El Consumo Me Consume

¿El consumo es creado por el Capitalismo?

Como lo describe el libro “El Consumo Me Consume” de Tómas Moulian, el consumo es descrito como una forma de vida para saciar deseos, gozos, placeres y algunas veces es significado de felicidad.

El termino consumo lleva a múltiples debates y estudios del por qué provoca desplazamientos de necesidades básicas en un individuo. Hay registros de esta “problemática” desde la antigüedad en la Burguesía. En aquella época los individuos que tenían mejor acceso a riquezas claramente tenían mejor calidad de vida, lo que creaba un status más elevado por el resto de la ciudadanía.

También podemos asemejar el consumo como una forma de acumulación de riquezas sin fines “necesarios” pero que provocaban un placer de satisfacción.

El libro plantea que el término Neoliberalismo y el Capitalismo provoca en el individuo una insatisfacción en cuanto a necesidades, tiempo de uso de los objetos, posesión de bienes y en el peor de los casos lleva al individualismo. Lo cual genera un estigma en el Cristianismo, el cual llama al individuo a permanecer lejos del consumismo, viviendo de fe y aferrándose a una imagen divina la cual lo llevara a una salvación. Esto se refleja en la doctrina del Ascetismo la cual busca la perfección del hombre por sus medios, llevando una vida austera y mortificante.

Tómas M. define dentro del consumismo tres tipos de figuras Ético-Culturales: a) Ascetas: persona que busca un bien común desplazando el consumo para llegar a una salvación divina. b) Hedonista: persona sometida bajo el consumo, en algunas ocasiones obsesivo, que va ligado únicamente con un pensamiento del placer como principio y objetivo de vida. c) Estoico: persona que busca un equilibrio para complacer un bien común o de sí mismo, sin llegar a extremos.

Si nos ponemos a pensar, en la actualidad, el Capitalismo te somete bajo la figura de un individuo Hedonista. En Latinoamérica, este tipo de política desvaloriza el trabajo del individuo llevándolo a un punto de “frustración emocional”. Tómas M. hace ver a Chile como el mayor precursor de este sentimiento. La tecnología y la globalización generan necesidad de saciar placeres, dejando atrás las necesidades básicas. El hecho de quitarle el tiempo de vida a los objetos o servicios, lleva al consumismo a una forma de vida irrenunciable.

Al final, ¿el consumo genera felicidad? Hay gente que si lo toma como felicidad, ese placer de tener lo que se quiere sin importar el cómo se obtuvo. Claramente es un pensamiento Hedonista. A esto le sumamos que el estado crea una forma de crédito que le da lugar al consumo como una necesidad. El Mall es el lugar perfecto para un consumidor pasivo o activo. Quién diría que esto lo creo el hombre para someter a su misma raza. Pero si vemos la contraparte de esto, los créditos fueron creados para que la gente que no tiene los ingresos

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