El orden político en las sociedades en cambio
Enviado por Carlos Alavez • 23 de Junio de 2023 • Ensayo • 4.409 Palabras (18 Páginas) • 132 Visitas
El orden político en las sociedades en cambio
PODER, INSTITUCIONES Y MODERNIZACION POLITICA
El orden político en las sociedades en cambio se basa en el poder, las instituciones y la modernización política. Para lograr una exitosa modernización, un sistema político debe ser capaz de innovar en la política, lo que implica promover reformas sociales y económicas a través de la acción estatal. Estas reformas suelen implicar cambios en los valores y comportamientos tradicionales, la expansión de las comunicaciones y la educación, la ampliación de lealtades desde la familia y la comunidad hacia la nación, la secularización de la vida pública, la racionalización de las estructuras de autoridad y la promoción de organizaciones específicas, entre otros aspectos.
Otra exigencia es que el sistema político sea capaz de asimilar las fuerzas sociales generadas por la modernización y desarrollar una nueva conciencia como resultado de este proceso. Con el tiempo, estos grupos sociales demandan el derecho de participar en el sistema político, y este debe proporcionar los medios para su participación de manera que sea compatible con la continuidad del sistema, evitando conflictos violentos y secesiones.
En cuanto a las condiciones políticas que fomentan la innovación política en las sociedades en proceso de modernización, las pruebas sugieren que en sistemas más complejos, estas innovaciones se ven estimuladas por una distribución de poder que no es ni demasiado concentrada ni demasiado dispersa. Según la bibliografía sobre innovación en las organizaciones, se ha encontrado que la tasa de proposición de innovaciones está relacionada directamente con la diversidad de una organización, mientras que la tasa de adopción de esas innovaciones está inversamente relacionada con dicha diversidad.
La diversidad de una organización se refiere a la complejidad de su estructura de tareas y a su sistema de incentivos. En el contexto de los sistemas políticos a gran escala, la diversidad puede considerarse equivalente a la dispersión del poder. De acuerdo con esta perspectiva, la proposición de Wilson sugiere que un sistema político con un poder disperso tendrá muchas propuestas pero pocas posibilidades de adoptarlas, mientras que un sistema con un poder concentrado tendrá pocas propuestas pero una mayor capacidad de adopción.
Sin embargo, esta proposición no ofrece una indicación clara sobre el nivel de diversidad o sobre qué distribución del poder generará la tasa más alta de innovación, aparte de sugerir que esta tasa será más baja en los extremos (donde el poder está completamente concentrado o completamente disperso) que en el punto medio del continuo.
A partir de esta teoría, es posible identificar algunos requisitos que permitan relacionar la probabilidad de innovación con la distribución del poder. En el proceso de modernización política actual, se ha observado que la agenda de innovación es amplia. Resulta significativo notar que el poder estaba más disperso en los primeros países que se modernizaron, como Gran Bretaña, Europa del noroeste y Estados Unidos, en comparación con aquellos que se modernizaron más tarde. En las sociedades que se modernizaron posteriormente, no se requiere el mismo grado de diversidad o dispersión para desarrollar propuestas de innovaciones modernizadoras. De hecho, el único requisito mínimo es que al menos algunos grupos estén expuestos a las primeras modernizaciones de Occidente. En estas sociedades en proceso de modernización posterior, la proposición de innovaciones (en términos de promoción por parte de un grupo social importante en la sociedad) requiere menos diversidad organizativa y dispersión del poder que en las sociedades que se modernizaron inicialmente.
La incorporación de nuevos grupos al sistema político implica la expansión del poder en dicho sistema. Al igual que la riqueza en una economía, el poder en un sistema político existe en dos dimensiones, no en una sola. Puede expandirse o contraerse, y puede concentrarse o dispersarse. Según Parsons, el poder debe ser dividido o asignado, pero también debe ser producido, y cumple funciones tanto colectivas como distributivas. Es la capacidad de movilizar los recursos de la sociedad para lograr metas para las cuales existe o puede existir un compromiso general "público". Sobre todo, implica movilizar la acción de personas y grupos, obligándolos a actuar en virtud de su posición en la sociedad.
En términos más generales, el volumen de poder en una sociedad depende de la cantidad e intensidad de las relaciones de influencia que existen dentro de ella, es decir, de las relaciones en las que la acción de una persona o grupo provoca cambios en la acción de otra persona o grupo. Los sistemas políticos se diferencian tanto por la distribución del poder como por la acumulación del mismo. El aumento en la producción de riqueza depende de la industrialización, de manera similar, el aumento en la producción de poder depende de la asimilación de nuevos grupos en el sistema político. Los sistemas económicos difieren en su capacidad para aumentar su riqueza a través de la industrialización, es decir, en su receptividad hacia nuevas formas de actividad económica. De la misma manera, los sistemas políticos difieren en su capacidad para extender su poder a través de la asimilación, es decir, en su receptividad hacia nuevos tipos de grupos y recursos políticos. Los sistemas modernos se diferencian de los tradicionales en la proporción de poder que contienen, no en su distribución. Tanto en los sistemas modernos como en los tradicionales, el poder puede estar concentrado o disperso. Sin embargo, en los sistemas modernos, una mayor parte de la sociedad participa en relaciones de poder más amplias en comparación con lo que ocurre en los sistemas tradicionales.
El sistema moderno, en pocas palabras, posee más poder que el tradicional. Aquí se observa otra diferencia importante entre el enfoque comunista y el estadounidense con respecto al desarrollo político. Por lo general, los estadounidenses tienden a pensar en el poder en términos de suma cero: el aumento del poder de una persona o grupo va acompañado de la pérdida de otro u otros. En cambio, el enfoque comunista enfatiza el aspecto "colectivo" o expansible del poder. Este es algo que debe ser movilizado, desarrollado y organizado. Es necesario crearlo. El fracaso estadounidense en reconocerlo se refleja en los temores, expresados con frecuencia, de que los comunistas u otro grupo hostil "tomen" el poder en un país rezagado o en proceso de modernización. A veces, estas afirmaciones parecen insinuar que el poder está tirado en el suelo del Congreso y que un grupo de conspiradores podría infiltrarse y llevarse consigo el poder. No se entiende que la mayoría de estos países carecen de poder en sus respectivos sistemas políticos. Hay muy poco o ninguno que tomar, y es tan fácil perder el que existe como ganarlo. El problema no radica en tomar el poder, sino en generarlo, movilizar grupos hacia la política y organizar su participación en ella. Esto lleva tiempo y generalmente requiere lucha, y estos son precisamente los términos en los que las élites comunistas perciben el cambio político.
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