El Trabajo Infantil

El trabajo infantil

El Trabajo Infantil se constituye como toda actividad sistemática y económica, remunerada o no, realizada por niños y niñas que forzados por personas o circunstancias tienden a solventar su autoabastecimiento o al sostenimiento familiar lo que mediatiza su desarrollo físico, mental e intelectual pleno.

Es común ver a menores en las calles vendiendo frutas, chicles, limpiando los parabrisas de los carros, etc. Pero se ha resuelto la pregunta de ¿Por qué ese muchacho no está en un salón de clases? Ahora bien si el menor estudia y trabaja ¿llegara con ánimo de mirar un cuaderno?

Son muchos los factores que se involucran a la hora de juzgar una conducta de esta, pues cualquiera diría que, se está ganando la merienda para el colegio, debe aportar para los gastos de la casa, debe costearse los estudios, en fin cualquier otra cantidad de razones que quiera uno colocarle.

Sabemos que la situación que afronta nuestro país no es la mejor, pero no es la suficiente escusa para que los niños trabajen, ya que para nadie es un secreto que si la niñez no se educa, nuestro país no podrá avanzar en temas de alfabetización e incluso de pobreza.

Ahora bien, no es que trabajar sea malo sino que hay trabajos que solo deben de realizarlo las personas adultas, pues debido a sus largos horarios o exigencias físicas, terminan marcando en muchas ocasiones el cuerpo de los menores ya sea con una enfermedad o problemas de crecimiento.

Entre las peores formas del trabajo infantil encontramos:

a) Todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y el tráfico de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados.

b) La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas.

c) La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes.

Pero, ¿Dónde están los padres de los menores que encontramos en la calle?

En muchas ocasiones trabajando en otros sitios de la ciudad; en casa durmiendo e incluso jugando a cartas con los vecinos donde vive mientras que el niño se dedica a recorrer un sinnúmero de calles hasta que se encuentra con personas de buen corazón, que por querer colaborarles terminan hundiéndolo más en este flagelo ya que al llegar a casa lo va a estar esperando otra parte del producto a vender.

Aunque no se puede negar que el gobierno y otras entidades conociendo esta situación han decidido actuar y promover en los niños un futuro mejor, en el que la educación pasa a ser el eje fundamental en el proceso.

Para los padres que someten a trabajos forzosos, como los mencionados anteriormente ya

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