El Lenguaje Del Universitario
Enviado por ANGEL.VALDEZ • 21 de Febrero de 2012 • 504 Palabras (3 Páginas) • 555 Visitas
El lenguaje de un universitario
Por: Juan De La Borbolla R.
El lenguaje puede considerarse un producto social derivado de convencionalismos basados en ese acuerdo primeramente tácito, pero posteriormente también expreso y especificado en reglas establecidas por organismos como las Academias de la Lengua.
Las palabras gozan también de códigos especificados para la utilización de algunas de ellas con determinados fines concretos como por ejemplo las llamadas malas palabras: groserías, blasfemias o vulgaridades cuyas funciones pueden ser: agredir, ofender, insultar, crear un daño o molestia moral a aquél a quien se lanza dicho epíteto; llamar la atención con el exabrupto o el uso rotundo que se le dé a ciertas palabras o simplemente demostrar la pobreza verbal de un individuo al tener que recurrir constantemente a esta clase de vocablos a falta de conocer otros más precisos al fin que propugna.
Un gran problema de nuestro tiempo es que al decrecer en los niños y jóvenes la afición por la lectura de los clásicos, el vocabulario con el que se manejan en su vida de relación social tiende a ser paupérrimo.
Hay estudios que refieren que un joven contemporáneo puede manejarse con un léxico no superior a 400 palabras, en razón a conocer más o menos esa cantidad de vocablos que son generalmente los que se manejan en esos medios a los que él acude principalmente en su proceso de socialización e instrucción: libros de texto, comentarios de radio, programas de TV y artículos en revistas y periódicos no necesariamente de información general que son los que habitualmente consume.
Pero además de esa pobreza terminológica de muchachos que se dicen estudiantes e incluso universitarios, hemos caído en los últimos tiempos también de la mano de la vulgarización de los medios audiovisuales, principalmente el cine y la TV en la proliferación del “lenguaje infecto”, a decir de un periodista español.
Este hecho no deja de tener trascendencia: Decía Aristóteles que al descuido de las palabras, sigue directamente el descuido en las acciones ejecutadas.
La grosería, el swearword (como lo define el diccionario de Oxford) la schimpfwort o kraftwort que dijeran los alemanes; la parolaccia o bestemmia a decir de los italianos; la gros mot de los franceses, el taco de los españoles o la leperada del altiplano mexicano, tiene una razón de ser que desgraciadamente en estos momentos ya incluso no es comprendida, puesto que al proliferar la vulgaridad en general, la palabra soez pretende ser utilizada en el lenguaje común como una más, precisamente por la limitación subsistente de darle a las palabras su sentido correcto, inclusive a las groserías.
Escribía hace poco un profesor universitario español de la carrera de Comunicación: “Me parece que es urgente una labor de limpieza y de higiene frente al mal hablar que adultera la convivencia universitaria con
...