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El Cientismo


Enviado por   •  7 de Marzo de 2012  •  Monografía  •  3.404 Palabras (14 Páginas)  •  490 Visitas

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La religión tiene que ser estudiada objetivamente, esto quiere decir que, desde su punto de vista, tenemos que estudiar la religión como estudiamos cualquier otra manifestación humana, tratando de ver su relación con otras experiencias humanas y, particularmente, en relación con las condiciones económicas y sociales de la sociedad que la ha gestado. En esta línea, Marx critica la religión por considerarla una forma de alienación. La religión es una forma de alienación en tres sentidos:

El Cientismo

El cientismo es la postura que sostiene que la forma más valiosa del conocimiento es la ciencia. De ahí que algunos cientificistas dirán que otro tipo de discurso no tiene sentido, sobre todo el filosófico, porque a nada nos conduciría. En ese sentido el discurso filosófico sólo debe ser tolerado, pero no reconocido, porque nada importante nos proporciona. En efecto, dicen, lo verdaderamente valioso viene de la ciencia y no de la filosofía; sobre todo porque la ciencia es lo único que puede ser verificado experimentalmente, mientras que la filosofía no.

Desde ese pensamiento, toda afirmación bebe ser experimentada y verificada empíricamente. En ese sentido, el discurso metafísico equivaldría a un discurso sin sustento alguno y especulativo en el peor sentido de la palabra. Lo único que deberíamos aceptar, por tanto, es el discurso científico, debido a su gran éxito y a su renovación constante. Esta postura, ha impulsado a pensar a muchos que la filosofía no es un discurso serio, sino puramente especulativo y por tanto indemostrable. Además porque nadie se ha puesto de acuerdo definitivamente acerca de ciertos problemas, como por ejemplo, ¿qué es la felicidad?, etc., mientras que en el discurso científico todos o por lo menos la mayoría se pone de acuerdo, ya que es experimentable y por tanto evidente.

El cientismo sólo acepta el discurso científico, por el solo hecho de ser comprobable, pero erradica el discurso filosófico porque según dicen los cientificistas, es difícil comprobarlo racionalmente. De ahí que para ellos, la ciencia y su método experimental es la única forma válida y seria de conocimiento.

Pero a pesar del éxito que pueda tener el discurso cientificista, no debemos olvidar que este discurso es un discurso reduccionista, porque reduce el ámbito de la realidad a lo experimentable y deja lado la posibilidad de la metafísica. Una objeción cientificista sería por ejemplo, ¿cómo pueden demostrarme que hay algo más allá de lo experimentable? El hecho de que no sea demostrable empíricamente eso no supone que nos consideremos con el derecho de afirmar que la metafísica no existe. Además no hay ilación lógica de lo no experimentable a la no existencia.

Una de las fallas del cientificista es que no se da cuenta de que al hacer ese tipo de aseveraciones también está haciendo filosofía, porque ¿con qué autoridad puede afirmar que lo no experimentable no existe? ¿Ese tipo de interrogantes sobre la realidad de las cosas no es acaso estar haciendo filosofía? Todo discurso que trate de invalidar la filosofía es también filosofía, pero de eso no se dan cuenta los cientificistas; además la ciencia no tiene derecho a descalificar otra forma de conocimiento.

En realidad, dicho discurso incurre en una contradicción preformativa, porque si formulamos una proposición que resuma su postura, esta proposición sería la siguiente: "ningún discurso filosófico es válido, salvo éste" (el discurso cientificista). Y esta también es una postura filosófica. En ese sentido, asumir una postura cientificista sería dejar de lado una de las características principales de la ciencia occidental: la crítica. Porque, ¿cómo puedo decir sólo mis enunciados son válidos y los otros no, si desconozco el otro ámbito del conocimiento? Esa verdad objetiva que el cientificismo dice tenerla, es sólo una mera ilusión, porque la verdad como tal, según Popper, jamás la alcanzaremos.

Critica a la alienación religiosa, filosófica, política, social y económica

LA RELIGIÓN ES UNA FORMA DE ALIENACIÓN PORQUE ES UNA INVENCIÓN HUMANA QUE CONSUELA AL HOMBRE DE LOS SUFRIMIENTOS EN ESTE MUNDO, DISMINUYE LA CAPACIDAD REVOLUCIONARIA PARA TRANSFORMAR LA AUTÉNTICA CAUSA DEL SUFRIMIENTO (QUE HAY QUE SITUAR EN LA EXPLOTACIÓN ECONÓMICA DE UNA CLASE SOCIAL POR OTRA), Y LEGITIMA DICHA OPRESIÓN.

Marx considera que la experiencia religiosa no es una experiencia de algo realmente existente. Su punto de vista es claramente ateo: no existe Dios ni una dimensión humana hacia lo trascendente (por ejemplo, algo así como un alma). Con la excepción de su tesis doctoral “Diferencias entre la filosofía de la naturaleza de Epicuro y la de Demócrito”, en donde expresamente se ocupa de los argumentos tradicionales para la demostración de la existencia de Dios, no encontramos en su filosofía argumentos explícitos que muestren la verdad del ateísmo frente a la verdad del creyente; para este filósofo el ateísmo es más bien un principio. Seguramente porque pensó que ya las críticas de la izquierda hegeliana, particularmente Feuerbach, habían puesto de manifiesto la inconsistencia o falsedad de las creencias religiosas, Marx apenas se molesta en refutar los argumentos para la demostración de la existencia de Dios, o en mostrar el supuesto absurdo de las creencias religiosas. Si queremos buscar en su filosofía una crítica a la religión la encontramos más bien en su idea de la religión como alienación.

La religión tiene que ser estudiada objetivamente, esto quiere decir que, desde su punto de vista, tenemos que estudiar la religión como estudiamos cualquier otra manifestación humana, tratando de ver su relación con otras experiencias humanas y, particularmente, en relación con las condiciones económicas y sociales de la sociedad que la ha gestado. En esta línea, Marx critica la religión por considerarla una forma de alienación. La religión es una forma de alienación en tres sentidos:

• por una parte porque es una experiencia de algo irreal, es una experiencia de algo que no existe. Siguiendo a Feuerbach, Marx considera que no es Dios quien crea al hombre sino el hombre a Dios. Recordemos el esquema básico de toda alienación: el sujeto realiza una actividad que le hace perder su propia identidad, su propio ser; bien por su actividad, bien por el objeto creado mediante ella, en la alienación el sujeto se anula a sí mismo. Según Marx, esto es precisamente lo que ocurre en la religión: el hombre toma lo que considera mejor de sí mismo (voluntad, inteligencia, bonda) y lo proyecta fuera de sí, en el ámbito de lo infinito; a su vez, esta proyección se vive como una realidad que se enfrenta al propio sujeto que la ha creado. Si la religión

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