El análisis de la novela de Еbano
Enviado por PachecoTotti • 27 de Mayo de 2014 • Resumen • 2.006 Palabras (9 Páginas) • 221 Visitas
Nacido en Polonia en el año de 1932, Ryszard Kapuscinski fue un periodista, historiador, escritor, ensayista y poeta que a partir de 1957 - y durante casi 40 años-, viajó de forma constante al continente africano.
En Ébano obra que le ganó el permio Viareggio, Kapuscinski, a través de historias cortas y de la narrativa en primera persona, nos describe breve, pero profundamente, este continente –desde las colonias europeas, hasta los años 90’s- a través de los relatos de sus habitantes y de su misma perspectiva.
Ébano desarrolla de forma clara los problemas sociales que se viven en África a consecuencia de su historia. Sin inicio ni final, el libro es más bien, una serie de recopilaciones periodísticas que el autor ofrece como testimonio y argumento de la problemática africana.
Interesante en todas sus líneas, el libro es altamente recomendable para quien busca indagar más sobre la compleja realidad de África. Historias sencillas, pero envolventes, es lo que presenta Ryszar Kapuscinski en éste título, que a mi parecer, describe perfectamente la vida, costumbres, historia y geografía de este continente.
Para entender un problema hay que entender su historia. África es un universo de problemas, y por tanto, con mucha historia. Quizá el más significativo – pero no el más importante- de todos ellos es el racismo.
En África hay guerras, hambre, injusticia, miseria, pero es el racismo el único problema que ha ido más allá del continente. Es el racismo es el único problema que comparten las cinco regiones más importantes del planeta. Si bien es cierto que tal tema debe ser analizado minuciosamente, el racismo se explica, en gran parte, según Kapuscinski, por el problema del apartheid.
El apartheid fue un acontecimiento político-social de segregación racial, es decir, consistió en dividir a la sociedad según su etnia. Esto a partir del triunfo en 1947del Partido Nacionalista en Sudáfrica. Naturalmente, la división del espacio favoreció a las personas blancas. Es aquí donde el autor postula, entre líneas, una idea sobre la creciente ola racista:
El apartheid, establecía zonas exclusivas para negros y otras más para la gente blanca, siendo este último grupo el más privilegiado. Pero ante esto, la raza negra, obligada a vivir en guetos, vio una independencia antes que una injusticia; o quizá más bien, fue que en esos años, con las colonias europeas asentadas en África, cualquier estímulo de independencia era gratamente recibido. Sea como sea, en un principio la gente de color aceptó la división a razón de que, estando prohibida su estancia en ciertos lugares, ningún blanco podría siquiera pisar el territorio asignado a ellos. Esto desató una muy preocupante tensión entre los dos grupos, que más tarde, y como vemos hoy en día, terminaría en un rencor casi generalizado en ambos bandos.
Como prueba de estas diferencias podemos leer que, Kapuscinski, en sus primeros momentos en África, era observado por sus habitantes con demasiada curiosidad, sorprendidos de que un blanco quisiera adentrarse en sus comunidades; los niños lo miraban con temor y a veces corrían para esconderse de él, esto como resultado del miedo y odio inculcado en casi cualquier región africana hacia la gente blanca.
Otro aspecto a destacar dentro de este tema, es el eterno prejuicio a la raza negra. El autor relata que, a diferencia de las colonias europeas en América, los colonizadores en África jamás se mezclaron ni crearon castas. Es decir, el colonizador europeo siempre miró al hombre africano como un ser inferior. Esto fue quizá, pauta importante para el desarrollo del racismo.
Las historias expuestas en Ébano, nos dejan ver al continente africano como un lugar de constante lucha por la supervivencia; de un peligro tan cotidiano que se vuelve rutinario. Un lugar donde se vive al borde de una emboscada, al límite de una guerra, o a punto de la muerte por hambre. Vidas difíciles, pero que la gente sobrelleva con demasiado optimismo, tal como menciona el autor al inicio del libro: “Su vida es un martirio, una tormenta que sin embargo, soportan con una tenacidad y un ánimo asombrosos”.
África es un continente atrasado, eso está claro, pero esto le ha traído problemas que, a su vez, han desatado otros más.
En África, cada clan tiene su propia organización, pero siempre con los mismos elementos: hombres, mujeres, niños, camellos y cabras, cada uno desarrollando una función específica dependiendo la tribu a la que se pertenezca.
Las mujeres siempre cocinan. Se utiliza ingeniería neolítica y deben recorrer grandes caminos para buscar leña, después, regresan y deben volver a partir en busca de agua.
En su pesado camino, muchas veces son vistas por camioneros que pasan a su lado sin siquiera inmutarse. El autor explica el porqué de esta situación: Si un camionero se detuviese para llevar a cada mujer a su destino, jamás concluiría su ruta, además de que no puede permitirse la gratuidad a cada mujer que encuentre, ya que él también necesita el dinero. Esto refleja un problema social muy importante: no puede haber caridad porque todos la necesitan. No se puede ser solidario cuando estás viviendo de migajas. Y esto a su vez, provoca que la población africana viva con mucha indiferencia y resignación hacia los problemas de sus semejantes. Tal caso, lo podemos observar cuando un amigo cuenta a Ryszard lo siguiente:
“Cuando [en Somalia] salimos a buscar un pozo, si el camino se hace bastante largo, probablemente algunas personas del clan mueran. Primero mueren las cabras, ya que sólo resisten dos días sin beber agua, después los niños, luego las mujeres, al final los camellos y los hombres. “
Lo dice con una naturalidad tan inhumana, que el propio Kapuscinski se ve sorprendido. “Después los niños…”, no habla del dolor de sus madres ni
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