El Sindicalismo
Enviado por obedemanuel • 24 de Mayo de 2012 • 5.362 Palabras (22 Páginas) • 426 Visitas
El sindicalismo
mexicano:
entre la
marginación y
la recomposición
SVENJA BLANKE
Los sindicatos mexicanos ocupan un
lugar marginal como actores políticos y
sociales. Esto es consecuencia de los
cambios económicos generados por las
políticas de liberalización y apertura y de
las prácticas internas antidemocráticas,
la falta de autonomía y la sumisión frente
al Estado. A pesar de este panorama
sombrío, últimamente han aparecido
casos que demuestran la capacidad de
acción de las organizaciones sindicales,
como el conflicto en el estado de Oaxaca,
la disputa por la deposición de Napoleón
Gómez Urrutia y el enfrentamiento con la
empresa Euzkadi. Para recuperar el
protagonismo, los sindicatos mexicanos
deberían reformular sus prácticas, ponerlas
en línea con el proceso de democratización
iniciado en el país y explorar formas de
cooperación con las federaciones
sindicales regionales e internacionales.
Los sindicatos en México se encuentran en un momento crítico y decisivo.
Por un lado, han sido desplazados a un rol marginal como actores políticos
y organizaciones sociales. Por otro, surgen en ellos sectores que exigen
formas de relaciones laborales nuevas y progresistas y que parecen capaces de
imprimirle una nueva orientación al sindicalismo.
El movimiento sindical mexicano es muy débil. En 2005, solo 10,17% de la población
económicamente activa estaba organizada sindicalmente, lo que implica
que en los últimos 25 años los sindicatos mexicanos han perdido a más
Este artículo es copia fiel del publicado en la revista NUEVA SOCIEDAD No 211,
septiembre-octubre de 2007, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.
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de la mitad de sus afiliados. Las cifras del sector industrial son especialmente
alarmantes: el porcentaje de trabajadores sindicalizados pasó de 22% en
1992 a 11,6% en 2002. En general, la influencia política de las organizaciones
de trabajadores mexicanos es mínima y su poder de negociación muy limitado.
Según varias encuestas, alrededor de 70% de los ciudadanos no tiene confianza
en los sindicatos: solo la policía y los partidos políticos muestran peores
resultados.
Sin embargo, al mismo tiempo algunos sectores del movimiento sindical se
encuentran en un proceso de recomposición que muestra una nueva dinámica
y nuevas posibilidades de influencia. Los conflictos generados en el estado
de Oaxaca, la disputa en la empresa Euzkadi y el caso del líder sindical Napoleón
Gómez Urrutia revelan una reorientación de algunos sectores del movimiento
sindical: en el primer caso, la demanda apuntó al fin de los contratos
laborales temporales y a un aumento salarial según el costo de la vida en
Oaxaca; en el segundo, se trató de la defensa de los contratos colectivos y la
resistencia contra la política del despido y el cierre de fábricas; y en el tercero,
el conflicto giró alrededor de la autonomía sindical.
El conflicto en Oaxaca, que se inició en mayo de 2006 y se mantiene hasta hoy,
fue desencadenado por la demanda del sindicato local de maestros, que exigía
regularizar los contratos laborales temporales y aumentar los sueldos según
el verdadero costo de vida en el estado, un destino turístico con precios
elevados. El segundo caso es el de la demanda del sindicato de la empresa
llantera Euzkadi, que pertenecía al consorcio alemán Continental, que reabrió
la planta cerrada desde diciembre de 2001 sin el aviso que, por ley, debía dar
a los trabajadores. Este caso refleja la lucha por contratos colectivos y condiciones
laborales contra una empresa multinacional. Finalmente, la deposición
oficial de Napoleón Gómez Urrutia como secretario general del Sindicato Nacional
de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República
Mexicana (STMMRM) por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social
desató una campaña conjunta de distintas federaciones1 que rechazaban la intervención
del Estado en asuntos internos de los sindicatos. Esta alianza, sin
embargo, se disolvió debido a desacuerdos políticos en ocasión de las elecciones
presidenciales de 2006.
1. La Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), afiliada a la Organización
Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT); la Confederación Regional Obrera Mexicana
(CROM); la Confederación Obrera Revolucionaria (COR), afiliada a la Central Latinoamericana de
Trabajadores (CLAT); el Frente Sindical Mexicano (FSM) y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT),
afiliada a la ORIT.
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Aunque diferentes, los tres conflictos señalados coinciden en la búsqueda de
mejores condiciones laborales y de vida y en el reclamo de que se respeten los
derechos fundamentales de los trabajadores. Este artículo analiza el papel y
el posicionamiento de los sindicatos mexicanos y cómo éstos se involucran,
por un lado, en el proceso de democratización que atraviesa México y, por
otro, en el contexto regional.
■ Contexto político y económico
Las elecciones de 2006 y el conflicto en el estado de Oaxaca generaron la mayor
crisis social y política de México desde la instalación de la democracia.
Desde un punto de vista político y socioeconómico,
el país se divide entre un
norte conservador, relativamente rico, y
un sur más pobre. Tanto en el ámbito nacional
como en el estadual las prácticas
del viejo sistema autoritario-corporativista
conviven con nuevas políticas y estructuras
democráticas. La confrontación
en Oaxaca –estado ubicado en el sudeste
del país– entre el sindicato del magisterio
y los movimientos sociales por un lado,
y el gobernador por el otro, ilustra los
desequilibrios de la consolidación democrática.
Así, mientras el país vivió una
elección presidencial muy disputada, en
la cual se enfrentaron diferentes modelos de desarrollo, los maestros y las organizaciones
sociales de Oaxaca trataron de poner fin al gobierno corrupto de
Ulises Ruiz mediante
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