hacia trabajar, no recibían educación, y durante el trabajo eran violadas a las criaturas, y podre reclamar nada de parte de sus padres, y un niñas criando a otra niña, y tanto el dolor de un madre que les hacia abortar. Los que han sufrido esas pobres personas, ojos de tanto llorar, hombre despedazados por el trabajo, de tantas humillaciones y golpes tras golpe en la cara cuerpos de madres e hijas molidos y sufriendo por un mundo horrible que prefería morir que nacer y ya no regresar mas a ese mundo
Trabajar en celdas como perros, desnudos en algunos casos, haciendo prensas textiles, por cuarenta días con insignificante puñado de comida, y lo cuales no ponían hacer sus trabajo bien realizado, por falta de energía, encerrado desde tempranas horas de la mañana incluso hasta el día siguiente. Y para que tanto esfuerzo, para insignificante vestidura para los amos, dueño, incluso días celebres trabajaban, hasta enfermo sin temer compasión de nadie y sirviendo a los dueño de la verdad absoluta ¡Que absurdo! “Así entinte con mi alma, llena de costado, la tela de los que me desnudaron”
Luego los indios agradece a su Dios, por hacerle más fuerte, por todo lo que han soportado y pasado, hambre, sed, los azotes diarios, la muerte de su raza, bajo al mandado de buitres quitándoles todo lo que poseían, se encomienda a su Dios, diciendo que es el núcleo que lo sostenido desde un principio, soportando todos y recordando cuando les daba latigazo, así aprendieron a contar en idioma de castellano, con llanto y sudor, y luego besar el látigo y la mano del verdugo haciendo derramar su sangre por el piso.
¡Oh Pachacamac, Señor del Universo!
Tu que no eres hembra ni varón:
Tú que eres todo y eres Nada,
Óyeme, escúchame.
Como el venado herido por la sed,
Te busco y solo a ti te adoro
Y luego ellos mismos se hicieron libres, minero fui, por dos años, nada de comer, nada de amar, la mina fue mi cielo y mi tumba a la vez, y que use el oro para los amos, ahora le maldigo, y cual hacían fiestas y vestimentas padecían de la codicia y crueldad, y eran incuestionable por un amo, que solo daba muerte, pero después de salimos gracias Dios, salimos seiscientos de los veinte mil que entramos. “Oro para ti. Oro para tus mujeres. Oro para tus reyes. Oro para mi muerte ¡Oro!”
Salí en brazos de mi madre, y ahora que salgo seres esclavo de otros, ya no reconocían la patria de uno mismos, tanto tiempo encerrado, que ya ni su imagen (aspectos físico) no lo podrían reconocer, hay que ni había mirado desde un espejo desde hace mucho tiempo.
Que tanto sufrimiento recibido de los dueños y amos se convirtió en su libertad aprendieron de en tener puesta la mira o fidelidad de un Dios que los libero, maduraron y abrieron sus ojos por tanto castigo proporcionado, levantándose entre los muertos y ahora todas esa tierra será de ellos, lo que había soñado alguna vez, y elevando sus alas, y llorando de alegría... ¡soy libre!
¡Vuelvo, alzome!
¡ Levantome después del tercer siglo, de entre los Muertos!
¡Con los muertos, vengo!
la tumbra
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