El deporte del BOX Boxeo y sus aportaciones benéficas

Boxeo y sus aportaciones benéficas

Iván Ruiz Zamora

Visto como un deporte el boxeo es una actividad que mantiene sus orígenes desde tiempos muy remotos, la lucha que se lleva acabo dentro de un cuadrilátero entre dos personas ha evolucionado mucho desde sus orígenes pero aún mantiene un espíritu competitivo y cultural en la sociedad.

Cuando hablamos de box es muy fácil pensar que es un deporte violento, que lejos de beneficiar a la salud la perjudica y que está rodeado de todo un bagaje de ideas negativas y muy pocas positivas, pero lo cierto es que más allá de eso el box está también rodeado de muchas otras cosas que contribuyeron a su desarrollo deportivo e histórico, el box es ante todo una forma de expresión cultural y social.

En México la cultura por el box está muy arraigada pues mantiene históricamente una tradición de generar campeones mundiales en los diferentes pesos que el deporte determina. Algunos de esos campeones han ahondado tanto en la historia nacional que han formado ídolos que detenían al país durante algunas horas solo para ver sus peleas, entre ellos podemos destacar a un Julio César Chávez.

Como deporte cultural el boxeo ha significado un desahogo y forma de vida para muchos mexicanos e incluso aquellos detractores del deporte, no pueden negar que conocen alguno u otro boxeador de moda, que si esta corrompido o no, es parte de la parafernalia que rodea al box, que si ya todo está arreglado o que si sólo es un teatro alimenta el mito sobre el cual se desarrolla el deporte, pero lo cierto es que el box está muy presente y difícilmente alguien podría negarlo.

¿Pero que representa el box para un aficionado, un practicante o un profesional?, ¿qué significa el box para alguien que está inmerso en el mundo o para alguien que solo lo ve por casualidad de vez en cuando? Seguramente cada uno de ellos tendrá muchas visiones, ideas y enfoques diferentes, pero será el box el común denominador que les permitirá contemplar y alimentar una idea del pugilismo.

Y es que el box va más allá de un simple intercambio de golpes, la estrategia, el método y la táctica que el púgil demuestra arriba del cuadrilátero solo es posible a través de un rígido entrenamiento que permite con suma habilidad mantener inmerso todo el arte boxístico que se mira en el cuadrilátero.

Bajo este método encontramos también que el simple acto de pelear o de preparase para palear procede de un ritual casi místico que solo puede ser entendido y comprendido por el peleador y todo el sequito que lo acompaña. Encontramos también a las personas que asisten esperando ver una buena pelea, esperando ver a que, aquel ídolo que apoyan, aquel casi héroe que idolatran les brinde una buena pelea y coronar el día con su brazo en lo alto en el momento que el referee determine su victoria, toda esta parafernalia también alimenta la vida del boxeo.

Pero también existen momentos en los cuales el boxeo sirve como medio de prevención social, o de apoyo social, el boxeo también puede ser motivo de asistencia y lucha, este deporte no solo se limita a la pela y el negocio, sino que logra transformar vidas, logra además crear conciencias y servir de inspiración. La vida en el boxeo puede ser vista también como un reflejo de la lucha diaria en el día a día.

Si reflexionamos un poco, las luchas en a las que nos sumergimos diariamente exigen que plantemos cara como un púgil planta cara a su rival en el ring, la vida inmersa en un constante intercambio de golpes que buscan mandarnos a la lona no difiere del rival del boxeador que debe evitar y contrarrestar aquel incisivo ataque, la vida es en sí una lucha que no puede ser evitada y que refleja también el box una lucha que no puede ser evitada una vez comenzada.

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