El Consumo Me Consume

Vivimos hoy en día en una sociedad totalmente consumista, actitud la cual no siempre es negativa. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que todos aunque queramos ocultarlo somos consumistas crónicos.

Moulian nos habla en esta obra, del resultado de estar sometidos a un sistema capitalista haciendo una gran cantidad de reflexiones sobre este tema.

Me llama la atención que el autor comienza con su autorretrato, reconociéndose como un consumidor obsesivo, y es que todos somos iguales, me atrevería a decir que no existe persona que no consuma, ya sea por placer, satisfacer alguna necesidad o como un deseo. Estamos “consumidos” en este sistema capitalista que todos los días de diferentes maneras nos impulsan a gastar el dinero en productos que muchas veces ni necesitamos, pero el solo hecho de tenerlos nos hace sentirnos bien. ¿Sera que estamos viviendo una especie de competencia por quien consume mas? La verdad es que entre mas lo pienso, mas lo creo.

El autor nos entrega tres tipos de figuras ético-sociales para tratar de entender cual es el problema y de donde viene el consumismo. Mientras leía sobre esta clasificación me parecía un poco cómico las definiciones de cada uno, ya que a mi parecer ninguno es “correcto” sino mas bien buscan su conveniencia, buscan reconocimiento de sus actos, son extremistas en lo que hacen. Ninguno fue de mi total agrado.

Me gusto la idea de diferenciar cuando poseemos a cuando adquirimos. Creo que el hecho de muchas veces confundir estos dos conceptos son el resultado de lo consumistas que somos, ya que solo podemos poseer a quienes tienen alma, ósea según el autor se trata de controlar el interior. Estamos tan sumergidos en este sistema que tendemos a querer y desear un infinito numero de objetos o entretenciones, llegando al punto de hasta establecer cierto tipo de relaciones con los objetos ya sean instrumental, simbólica o afectivas.

Moulian nos habla que dentro de este modelo capitalista no puede faltar el despilfarro ya sea por la ceguera del mercado o por el nivel que cada individuo tenga de esclavización por el consumo como deseo. Es entonces por este fenómeno de despilfarrar y el capitalismo en si, lo que nos hace como sociedad querer cada vez mas cosas, no importa que no tengamos dinero por que existen as tarjetas de crédito, llegando a ocasiones en que las personas no tienen dinero para pagar esas innumerables cuentas, pero no importa ya que es solo hecho de tener sus hogares con diferentes objetos los hace subir de nivel y adquirir un cierto respeto de parte de los demás.

Como antes mencione, la existencia de las tarjetas del crédito o el crédito en si le facilitan a la persona el adquirir mas bienes muebles. Pero cae sobre ellos el control total por parte de quienes le entregan esta especie de “ayuda”. Se transforman en un arma de doble filo teniendo el poder de generar gran tensión utilizando para ello la persuasión, la presión y el castigo siendo este el mas temible y grave el cual implica llegar al lugar del deudor y embargar sus bienes con el fin de saldar la deuda que este tenga.

El autor nos menciona que el hecho de ser “beneficiado” con el crédito nos entrega reputación. Esto se debe a que para que se nos otorgue debemos presentar diversas pruebas que respalden que somos capaces de pagar las futuras deudas que adquirimos con ellos. Es por eso que solo algunos (sigue siendo la mayoría) adquieren los créditos dejando aislados a quienes no llegan a cumplir los requisitos. Esto los pone es una posición de no surgimiento, viendo como pasan por fuera de sus hogares los aires de modernización de los cuales ellos están excluidos, catalogados de no confiables, sin poder

...