El fenómeno de la migración si bien es algo que se ha desarrollado desde hace siglos

El fenómeno de la migración si bien es algo que se ha desarrollado desde hace siglos, hoy en día es un suceso que ha tomado relevancia debido a la globalización, lo cual ha producido un incremento en el número de personas con deseos de trasladarse a otro lugar, esto debido a que según señala la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2007) este desplazamiento suele ser una herramienta en búsqueda de mejores condiciones de vida o de trabajo.

En relación a esto se puede mencionar que los países con mayor índice de población de inmigrantes se encuentran en América Latina en primer lugar con Puerto Rico (8,7%), seguido por Costa Rica (8,6%), en un menor porcentaje se encuentra Argentina con un (4,5%) seguido por Panamá con un (4,1%), Republica Dominicana y Venezuela (3,9%). En últimos lugares se encuentran Paraguay (2,7%), Trinidad y Tobago (2,4%), Ecuador y Chile (2,3%) y para finalizar Uruguay (2,2%)

Los investigadores deciden llevar a cabo esta investigación debido a que con el tiempo Chile ha pasado de ser un país generador de migrantes a ser receptor de éstos, en donde el Departamento de Extranjería y Migración (2016) señala que las mayores concentraciones de inmigrantes se encuentran entre el 59,0% y el 61,7% del total nacional en Santiago, seguidas por las regiones del norte entre un 3,3% y 6,9%, repitiéndose este panorama en las regiones de Valparaíso, el Bío Bío, La Araucanía y Los Lagos entre un 1,9% y un 5,8%.

Especificando mayor aun esta situación en la ciudad de Concepción, el Departamento de Extranjería y Migración señala en su Anuario Estadístico Nacional (2016) que ésta ha tenido un aumento de migrantes entre el año 2005 con 7.735 a tener en el año 2014 una cifra de 11.283, encontrándose micro comunidades de inmigrantes, entre ellas de nacionalidad venezolana, en donde la decisión de migrar incide a la situación actual del país, razón por la cual los investigadores deciden realizar el seminario con estos sujetos, puesto que en muchos casos según Rojas y Silva(2016) se trata de una migración forzada por contextos de origen, golpeados por la violencia social y estructural, buscando en otro país la estabilidad económica y social que su país no le otorga.

Lo anterior se relaciona directamente con lo que ha ocurrido en Venezuela en los últimos años, en donde según cifras del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), en el año 2014 murieron de forma violenta 24.980 personas. Por otro lado, se presenta la falta de oportunidades a raíz de las 450.000 empresas menos que hay desde que llego Hugo Chávez al poder, lo que se traduce en un declive importante de oportunidades, siendo este uno de los factores que lleva a que el país se encuentre en crisis económica, política y social. Esto se contrasta con la imagen que se tiene de Chile en el exterior, en donde se tiene como uno de los países con mayor proyección debido a su desarrollo económico, diferenciándose del resto de los países que pertenecen al cono sur (Bustos, Fernández y Quinteros, 2015).

Ante este escenario en Venezuela es que trae como consecuencia la repercusión en la migración de sus ciudadanos, siendo Chile uno de sus destinos, renunciando a su nacionalidad para integrarse a otra que les brinde mayores oportunidades, introduciéndose la ciudadanía como un elemento novedoso, puesto que el sujeto que reside en el Estado- Nación pasa a ser “ciudadano” y a tener acceso a ciertos derechos y deberes según lo indique la normativa existente desde el año 1975, la cual si bien ha tenido algunas modificaciones desde ese entonces, no han sido lo suficiente para que Chile pueda decir que cuenta con una verdadera política migratoria destinada a la integración y el respeto por los derechos de los inmigrantes.

De acuerdo a esto, es que la migración representa un desafío cultural para Chile, puesto que una de las consecuencias de esto, es que los sujetos de distintas nacionalidades se ven implicados en diversas relaciones de interacción y convivencia cotidiana en un mismo territorio, lo cual muchas veces es una amenaza en lugar de ser un privilegio, donde se pueden relacionar distintas culturas e identidades, debido a la creencia existente a que debe predominar la ciudadanía nacional por sobre inmigrantes. Es por esto que la ciudadanía es una discusión constante, puesto que el Estado – Nación actúa solo como garante de protección jurídica en cuanto los individuos pertenecen a un mismo territorio, pero no vela por ellos en calidad de personas, siendo esto último lo que lleva a problematizar la condición de ciudadanía en que se encuentran las personas inmigrantes, debido a que al trascender las fronteras, se les restringe la voz, pasando muchas veces a ser sujetos oprimidos en una sociedad que sienten ajena, en donde en el caso de Chile, pretende ser integradora, pero necesita reconocer que inmigrantes y chilenos si bien son diferentes, no son desiguales, y que por ende todos cuentan con los mismos derechos y obligaciones donde el Estado debe garantizar.

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