El marinero y el asesino

El marinero y el asesino

El marinero y el asesino

Por Jesús Daniel Sandoval

Había una vez, en una noche tranquila, un marinero sentado en la orilla de un mar,[EL MARINERO PERMANECE SENTADO] de pronto se le acercó un asesino[LUEGO SE LE ACERCA EL ASESINO] que le dijo, amablemente, si lo puede llevar en su lancha para cruzar hacia la ciudad más cercana, en una isla, ya que era perseguido y solo tenía intenciones de huir de ese lugar para poder por fin escapar y ocultarse, aunque el navegante le negó el favor ya que sospechaba, o más bien notó, que algo estaba sucediendo.

Aunque por desgracia del marinero, el asesino lo amenazo a muerte, provocando así que lo apuntara con el arma y lo lastimara a golpes.

Luego de eso el marinero, sin opción, tuvo que llevarlo en su lancha para que no lo lastime más y no lo mate, tuvo que rogarle al asesino que no lo mate cuando este llegue a su destino, pero también lo convenció de que si lo mata en este instante se quedaría en medio del mar y tendría más posibilidad de ser atrapado, por lo que el asesino decidió no matarlo solo para que este pudiera escapar de sus problemas.

Una vez zarpando, a toda prisa, observaron algo raro dentro del mar, desafortunadamente era de noche, no podían verlo bien por tanta oscuridad y solo decidieron ignorar lo que estaba dentro de las profundidades del mar, pero fue un grave error, ya que por desgracia de ambos, lo que estaba en las profundidades no era algo simple y pequeño como un pez o incluso un delfín, sino que era un gran tiburón que los estaba espiando y esperando el momento para poder atraparlos, ambos estaban con temor de que pudieran matarlos ya que la lancha era muy pequeña y débil.

Todo iba bien, podían ir rápidos gracias al motor de la lancha, aunque no iba muy bien del todo, ya que la gasolina del motor cada vez era menos hasta que por desgracia se agotó.

Sin perder la esperanza, encontraron unos remos y comenzaron rápidamente y desesperadamente a remar en medio del mar, sin embargo, sus movimientos eran en vano, ya que no eran lo suficientemente rápidos como para escapar del horrible y gran tiburón, que los perseguía en ese momento.

Sin pensarlo dos veces, el asesino traicionó la promesa que le había hecho al marinero, sacándolo así del bote y empujándolo al agua para poder perder peso, y poder ser más rápido, aunque este no supiera navegar.

Sin embargo, por desgracia del malvado asesino, el tiburón se enfocaba más en la lancha, ya que era de mayor tamaño, y poco a poco se acercaba a su objetivo, pero antes de que este destrozara el bote, el marinero le dijo al asesino que porque lo había traicionado, pero sin tiempo de arrepentirse, el tiburón destrozo el bote y cada cosa en su interior, incluyendo al asesino, por esa razón esa fue la última vez que se supo de él, se desconoce su identidad o su lugar de origen, en cambio el marinero logro sobrevivir y ser rescatado por otra tripulación que se encontraba cerca.

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