El Hombre Contemporáneo: El Hombre Que Olvidó Su Espíritu

El Hombre Contemporáneo: El Hombre Que Olvidó Su Espíritu

En este ensayo voy a demostrar que las humanidades son importantes no solo para el nivel intelectual o educativo de una población, sino también para la formación de seres humanos que tengan conciencia, que piensen por sí mismos y que impacten la sociedad con ideas innovadoras y beneficiosas en lo posible para todos. Para que no exista ambigüedad entiendo las humanidades como las ciencias del espíritu que se encargan de estudiar al ser humano no como un objeto científico que puede comprenderse por medio de datos y experimentos, sino como un estudio detallado y delicado del hombre desde toda su complejidad. 

Para empezar, voy adoptar una postura a favor del discurso que dio la filósofa Martha Nussbaum el pasado 10 de diciembre del 2015 en la universidad de Antioquia; en el cual ella critica cómo los gobiernos actualmente recortan los presupuestos y en algunos casos cierran las facultades de humanidades argumentando que no implican un crecimiento en la economía de un país. Lo anterior se puede evidenciar en el siguiente fragmento:

Ansiosas de lucro nacional, las naciones y sus sistemas de educación, están descartando descuidadamente habilidades que son necesarias para mantener vivas las democracias. Si esta tendencia continúa, las naciones de todo el mundo pronto estarán produciendo generaciones de máquinas útiles, en lugar de ciudadanos completos que puedan pensar por sí mismos, criticar la tradición y entender el significado de los sufrimientos y logros de otra persona. (Nussbaum, 2015)

No son importantes para la economía ni para el mundo “real”

Uno de los ejemplos que causó más controversia fue el tuit del actualmente presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en donde propone una disminución en la inversión pública a las carreras universitarias relacionadas a las humanidades. Igualmente reitera que más bien se debe “centrar en áreas que generen un retorno inmediato al contribuyente: veterinaria, ingeniería y medicina” (Galarraga, 2019) Lo anterior no es nuevo y es que todos hemos escuchado comentarios muy similares e incluso en Europa en los últimos años se han recortado cursos de filosofía, antropología y sociología.

(silogismo disyuntivo-argumento deductivo)

Lo anterior nos hace pensar dos cosas, algunos gobernantes si se preocupan realmente porque toda su población tenga excelente calidad de vida y esto solo se puede lograr a costa de la acumulación de capital, o bien, las personas que estudian humanidades tienden a ser peligrosas para los oligarcas que, gracias al apoyo de un pueblo ignorante y servil, han logrado el lucro no de la nación sino el de su clase.

No obstante, nuestra primera premisa es falsa o al menos en el caso de Latinoamérica, a casi ningún gobernante, le interesa el bienestar colectivo de las personas. Bolsonaro es un claro ejemplo, no es acaso Brasil uno de los países más desiguales del mundo pues datos como que “durante el 2016 y el 2017 la población de personas pobres paso de 52,8 millones a 54,8 millones”. (AFP, 2018) Y una objeción podría ser que con el aumento a una educación con vistas al aumento económico como propone el actual mandatario podría ser la solución de la pobreza. Pero los anteriores datos consideran a las personas pobres como los que sobreviven con hasta 5 dólares al día, debemos suponer que una persona en situaciones de tal índole en lo que menos piensa es en estudiar ya sea ingeniería o filosofía.

Si lo anterior es falso entonces nuestra otra premisa debe ser verdadera y es que cuando una población se atreve a pensar de manera crítica y a desafiar un sistema de valores del que el gobierno de turno tiende a aprovecharse, dichos gobiernos saben que cuando las personas piensan autónomamente, no hay forma de ejercer control moral ni físico. De ahí, que cuando un gobierno injusto no puede ejercer el control ni mental ni físico sobre las personas, sabe que su única opción es ceder a las peticiones que la mayoría de las veces buscan justicia, igualdad o libertad.

Pero ¿Qué tienen que ver las humanidades? Aunque no es un hecho de causalidad es decir que es siempre seguro que ocurra, “Las habilidades que se asocian con las humanidades y las artes: son la capacidad de pensar de manera crítica; la capacidad de trascender las lealtades locales y acercarse a los problemas mundiales como un ciudadano del mundo” (Nussbaum, 2015)

Por lo tanto, si una población tiene habilidades como el pensamiento crítico que se pueden alcanzar cuando se profundiza en las humanidades, dicha población es consciente de sus derechos como ciudadano y al ser consciente de estos, una entidad como el estado tiene que brindar soluciones y alternativas cuando existe una inconformidad en la población. (Silogismo hipotético-Argumento deductivo)

Aunque no se debe concluir que la filosofía y las ciencias humanas solo son útiles en movimientos en busca de la libertad, la igualdad y la justicia. Solo es un argumento que nos prueba que las ciencias del espíritu si tienen efectos en el mundo y no solo a nivel político sino también a nivel económico, cultural o científico.

¿Qué tan necesario es para el ser humano un área como la filosofía?

Una de las mayores críticas que tiene la filosofía es que nunca llega a una conclusión certera, prácticamente todas sus preguntas llevan a mas preguntas y sus respuestas son de una naturaleza aporética. Aunque todas estas aseveraciones tienen sentido, no se puede descalificar la filosofía de tal manera, porque sería similar a comparar al hombre mas fuerte con la mujer más fuerte, lógicamente por cuestiones físicas y anatómicas el hombre tendría ventaja. De igual forma si comparamos la química con la filosofía bajo un criterio pragmático, lógicamente la química tendría ventajas porque es una ciencia experimental. (Argumento por analogía)

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