El Buen Fin

No se sabe cuál va ser el resultado de la primera experiencia del llamado "buen fin" en el país. El balance de esto lo darán los comerciantes en un primer nivel y también los consumidores. La iniciativa suena bastante aspiracional, ya que parece una versión campechanizada de lo que es el fin de semana del Día de Gracias de Estados Unidos. Nada más lejano seguramente será nuestro "buen fin" al llamado "viernes negro" norteamericano. Para empezar la capacidad de compra del grueso de la población de Sinaloa está ya comprometida con los pagos de la renta, educación, servicios y la compra de alimentos. Poco será el margen que tendrán las familias para "aprovechar" las grandes ofertas anunciadas por líderes de organismos como la Cámara Nacional de Comercio. Para algunos la posibilidad de comprar la pantalla de moda o el estéreo de alta potencia tendrá que ser en base al crédito. El problema es precisamente que a pesar de lo que declaran los representantes del comercio, la mayoría de los dueños de las tiendas medianas y pequeñas desconocen cómo va operar el tema del buen fin, incluso algunos hablan de poco margen para poder bajar sus precios. En Estados Unidos grandes cadenas aprovechan este fin de semana para sacar de almacén todo lo que ya no se vendió y resurtir sus establecimientos con productos más relacionados a la época navideña y al invierno. Se encuentran cosas buenas y malas, los consumidores lo saben y aceptan las reglas del juego. Aquí habrá que ver la experiencia de los consumidores por un lado y la de los comerciantes por otro. Si tanto unos como los otros quedan decepcionados de la versión mexicana del "viernes negro", se podría estar hablando del fin del "buen fin"

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