El podcast como medio ¿tibio?

Pontificia Universidad Católica de Chile

Facultad de Letras

Literatura y cine en la era digital

Profesor: Wolfgang Bongers

Estudiante: Rodrigo Cáceres

El podcast como medio ¿tibio?

        El pasado 30 de septiembre fue celebrado (o conmemorado para los puritanos) el día mundial del podcast. El podcast, como nuevo género de esparcimiento de información, ha tenido un inicio tan difuso y poco reconocido que definirle se vuelve una tarea bastante complicada.

Como podcaster aficionado que soy (el redactor puede acudir a su propia experiencia para la conformación del informe) doy fe que incluso los host o anfitriones, mis colegas, tienen dificultades para poner en palabras la naturaleza de su trabajo.

El comodín que ocupan los podcasters al momento de intentar definirse a ellos mismos o sus espacios es la constante comparación con el programa radial. Espacios como El sofá geek, administrado por el comunicador Wesley Bravo, o La ideología de Daruin, cuyo host es Darwin Recio, utilizan esta analogía no solo como definición, sino también como estructura de sus programas.

Si bien como fenómeno es relativamente nuevo, su existencia como nicho data ya de al menos 20 años. Cuando el programa de radie PFW in Progress no solo se transmitió como tal (cosa que reafirma su relación con tal género), sino que se dejó arriba en la web, disponible para descarga posterior (Prensario Ti Latin América). Práctica que, retroactivamente, lo convertiría en el primer podcast que existió como tal.

Sin embargo, la antigüedad del podcast no fue suficiente para alcanzar a entrar en el corpus de McLuhan al momento de escribir su mítico ensayo Entender los medios de comunicación. Por lo tanto, no es que se pueda acudir irreflexivamente al texto del autor para ubicar al podcast en alguna de sus categorías de medios.

¿Qué hacer entonces? La respuesta más simple sería ubicar al podcast dentro de la categoría de medios calientes, extendiendo la categoría en al que se abarca a la radio (McLuhan 44). En síntesis, los medios calientes se caracterizan por la fuerte densidad de información, por no favorecer la información, por ser cerrados y por inducir la pasividad.

Sin embargo, el podcast, al ser un medio que nace junto y a partir de la digitalidad y la globalización, no tiene una definición lo suficientemente estática como para que llamarle un medio caliente sea tan fácil como anotarlo en una tabla distributiva.

Tal como se adelantó más arriba, no existe todavía un consenso que se pueda llamar oficial para definirlo. Si bien son interesantes referentes latinoamericanos, Wesley Bravo y Darwin Recio están muy lejos de poder abarcar con sus definiciones la totalidad del corpus si quiera latinoamericano de podcasts.

Parte de lo anterior se explica por sus particulares dinámicas de grabación. Ambos, me consta, graban a través de Anchor, la misma plataforma que usan para su distribución. Si bien existe una forma de grabar en conjunto, la aplicación permite compartir un link para unirse a la grabación. El problema, justamente, es que ese link se limita a ser enviado a las personas y agrupaciones elegidas por los host.

Si todos los podcasts fueran grabados y distribuidos por Anchor no habría problema en inscribirlos dentro de los medios calientes, aún ignorando la poca explotada posibilidad de incluir mensajes grabados de los seguidores en las grabaciones. Pero no es el caso. En realidad, cualquier plataforma o aplicación de grabación es potencialmente un espacio en el que hacer o desarrollar un podcast, especialmente si se complementa con alguna aplicación de emisión y edición, como puede ser OBS studio.

OBS studio es una aplicación especialmente importante y popular entre los podcasters porque facilita la transmisión en vivo de estos podcast por Youtube, transmisiones que, como tales, se prestan a ser comentadas. Característica que McLuhan, sin duda, aplicaría a los medios fríos.

Una serie de características son aquellas con las que el autor describe a los medios fríos. En resumen, estos son los siguientes: disperso entre varios canales sensoriales, escasa densidad informativa, de naturaleza cerrada y con una dinámica de existencia que invitan a la participación e interacción con los receptores del medio (45).

El podcast, a pesar de ser distribuido por aplicaciones centradas en el consumo de audio, como Ivoox o Spotify, se ha demostrado que también admite el componente visual. Emblemático es el caso del podcast español PodcasScript, cuyo contenido bebe de los elementos paraverbales y no verbales de José Altozano y sus recurrente invitados, que enriquecen su estilo.

Esto al mismo tiempo que el programa peruano Radio Negro Music. Si bien tiene como tema principal la sexualidad, se da un espacio para hablar de temas poco o nada relacionados con el tema que convocó a su host a crearlo, contribuyendo a la falta de densidad informativa.

También es relevante mencionar el ejemplo de Vodka Naranja, programa chileno que se graba por Discord a través de un bot de grabación. Esto último es relevante porque además de compartir la característica dinámica y “dispersa” del ejemplo anterior, la naturaleza abierta de la aplicación permite que una muy buena cantidad de personas salgan al aire junto a las anfitrionas siempre y cuando entren en el servidor público que conforma su casa.

Que quede claro, pese a lo anterior, que no se desprecia ni se intenta rebatir grosso modo la sola idea de enlazar la tradición radiofónica con la actualidad del podcast. En El lenguaje de los nuevos medio de comunicación Lev Manovich comenta que:

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