El Mestro Y Su Practica Docente
Enviado por calamaro87 • 22 de Febrero de 2014 • 1.904 Palabras (8 Páginas) • 242 Visitas
INTRODUCCIÓN:
En la asignatura del maestro y su práctica docente dentro de la primara unidad se revisaron temas como: sabiduría docente, la práctica docente rescate e innovación, reflexión en la acción de la práctica docente, los cuales serán guía para el desarrollo del siguiente escrito en donde se inicia por plantearse ¿Cuáles son los saberes que debe poseer un docente para poder enseñar a los estudiantes? ¿Qué conocimientos prioriza al enseñar?
Así mismo se presentan algunas ideas del autor Donald A. Schön, sobre la reflexión de la acción. La reflexión nos ayuda a mejorar la tarea y a replantearnos los objetivos a lograr en nuestro hacer educativo y solamente la persona que reflexiona sobre lo que hace será capaz de transformar la realidad que vive.
También se retoma la pedagogía de Para Paulo Freire, quien menciona que “la reflexión crítica sobre la práctica se torna una exigencia de la relación Teoría-Práctica sin la cual la teoría puede convertirse en palabrería y la práctica en activismo” para este autor la toma de conciencia por parte del sujeto será el medio que lo liberara de las ataduras opresoras de las cuales es parte.
Lo que nos interesa dentro de todo este escrito es plasmar ideas sobre el proceso de reflexión que debe hacer el maestro, para lograr una transformación de su práctica docente.
DESARROLLO:
El maestro tiene la tarea de resolver situaciones de enseñanza, el enseñar exige la reflexión crítica sobre la práctica y la toma de decisiones en cada situación con cada alumno y grupo en todo momento. La pregunta aquí es ¿Qué conocimientos son útiles para la enseñanza? ¿Cómo es que emplea estos conocimientos en la práctica? ¿Cómo potencializar estos saberes para logar una mayor eficiencia en su labor educativa? ¿El docente es un simple consumidor del conocimiento o un constructor?
Dentro de su quehacer cotidiano el maestro implementa diversos saberes que son producto de su preparación profesional, pero también estos saberes pueden ser generados en la práctica docente, para poder identificarlos como tales, se necesita someterse a un proceso de crítica, que permita darse cuenta del nivel de conciencia e identificar los saberes en el contexto histórico social en donde se están dando y así poder modificarlos, enriquecer o descartarlos.
Para Wilfred Carr y Stephen Kemmis (1988) los maestros poseen y utilizan en su trabajo los siguientes saberes: los de sentido común: que son las suposiciones y opiniones que dan de sus estudiantes. Saber popular: por ejemplo cuando el maestro dice que los estudiantes están más intranquilos cuando hace viento. Los contextuales: hacen referencia a lo que se sabe acerca de la comunidad, del grupo de clase. El maestro también posee un grupo de destrezas que utiliza para poner orden y disciplina dentro del grupo. En quinto lugar están los saberes profesionales que son las estrategias de enseñanza y los contenidos curriculares. En sexto lugar las teorías morales y sociales y los planteamientos filosóficos generales.
Estos tipos de saberes que enumeran los autores son un punto de partida, para identificar los tipos de saberes que se tienen y cuales deben fortalecerse, sin embargo no se puede delimitar completamente el saber que debe poseer un maestro ya que su trabajo educativo está basado en actos sociales, en relaciones entre personas, por lo tanto los saberes no pueden generarse desde un aspecto solamente científico, si no debe existir también el rescate de la práctica. La teoría no puede guiar a la práctica, si no deben ser complementarias, debe existir una praxis la unión entre la teoría y la práctica.
Para Donald A. Schön (1992) “la reflexión en la acción se constituye, pues, en un proceso que capacita a las personas prácticas a desarrollar una mejor comprensión del conocimiento en la acción, ampliando la competencia profesional de los prácticos, pues la reflexión en la acción capacita a los profesionales para comprender mejor las situaciones problemáticas, y les reconocer la habilidad para examinar y explorar las zonas indeterminadas de la práctica”.
Desde esta perspectiva la práctica educativa se ve como una actividad reflexiva, en donde se requiere que el maestro debe comenzar por reflexionar su práctica para poder modificarla y transformarla. La perspectiva critico-social de Carr y Kemmis (1988) aportan nuevas ideas de la enseñanza y del profesorado que son complementarias con las ideas de Schön (1992) sobre la reflexión en la acción. La reflexión sobre la práctica y la adopción de una posición crítica frente a lo social son dos formas de avanzar o tomar conciencia de los problemas dentro del contexto educativo. El cambio educativo implica cuestionar de manera crítica las relaciones educación y sociedad. La clave es comprender las estructuras tanto sociales, históricas y económicas y poder actuar sobre las mismas.
El docente debe comenzar con un proceso de concientización de su práctica, esto será el instrumento de trabajo, pero la concientización esta estrechamente ligado a la liberación del hombre; es decir para que un maestro pueda tomar conciencia de su práctica educativa debe lograr la liberación de la fuerza opresora, pero ¿Realmente el docente es consciente de la fuerza opresora de la que es sujeto-objeto? En la medida que vaya liberándose de las ataduras de la fuerza dominante, y es precisamente mediante la enajenación que la fuerza dominante logra controlar a las personas, para que no sean racionales, sino reproductoras de ideologías.
Según Paulo Freire (1975) es mediante la liberación y la toma de conciencia que se llega a lograr una trasformación de la práctica educativa del docente. “La concienciación se presenta como un proceso educativo en un sentido más amplio, negando la transmisión del conocimiento terminado y completo. En el contexto de liberación, la educación es un acto de conocimiento. El objeto de ese proceso de conocimiento es el mundo real; la realidad vivida a diario por la gente la que
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