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El Problema De Las Prisioneros En Mexico


Enviado por   •  10 de Febrero de 2014  •  1.973 Palabras (8 Páginas)  •  286 Visitas

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EL PROBLEMA DE LAS PRISIONES Y PRISIONEROS EN MÉXICO

Tenemos cambio de personal de equipo para poder terminar la presentación con más fuerza.

He asignado áreas de la presentación: ¡Ojalá que les guste su papel!

Rafa: presentación de estadísticas y problemas

Ricardo: mecanismo de la soga y GPS. Ricardo ¡tienes el momento más alarmante de la presentación! Sacar la soga de la bolsa y ponértelo

Luís Zavala: tienes el papel más sofisticado—contradecir las objeciones al uso de la Soga

Paty: papel de la mujer. Sylvia tienes uno de los papeles más dramáticos al fin de la presentación. ¡Y vas a cantar!

Por favor hagan cualquier sugestión que mejore la presentación o que la haga más fácil o dramática.

Las Estadísticas—Rafa Ramos

“Dame Libertad o dame Muerte!” Patrick Henry, patriota estadunidense

Toastmaster, Presidente, Colegas:

Entre 2001 y 2005, en cuatro años, el número de prisioneros en México incrementó un 48% de uno y medio prisionero por cada mil personas a dos por cada mil o uno para cada 500 personas. En ese mismo periodo México incrementó en 4 años el número de policías. México pasó en 4 años de 24 policías por cada 100,000 habitantes a 79 policías de menos por cada 100,.000 habitantes .

En 2010 hubo el mismo porcentaje de prisioneros encarcelados que en 2005 , pero 60.1% de los condenados cumplían sanciones en libertad y sólo 39.9 por ciento dentro de los centros penitenciarios . ¿Por qué poner los condenados en libertad? Quizás porque “El sistema carcelario mexicano está sobresaturado. Su tasa de ocupación es de 137%, igual que Colombia y más bajo que Argentina.

Pero, además, en 2009, sólo el 1.1 por ciento de los presos liberados logró un puesto de trabajo; porcentaje que resultó ser la mitad del registro de 2005 (2.2 por ciento) . “Es urgentemente la legislación federal y local para que los internos puedan trabajar dentro o fuera del penal, con la finalidad de cubrir la reparación del daño a la víctima del delito, proveer a la manutención de su familia y disminuir el costo para el erario con motivo de su reclusión.”

¿Qué aprendemos de estas estadísticas?

1. Que el aumento del número de policías no disminuye el delito.

2. Que va creciendo el número de personas condenadas del delito ya que más de 60% se ponen en libertad.

3. Que muy pocos de los condenados puestos en libertad encuentran trabajo.

4. Que los penales están sobresaturados

5. Que hay que encontrar trabajo para los condenados fuera del penal.

En los Estados Unidos la situación puede ser peor: En los Estados Unidos la población de prisioneros dobló en la década 1985 a 1995. En 1985, uno de cada 320 estadounidenses se encontraba en prisión o en la cárcel en comparación con uno de 167 personas en 1995. El número de prisioneros subió a casi el l.6 millones en 1995. A finales de l995 uno de cada 167 personas en los Estados Unidos estaba preso.

Si esta proporción sube década tras década con la misma rapidez; en seis décadas, uno de cada otra persona sería encarcelada.

Desde l985 hacia 1995, las prisiones y las cárceles federales, estatales y locales de los Estados Unidos han tenido que añadir l, 618 nuevas camas cada semana. Nuevas cárceles locales se han construido, pero las prisiones estatales y federales están muy por encima de su capacidad como estamos en México.

Esa es la situación en los Estados Unidos ¿pero que dicen nuestras estadísticas de nuestro país, México? Tenemos que encontrar una manera de hacer prisioneros pagar algo por su propia rehabilitación. Tenemos que encontrar una manera de enseñarles a ser más productivos en la vida real.

¿Qué estamos haciendo para la rehabilitación de estas personas condenadas? ¿Pueden ser rehabilitados en la cárcel? No. Tienen que ser rehabilitados, si se puede hacer, en la sociedad. Si, como sociedad, sólo seguimos haciendo lo que estamos haciendo pronto tendremos muchos hogares de ancianos caros. Tenemos que buscar nuevas soluciones.

La Soga electrónica-GPS—Ricardo Sam

Tenemos una solución. [Saca soga de mecate de la bolsa.] Esto no es lo que ustedes piensan que es. Hay que imaginar que este es una soga electrónica de plástico duro. Esta soga envía y recibe señales constantemente a una estación de monitorización o vía satélite que supervisa cientos de estas sogas electrónicas. La soga se cuelga sobre el cuello del prisionero. [Colgar la soga sobre la cabeza] Así es que será común que el público se refriere al prisionero de cual se le colgó una soga electrónica como “el ahorcado.”

La soga electrónica se informa, a pocos metros, en qué lugar de la tierra el ahorcado se encuentra al igual que se pudieran localizar los soldados en el desierto sin caminos durante las guerras en Kuwait, Afganistán e Irak. Estas señales serán registradas en una cinta para que se lleve un registro de donde el hombre o la mujer ahorcada estuvieron de día o noche--en particular. Pensamos que la mayoría de los que fueron condenados se pondrían la soga en lugar de estar tras las rejas.

Las señales que la soga emitirá y recibirá señales a un satélite mantendrán intacta una píldora de veneno implantado en el cuerpo cerca del corazón del hombre o la mujer ahorcada. Si la soga electrónica falla de señalar al dispositivo al que está conectada la pastilla, la pastilla se desintegra y mata al ahorcado. Para mantenerse con vida, el ahorcado tendría que presentarse a un punto determinado, por teléfono o en persona, cada 24 o 48 horas, dependiendo de su historial, para validar o modificar los códigos de señales y recargar el sistema de la soga electrónica. Si el ahorcado se sale demasiado lejos de las fuentes de la señal, eso pudiera causar que el sistema falle y mate el ahorcado. Ninguna de esta tecnología es nueva. Mancuernillas del tobillo electrónicas se utilizan en muchos lugares del mundo para los reclusos bajo arresto domiciliario. La diferencia

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