El encuentro del cristianismo con la filosofía griega
Enviado por eszme25698 • 1 de Mayo de 2015 • 2.396 Palabras (10 Páginas) • 364 Visitas
Introducción
El encuentro del cristianismo con la filosofía griega fue un acontecimiento de enorme trascendencia para nuestra cultura.
La filosofía en el imperio romano estuvo marcada por las cuatro escuelas filosóficas que marcaron el pensamiento en el período helenístico: la platónica y la aristotélica, a las cuales se sumaron el epicureísmo y el estoicismo.
Platonismo, aristotelismo y estoicismo mantuvieron un continuado e intenso intercambio entre sí: las tres se oponían conjuntamente a la doctrina epicúrea, considerándola atea y licenciosa.
A partir del siglo III, la doctrina más vigorosa y con filósofos de mayor categoría es el neoplatonismo
-Las doctrinas cristianas frente a la filosofía
Algunas doctrinas aportadas por el cristianismo resultaban radicalmente nuevas, y por tanto, ajenas a cuanto habían afirmado los filósofos anteriores. Una de ellas es la teoría de la creación. Otra, es la referencia esencial de su doctrina a la historia. El cristianismo pone a Dios en relación con la historia.
La filosofía griega había puesto a Dios en relación con el cosmos, pero el cristianismo coloca a Dios en relación con la historia en un doble sentido:
Dios es providente y se ocupa directamente de los asuntos humanos, de la marcha de la historia.
En segundo lugar, Dios no sólo se ocupa de la historia humana, sino que ha entrado en ella: Dios se ha hecho hombre en un lugar y en un momento preciso
-Cristianismo y verdad
Según el mensaje cristiano, Dios había hablado a los hombres a través de ciertas personas en el Antiguo Testamento, y después Él mismo, directamente, encarnado en Cristo. Es por esto por lo que la verdad cristiana se presentaba como la “verdad”, la única posible.
-La imagen cristiana de Dios
Aunque, estrictamente hablando, el cristianismo no sea una filosofía, el contenido de la fe cristiana incluye doctrinas que podían ofrecerse como respuestas a los problemas tradicionales de la filosofía, como el origen del mundo.
Entre sus rasgos están:
-Monoteísmo: Un único Dios
-Creacionismo: Según el cristianismo, Dios creó el mundo de la nada. Desde Parménides, la imposibilidad de que surja algo de la nada absoluta fue siempre considerada como un principio racional indiscutible. Del poder ilimitado de Dios se desarrolla el concepto de Contingencia: el único ser necesario es Dios, todo lo demás es contingente, pueden o no existir.
-Omnipotencia: Un Dios Omnipotente. Si Dios es único puede ser omnipotente, y solo si es omnipotente puede ser creador.
-La concepción cristiana del hombre
La concepción cristiana del hombre incluye tres elementos fundamentales: que el hombre fue creado a imagen de Dios, que el alma es inmortal y que al final de los tiempos los cuerpos resucitarán.
En el terreno de lo moral, la filosofía griega es básicamente intelectualista, el pecado no es más que ignorancia; en el cristianismo, el pecado no es ignorancia, sino el resultado de dos factores: la maldad humana y la libertad del individuo. Cobran así sentido la idea de culpa, el arrepentimiento y el pecado.
-Cristianismo y platonismo
El cristianismo entró definitivamente en contacto con el pensamiento griego ya a partir del siglo II. Inicialmente el cristianismo se opuso radicalmente a la filosofía, y la filosofía, a su vez, atacó duramente al cristianismo.
Posteriormente se prudujo una asimilación de la filosofía griega. El acercamiento permitió que el cristianismo se formulara en un cuerpo doctrinal de conceptos básicamente platónicos por dos razones: La doctrina platónica era la más vigorosa y dominante y porque era la que ofrecía mayores semejanzas con la doctrina cristiana.
(la existencia de otro mundo (el de las ideas) más allá del mundo físico o el lugar de destino del alma, por citar un par de ejemplos.
SAN AGUSTÍN
-Fe y Razón en el pensamiento agustiniano
San Agustín no es un filosofo en sentido estricto, jamás se preocupó en trazar fronteras entre fe y razón; piensa que ambas, conjunta y solidariamente, tienen como misión el esclarecimiento de la verdad, que para un creyente no puede ser otra cosa que la verdad cristiana. El objetivo de San Agustín es la comprensión de la verdad cristiana, y para ello colaboran la razón y la fe del siguiente modo: Primero la razón ayuda al hombre a alcanzar la fe, después la fe orientará e iluminará la razón y tercero, la razón contribuirá al esclarecimiento ulterior de los contenidos de la fe.
La actitud agustiniana ante la fe y la razón proviene de su convicción de que la verdad es única. Solamente hay una verdad, la que se encuentra en el cristianismo.
Desde el punto de vista histórico-cultural, dos son las circunstancias que contribuyeron a configurar la filosofía agustiniana: 1º la forma en que el cristianismo se enfrentó con la filosofía y 2º, el carácter mismo de la filosofía neoplatónica, que influyó poderosamente en San Agustín.
-Existencia de Dios. La vía de la interiorización.
El agustinismo siempre mostró predilección por la vía de la interiorización, del recogimiento del alma en sí misma. El alma capta, en el interior de sí misma, las verdades eternas e inmutables, cuyo fundamento no puede ser otro que Dios, eterno e inmutable, ya que nuestra alma es mutable y, por tanto, las verdades son superiores a ella.
San Agustín no se preocupó por formular argumentaciones tomadas de la realidad exterior, del universo, para demostrar la existencia de Dios. Hay referencias en sus obras al orden del universo y al argumento denominado del consenso (el hecho de que la mayoría de los hombres coinciden en aceptar la existencia de Dios), pero nunca tomó dichas pruebas de modo sistemático.
Al tratar de definir el atributo fundamental de Dios, eligió la inmutabilidad, hecho que hace evidente su orientación platónica.
SANTO TOMÁS DE AQUINO
-Los límites de la razón. La fe.
En la época de Santo Tomás la obra de Aristóteles había llegado al mundo cristiano de la mano de Averroes, a través del averroísmo latino, en el que, entre otras cosas que contradecían el dogma católico, se mantenía la teoría de la doble verdad: una era la verdad de razón y otra era la verdad de fe, de tal manera que no tenían por qué coincidir, e incluso, podían entrar en contradicción.
Santo Tomás rechaza esta teoría.
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