Ensayo De El Consumo Me Consume
Enviado por maritza • 22 de Abril de 2014 • 1.860 Palabras (8 Páginas) • 1.155 Visitas
El consume me consume. “El poder de las influencias externas y las características del cliente para el consumo”.
(Tomás Moulian)
Alumno: Maritza Curinao L
Docente: Mauricio Flores.
Fecha: 14/04/2014
Índice
Tabla de contenido
Portada 1
Índice 2
Introducción 3
El consume te consume 4
El consumidor asceta. 5
El Consumidor estoico 6
El Consumidor hedonista 7
Conclusión 8
Introducción
¿El consume te consume?
El consumo es una operación cotidiana e imprescindible que está ligada al desarrollo vital del ser humano. Para el desarrollo del consumo podemos indicar que a través de un acto ordinario llamado trabajo es por la cual poder satisfacer nuestras necesidades materiales, físicas o espirituales y así aumenta nuestra calidad de vida.
El consumo es el uso que hace el hombre de los bienes o servicios que están a su disposición con el fin de satisfacer sus necesidades materiales, físicas o espirituales.
Estamos “consumidos” en este sistema capitalista que todos los días de diferentes maneras nos impulsan a gastar el dinero en productos que muchas veces ni necesitamos, pero el solo hecho de tenerlos nos hace sentirnos bien.
Tomás Moulian también habla del consumo como tradición analítica, inspirada por los principios de la moral cristiana, de la austeridad. Esto nos indica que los cristianos consideran que el consumo solamente se debe ejercer cuando hay una necesidad propia o para ayudar a alguien que lo necesita. Esta moral (como dice Moulian) tiene dos reglas la del autocontrol y la de la solidaridad. El autocontrol es visto como un preciso camino a la perfección, ya que los que están viviendo en la fe en dios, rechazan el goce terrenal o mundano dado que Dios dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”, y la solidaridad o ofrenda para los cristianos es la materialización del amor que le tienen a Dios.
Me gusto la idea de diferenciar cuando poseemos a cuando adquirimos. Creo que el hecho de muchas veces confundir estos dos conceptos son el resultado de lo consumistas que somos, ya que solo podemos poseer a quienes tienen alma, ósea según el autor se trata de controlar el interior. Estamos tan sumergidos en este sistema que tendemos a querer y desear un infinito numero de objetos o entretenciones, llegando al punto de hasta establecer cierto tipo de relaciones con los objetos ya sean instrumental, simbólica o afectivas.
En esta sociedad moderna podemos encontrar tres figuras con respecto al consumo.
• El consumidor asceta.
La palabra Asceta viene del griego y significa “ejercicio y/o ejercitarse”. En efecto, la actitud asceta se caracteriza por la subordinación del proyecto vital a un objetivo superior, espiritual, trascendente y extra mundano. De ese modo, su vida social e individual es sólo un “ejercicio” para acercarse y lograr ese objetivo filo religioso. Su comportamiento se rige, por tanto, en función de esa trascendencia; para lo cual, tiene que existir una fuerte coherencia –y consecuencia- entre su práctica cotidiana –su accionar- y su discurso.
Las consecuencias, en el plano del consumo, se observan en que sus conductas y prácticas –como acto cultural y mercantil- se subordinan a sus convicciones y principios… que son, la expresión de su discurso e ideología. En ese contexto, los placeres y los deseos, los goces y el disfrute, los objetos, sus usos y estéticas también forman parte de esa subordinación. En ese camino, hay que reprimir –y anular- el deseo y reducir al mínimo el placer de lo material. Hay, por tanto, un ejercicio de renuncia mundana. Una especie de transición hacia la salvación. Se trata, de un tipo que es capaz de posponer deseos en función de sus principios. Siempre sus objetivos trascendentales y superiores limitan el goce presente.
Para el asceta el “sentido de la vida” o la dirección de su proyecto existencial es realizar objetivos trascendentales, a través de una negación de sí mismo, la cual envuelve la negación de los otros, en la medida que la finalidad superior lo exija. El asceta busca la salvación, la cual
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