El futbol, mecanismo de control social

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             Después de haber ganado por primera vez en la historia la Copa América, la pasión que despierta ver jugar a nuestra Selección Chilena, o más aun el fútbol en general, se ha apoderado de nuestra sociedad. Chile entero se paraliza cuando juega nuestra selección y los Sánchez, los Medel, los Vidal, entre otros, son los ídolos de una generación que vive y respira soccer, se habla de ello cada día, en los programas de televisión, la gente en las calles, en las plazas, los colegios, todos en un estado de euforia total.

              En consecuencia, sin desconocer la alegría que este deporte le ha dado a nuestro país en este último tiempo, en el momento exacto de prender la televisión y ver un partido de fútbol, se preguntará alguien, ¿Por qué hay tanta delincuencia en nuestro país?, ¿Ha mejorado la tasa de desempleo?, si hay tantas interrogantes sobre los problemas del país ¿Por qué la presidenta se lo pasa con los jugadores de la selección?, ¿Por qué los políticos salen hablando de este deporte en la televisión? La respuesta es sencilla, se utiliza el soccer para evadir la realidad social chilena.

               Claramente el balompié se está utilizando para olvidar la problemática social que vive nuestro país, la cual se encuentra llena de políticos corruptos que modifican las leyes a su antojo y para su beneficio personal, dejando de lado los problemas reales que existen en Chile, como la pobreza, el desempleo, la delincuencia, entre otros, escudándose en un solo lema, “Chile Campeón de América”. Pero, ¿estamos conscientes de la realidad que se pretende tapar? Precisamente, esta última cuestión es la que le da lugar al tema de este ensayo: El fútbol es un mecanismo político de control social, a través del cual el ejecutivo desea mantenernos prisioneros de nuestra ignorancia, apelando al populismo de este deporte, esto no es beneficioso para el desarrollo del país y nos exige que existan cambios en la cultura informativa de la sociedad chilena.

                Ciertamente, las relaciones entre el balompié y la política no son nuevas, por ejemplo, en países como Argentina es aún peor, ellos han ganado todo y el fanatismo por el soccer no tiene límites, por lo que el gobierno, dueño de los derechos de todos los partidos de este deporte, como estrategia de control, transmite los partidos en horarios clave, donde generalmente se dan programas de debate político y contingencia social del país trasandino. La mejor demostración de que el ejecutivo de ese país le otorga diversión a su pueblo, a cambio de mantenerlo en la ignorancia social de los problemas que aquejan a su nación.

                 En Chile, somos un país que estaba acostumbrado a los fracasos deportivos, en especial en el balompié, que acá es el deporte más popular, pero el hecho de que esos fracasos se estén transformando en éxitos, le genera una oportunidad a los políticos, ya que las personas se olvidan de la realidad y les permite tapar sus ilícitos, corrupción, colusión de precios, la delincuencia, etc. Esta es una razón de porqué este medio de control basado en la pasión desbordante por el fútbol, solo nos deja condenados a nuestra ignorancia y no nos permite desarrollarnos.

                  En segundo lugar, otra razón de que las autoridades políticas muestren interés por este deporte, se debe a que el soccer mueve masas de todas clases sociales, volviéndose una forma eficiente de obtener popularidad fácil, en especial en tiempo de elecciones, por el fanatismo, y el sentimiento que este genera en las personas, el que en ciertas ocasiones les hace perder la razón y la lógica durante los 90 minutos que dura un partido de fútbol. El Poeta Romano Juvenal cita en su obra “Sátira X”, página 81, la frase “Panem et Circenses” (Al pueblo, pan y circo), el cual refleja claramente cómo los políticos desde hace siglos quieren mantener controlado al pueblo.

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