El Señor De Las Moscas

Uno de los primeros filósofos en formular una propuesta teórica respecto al tema es Thomas Hobbes en su obra clásica: Leviatán, publicada en 1651, donde sentenciaría que los hombres son brutales y violentos en su estado natural, y que solamente la imposición de la ley ó del orden en la sociedad podría controlar sus tendencias y su instinto natural hacia a la agresión. En contraparte, Rousseau en 1762 introduce el concepto del “buen salvaje” en su obra El contrato social, donde sugiere que los seres humanos son buenos por naturaleza y que es la sociedad restrictiva la que los transforma en seres agresivos y depravados.

La visión de Hobbes fue retomada por Freud en el siglo XX, dando a lugar a la teoría psicoanalítica que postula los hombres están “programados” para la agresión por su naturaleza biológica. En su libro Más allá del principio de placer sustentó que la agresión se deriva de un poderoso deseo ó impulso de muerte (thanatos) presente en todas las personas. El impulso, inicialmente dirigido hacia la autodestrucción, es parcialmente reorientado hacia fuera, en dirección a los demás. Parte del impulso de muerte participa en la constitución del superego, que se torna mucho más severa mientras más renunciamos a demostrar agresión hacia los demás. Al mismo tiempo Freud postuló la existencia de un impulso de vida (eros), asociado al placer, al amor y a la procreación que se oponía a thanatos. “La conclusión obtenida hasta este momento, que estatuye una tajante oposición entre las y las pulsiones sexuales, y según el cual las primeras se esfuerzan en el sentido de la muerte y las segundas en el de la continuación de la vida, resultará insatisfactoria en muchos aspectos, aún para nosotros mismos”( Freud,1920 p 12).

Afortunadamente, para todos nosotros, la evolución del comportamiento humano puede comprenderse sin violencia como represión de las pulsiones, que ha dado pie a lo más edificante de la especia humana

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