El Niño Trabajador
Enviado por rmrm • 20 de Mayo de 2014 • 1.466 Palabras (6 Páginas) • 295 Visitas
El trabajo existe desde que el hombre existe, porque esta palabra se aplica en parte a toda acción, movimiento, esfuerzo o tarea física o mental, destinada a un fin, para lograr bienes con que satisfacer necesidades humanas.
Prácticamente son nulos los escritos sobre los antecedentes del trabajo de los menores en México. Por ejemplo, en la época prehispánica, a través del Calmecac y el Tepuchcalli, que eran las escuelas, la primera para las clases privilegiadas y la segunda para los menos privilegiados. Al ser obligatoria la escuela, se impedía en gran medida el trabajo de los niños.
Aunque no existen muchos escritos al respecto, es de suponerse que nuestro país no pudo abstraerse a la situación que imperaba.
Como ya se mencionó, toda actividad que realiza el hombre es trabajo. La mayor parte de las veces estas tareas no son nocivas. El problema surge cuando comienzan a ser explotados en beneficio de un tercero, como sucedió en la revolución industrial, en que eran explotados en fábricas textiles o minas. Otro problema aparece cuando tiene que adoptar las funciones del adulto para mantener o contribuir a la manutención de la familia o bien cuando se encuentra solo en la calle y tiene que trabajar para sobrevivir.
La OIT, en su informe de 1992 a la Conferencia Internacional del Trabajo, señaló que la explotación de los niños es una de las peores formas de trabajo forzoso, e indicó que el trabajo infantil debe ser abatido enérgicamente y castigado con severidad.
Este problema está vinculado estrechamente con la pobreza de las familias, pues el niño tiene que contribuir al presupuesto familiar, trabajando dentro de la misma familia o en el exterior. El subdesarrollo económico, social y cultural es el común denominador en todos estos casos. Otros factores que contibuyen son la falta de establecimientos escolares, la enorme distancia a la que se encuentran, deficiente legislación laboral protectora junto con un sistema deficiente de inspección e indiferencia de la sociedad con respecto al trabajo de los niños.
Cuando los niños dependen de un patrón, las condiciones son fijadas unilateral y arbitrariamente por el empleador. Frecuentemente se les pone a trabajar en lugares insalubres, mal ventilados, mal iluminados o contaminados, en medio de calor sofocante, sin ninguna protección o contra las inclemencias del tiempo, en posiciones incómodas o en contacto con sustancias tóxicas.
La duración del trabajo tampoco guarda proporción con la edad y muchas veces sobrepasa las 12 horas. También tienen que trabajar los siete días de la semana sin disfrutar de vacaciones ni días feriados. Los que trabajan dentro de la familia, no reciben nada. Cuando trabajan lejos de la casa, a veces lo hacen únicamente por alojamiento y comida. Cuando trabajan de manera independiente, su salario depende de la suerte, el lugar, el día o la época del año.
El trabajo en los niños tiene efectos dañinos para el bienestar y desarrollo de la personalidad. Cuando el niño trabaja fuera de la casa, no se integra a la familia. Se encuentra lejos de la supervisión de los padres para que sea dirigido por un buen camino su desarrollo integral. El niño que trabaja no dispone de tiempo para el juego, el deporte y la cultura. El niño que trabaja fuera de casa está expuesto a peligros sociales por las malas influencias. Tienen el riesgo de padecer enfermedades, por ejemplo, deformación en la columna. Poseen dificultades para terminar la educación básica.
Para las empresas con escaso poder adquisitivo y que funcionan en forma clandestina, e incluso les resulta difícil pagar el salario mínimo, los menores son trabajadores excelentes porque son dóciles, se ven forzados a aceptar en silencio las condiciones de trabajo, los salarios y la inseguridad que se les ofrece.
En algunos casos los niños trabajan permanentemente para contribuir al sostén de la familia, en otros, solamente lo hacen cuando el padre se encuentra enfermo, abandona la familia o cuando surge una necesidad.
La desintegración familiar aumenta el problema, porque los hijos tienen que trabajar para ayudar a la madre a completar los escasos ingresos que ella obtiene. Otras veces los niños son abandonados y tienen que trabajar para subsistir.
El entorno cultural del niño que trabaja favorece y estimula la incidencia del trabajo infantil. Cuando los niños observan a los adultos instruidos, pero desempleados, consideran que es mejor que sus hijos aprendan un oficio en vez de ir a la escuela. La autoestima de estos niños es muy baja y aunado a las condiciones de trabajo en que se desenvuelve, se asocia con una baja
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