El eterno ignorante El Pueblo - Teoría Política UC
Enviado por acorrea9 • 26 de Agosto de 2019 • Ensayo • 1.621 Palabras (7 Páginas) • 200 Visitas
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Pontificia Universidad Católica de Chile
Introducción a la Teoría Política
Profesor Luís Oro
Ensayo Final Teórica Política
Fragmento elegido: A.- “El pueblo es un soberano eternamente inmaduro. Por eso, debe estar permanentemente bajo tutela. Jamás podrá administrar por sí mismo sus derechos sin perjudicar a los demás o inflingirse graves daños a sí mismo. Y como todos los inmaduros es víctima propicia de los demagogos inescrupulosos y de manipuladores astutos” (P. Lot).
Alumno: Agustín Correa Gaete
Ayudante: Constanza Cardenas
Sección 2
Fecha: Martes 19 de noviembre del 2013
El eterno ignorante “El Pueblo”
Partamos este ensayo tratando de definir lo que es pueblo, la primera impresión es que este concepto debe ser muy claro y fácil de definir, pero al profundizar nos damos cuenta de que “pueblo” es un concepto muy ambiguo, aplicable a muchas situaciones y a conceptos muy distintos, para entender la palabra pueblo, tenemos que tener en claro que esta hace referencia a tres conceptos distintos, tenemos el primer concepto que hace referencia a los habitantes de una cierta región, luego a la entidad de menor tamaño que una ciudad y por último la idea de la clase baja de la sociedad. En este ensayo vamos a ocupar la idea de pueblo con respecto a la primera y la tercera concepción, la idea de los habitantes de una región y la de la clase baja de la sociedad.
Uno tiende a denominar al pueblo como a la clase baja de la sociedad, tenemos una idea de pueblo como un conjunto de personas ignorantes y muy fáciles de manipular, de ahí viene la idea del aprovechamiento de las autoridades por sobre el pueblo. Uno tiende a no identificarse con el pueblo, por un sentimiento de rechazo y menosprecio a las personas de menor categoría, es por esto que nosotros tendemos a pensar que el pueblo necesita de un soberano que lo gobierne y vele por su bien común, esto es en principio un correcto funcionamiento de la sociedad, donde los gobernantes ejercen correctamente su rol de gobernantes, pero debido a su “ignorancia”, el pueblo debe estar constantemente bajo tutela, debe haber un gobernante que lo corrija y administre correctamente los derechos del pueblo, este debe ejercer completa justicia sobre el pueblo y buscar lo mejor para ellos, como nos decía Maquiavelo: “…para conocer bien la naturaleza de los pueblos es necesario ser príncipe, y para conocer bien la de los príncipes es necesario formar parte del pueblo.”[1] En este fragmento entendemos cual es la forma de entender a los pueblos, se debe ser un gobernante y se tiene que estar en una perspectiva un tanto externa para entender y tener una idea general de los problemas y necesidades del pueblo.
Adoptaremos como Tesis de este ensayo la idea de que “el pueblo es un eterno inmaduro y necesita por necesidad la permanente tutela de un gobernante”. Esta frase puede sonar un tanto cruda o un tanto extremista, pero el pueblo es una unidad de personas muy grande que necesita de un gobernante para que los ordene, eso debido a la multitud por la que se compone que resulta imposible que por cuenta propia el pueblo se autogobierne y busque lo mejor para sí. El pueblo está constituido por una gran variedad de personas con distintas opiniones y perspectivas sobre las cosas, personas con distintos intereses y necesidades, con un solo punto en común que es la cultura, en la que identificamos ciertos puntos comunes como las costumbres, la religión y el idioma, pero el resto de los intereses individuales jamás serán satisfechos en un sentimiento en donde el grupo busque lo mejor para sí. Tenemos el “Estado de Naturaleza” en el que distintos autores como, Thomas Hobbes, John Locke, Jean-Jacques Rousseau, entre otros, los cuales nos dan distintas interpretaciones del estado de naturaleza, ellos nos hablan de un estado en el que el ser humano anteriormente a ser un ser racional político, trae incorporado en su naturaleza ciertas cualidades originales que se rigen por un concepto llamado "ley natural", que son las bases del comportamiento y de la conducta humana, este "estado" primero del que estamos hablando es en el que en la filosofía lo llamamos "el estado de naturaleza". Tenemos primero la idea de Hobbes quien nos habla de un ser humano originario en constante estado de guerra y conflicto para lograr la sobrevivencia y destacar entre sus pares, tenemos el ideal de Locke que nos habla de un estado en donde el ser humano es un ser libre y que vela por la libertad del otro y por ultimo a Rousseau quien nos habla de un ser humano amigable y solitario que por necesidad necesita formar un estado social. Quedándonos con la idea de Hobbes y profundizando en ella, tenemos un estado de naturaleza de guerra permanente, esto quiere decir que los seres humanos buscan su propia conservación y supervivencia, lo que da origen a la competición y a la desconfianza entre sus pares. En este estado de naturaleza, el ser humano no tiene distinciones morales objetivas, por lo que está en constante competencia, lo que da a lugar a un estado permanente de guerra de todos contra todos. En este estado cada ser humano busca su propio beneficio, por lo que no hay límite para la obtención de sus deseos.[2] Podríamos juzgar al ser humano de ser un animal en su estado natural, que no tiene distinciones morales entre lo bueno y lo malo, por lo que este siempre se va a encontrar en un estado de guerra luchando por su supervivencia y por conseguir lo mejor para sí mismo, dejándose guiar por las paciones. “…si dos hombres desean la misma cosa, y en el camino que conduce al fin (que es a veces su propia conservación y a veces su delectación tan sólo) tratan de aniquilarse o sojuzgarse uno a otro…” (Thomas Hobbes. 1642. Leviatán. Libro segundo.) De esto Hobbes dice que el hombre es un lobo para el hombre Esta interpretación Hobbes se encarga de rechazarla a la vez en su libro en la siguiente frase “Pero ninguno de nosotros acusa por ello a la naturaleza del hombre. Los deseos, y otras pasiones del hombre, no son en sí mismos pecado. No lo son tampoco las acciones que proceden de estas pasiones, hasta que conocen una ley que las prohíbe. Lo que no pueden saber hasta que haya leyes. Ni puede hacerse ley alguna hasta que hayan acordado la persona que lo hará” (Leviatán, XIII). En síntesis, el estado de naturaleza en Hobbes es un estado de guerra regido por las pasiones y que conllevan al hombre a la obtención de lo mejor para sí mismo y buscar la supervivencia.
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