El manifiesto del partido comunista
Enviado por lupis1992 • 7 de Julio de 2015 • Síntesis • 1.409 Palabras (6 Páginas) • 185 Visitas
El manifiesto del partido comunista
No existe ningún partido contrario que no sea calificado de comunista, ningún partido contrario dejara de lanzar cosas negativas de los otros, esto genera dos consecuencias; que el comunismo se reconozca en todas las potencias europeas, y que los comunistas expresen sus ideas.
Burgueses y proletariados:
La historia de la sociedad siempre se ha basado en una lucha de clases, los opresores y los oprimidos, frente a frente una lucha constante e interrumpida, lucha que en cada etapa conduce a la transformación revolucionaria de todo el régimen social. Desde tiempos antiguos se encuentra la sociedad dividida:
• En Roma: patricios, équites, plebeyos, esclavos
• Edad Media: señores feudales, vasallos, maestros etc.
La moderna sociedad burguesa no ha abolido los antagonismos de clase, por el contrario ha realizado nuevos mecanismos de opresión, nuevas cases, nuevas luchas para sustituir las antiguas. Con el descubrimiento de América se abrieron nuevos horizontes, que apoyaron a la burguesía. El mercado de China, la colonización de América, intercambio de colonias dieron el empuje a la navegación, el comercio y la industria. El régimen gremial de producción era el que cubría las necesidades que abrían los nuevos mercados. La gran industria creo el mercado mundial, que imprimió un gigantesco impulso al comercio, esto aprovecho muy bien el provecho de la industria, se desarrollaba al mismo tiempo que la burguesía, crecían sus capitales. La burguesía despojo todo lo que se tenía por venerable y digno, puso al desnudo la realidad económica de las relaciones de la familia, esta no puede existir si no revoluciona los medios de producción y todo el régimen social.
Los medios de producción y transporte sobre los cuales se desarrolló la burguesía brotaron en el seno de la sociedad feudal, pero el régimen feudal ya no correspondía el estado progresivo de las fuerzas productivas, obstruían la producción mas no la fomentaba. Las crisis comerciales además de construir una gran parte de los productos elaborados, aniquilan una parte considerable de las fuerzas productivas existentes, esas crisis desatan epidemias sociales llamadas de superproducción, esto se debe a que la sociedad tiene demasiada civilización, recursos, industria y comercio; las fuerzas productivas ya no sirven para fomentar el régimen burgués de la propiedad.
El trabajador se convierte en u resorte de la máquina que exige una operación mecánica, monótona, fácil de aprendizaje, así los gastos que supone un obrero se reducen, sobre poco más o menos al mínimo que necesita para vivir su raza. La industria moderna se ha convertido en el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica del magnate capitalista.
Los obreros, soldados rasos de la industria, trabajan bajo el mando de toda una jerarquía de sargentos, oficiales y jefes, cuanto menores son la habilidad y la fuerza que reclama el trabajo manual, es decir, cuanto mayor es el desarrollo adquirido por la moderna industria, también es mayor la proporción en que el trabajo de la mujer y el niño desplaza al del hombre.
El proletariado recorre diversas etapas antes de fortificarse y consolidarse. Pero su lucha contra la burguesía data del instante mismo de su existencia, al principio son obreros aislados; luego, los de una fábrica; luego, los de todas una rama de trabajo, los que se enfrentan, en una localidad, con el burgués que personalmente los explota. Sus ataques no van sólo contra el régimen burgués de producción, van también contra los propios instrumentos de la producción; los obreros, sublevados, destruyen las mercancías ajenas que les hacen la competencia, destrozan las máquinas, pegan fuego a las fábricas, pugnan por volver a la situación, ya enterrada, del obrero medieval. Los proletarios no combaten contra sus enemigos, sino contra los enemigos de sus enemigos, contra los vestigios de la monarquía absoluta, los grandes señores de la tierra, los burgueses no industriales, los pequeños burgueses.
La burguesía lucha incesantemente: primero, contra la aristocracia; luego, contra aquellos sectores de la propia burguesía cuyos intereses chocan con los progresos de la industria, y siempre contra la burguesía de los demás países. Para librar estos combates no tiene más remedio que apelar al proletariado, reclamar su auxilio, arrastrándolo así a la palestra política. Y de este modo, le suministra elementos de fuerza, es decir, armas contra sí misma. Los elementos de las clases
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