El retorno de Ronald McDonald´s

Todo ocurrió en medio de una semana tormentosa para dos jóvenes estudiantes en la ciudad de Talca, donde abundaba el estrés y deseo por terminar el semestre de una vez por todas. El joven llamado Demian veía que Carla, su amiga, se hundía dramáticamente en la desesperación. Pensó de qué manera podía ayudarla, hasta que recordó que de pequeño cuando tenía angustia, sus padres lo llevaban por una hamburguesa. Así, a medida que fue creciendo creó su propia medicina en base a ello. Demian podía solucionar cualquier situación desagradable con una hamburguesa, pero no en cualquier lugar, sino que en McDonald´s, así que su increíble manera de ayudar a su amiga fue llevarla por su medicina, la dosis de energía y ánimo que nunca falla.

Cuando iban a una cuadra de McDonald´s se lograba sentir la medicina en el aire, la cara de ella según Demian ya se notaba distinta. Una vez adentro, esperando el pedido que el jóven creyó el indicado para ambos, pues él tampoco estaba libre del estrés que provoca un fin de semestre así que los ingredientes necesarios estaban en su pedido. Carla contaba sus experiencias con McDonald´s de pequeña, ya que siempre la llevaban ahí como premio por tener buenas notas y, en medio de ello nombran a Demian para que vaya por su pedido, por supuesto, eran Mcníficas con salsa barbecue, papas fritas y la infaltable Coca-Cola, ¿cómo podría Carla rechazarlas?, las vio y no lo hizo, por lo demás Demian disfrutaba, se podía apreciar en el brillo de sus ojos almendrados, pero ella interrumpió aquel éxtasis diciendo con una cara de asco e incomodidad -Que extraño, Me ardió el estómago con esto-. Él no podía creerlo, ¿pueden haber sido capaces de alterar las recetas de las hamburguesas?, si era así podía ser aceptable aquella denigración a McDonald´s, pero si no era el caso, Demian esperaba que ella no volviera a decir una cosa semejante, conocía perfectamente lo que se decía en el mundo de las comidas rápidas por blasfemias precisamente a McDonald´s.

Ya había cambiado el aire de tensión para Demian, pues había sido muy controversial para él aquella situación, así que había puesto sobre la mesa otro tema de conversación, yo hubiese esperado que hablaran de otro tema que no fuese la Universidad, pero era tanta la necesidad de desahogarse que su tema era un trabajo para la semana que estaba por llegar, porque sí, para un universitario, aunque fuese lunes la semana que venía ya estaba demasiado cerca. Todo iba bien, pero en el maravilloso privilegio de saborear la mejor hamburguesa del mundo vomita otro desgraciado insulto: ¿cambiaron el personaje que representa McDonald’s por ese mono? ¡que bello! Aquella torpe y estúpida estudiante había confundido al majestuoso Ronald McDonald por un repugnante personaje de una película que pronto pasaría al olvido, imposible de comparar. Demian se sintió como si algo entró en él y de una vez le dijo -Carla si sigues algo malo te pasará, se cumplirá lo que advierto si sigues- lo repitió dos veces para que ella notara la gravedad del asunto, no era cualquier cosa lo que podía pasar. Hubiese querido que esto terminara ahí pero no, casi al terminar la hamburguesa dice -Demian, la semana pasada comí en Kentucky y realmente estaba mejor, no me ardió el estómago, la hamburguesa estaba sabrosa, esto me deprimió más de lo que estaba, no pude recordar siquiera mi niñez. Al momento en que Carla termina de hablar, Demian de un de repente recuerda lo que le advirtió. Se notaba en su cara, estaba angustiado. Cómo podía ser tan tonta Carla, ¿será que el estrés la hizo volverse completamente loca? Porque realmente para desafiar este tipo de cosas hay que estarlo.

A miles de kilómetros de Talca un hombre se retorcía, su mente estaba desesperada, se sentía enfurecido y asombrado a la vez. Lo insólito era que no se retorcía en vida ni era cualquier persona, sino que el increíble Ronald McDonald´s desde su tumba en Estados Unidos. De alguna manera pudo escuchar todas las barbaridades de la chica y como era obvio fue terrible para él porque todo lo que hizo durante años una simple universitaria lo estaba pisando descabelladamente - ¿será que él estaba a punto de cumplir las profecías? - . Se sentó, que suerte que nadie lo vio, porque si alguien lo hizo definitivamente se debe haber vuelto loco al ver un muerto revivir, todos esos miedos que quizá superó de las películas más terroríficas en la niñez y adolescencia haciéndose realidad, definitivamente sería la peor pesadilla, o al menos así sería para mí. Al ponerse de pie sacudió su inconfundible traje amarillo con rayas rojas y blancas con olor a momentos preciados en un lugar lleno de sabores. Por supuesto también sacudió su cabello rojizo que tanto llama la atención. Caminó durante treinta minutos hacia la carretera donde tomaría rumbo a Chile, recogió en el camino un cartón y encontró en su bolsillo izquierdo un lápiz negro, escribió en letra mayúscula ‘’CHILE’’. Durante diez minutos estuvo con el dedo gordo meciéndolo de arriba a abajo cada vez que algún vehículo se acercaba, hasta que un auto pequeño se orilló y en español dijo: ¡Que suerte tienes!, me dirijo a Chile, vamos te llevo, cómo podría ignorar a un amigo payaso. Ahora viene lo increíble, ese personaje no era nada menos que, Chapulín, el hincha más fiel de la selección chilena, quien viaja donde sea que juegue su equipo, ya que, su sangre es totalmente chilena, corre por sus venas los colores de la bandera.

La vida de Chapulín ha girado desde siempre en torno a la selección por lo que no conoce a Ronald, así que no se le ocurre nada mejor que decirle- cuéntame, ¿Quién eres? ¿a qué te dedicas? Pobre Ronald otra persona lo humilla, porque así lo sentía y se entiende porque creyó haber sido una persona importante, ¿Qué pasó con su legado? Durante unos cuantos kilómetros se cuestionó que sucedía y logró entender la vida del hincha. Creo que en ese momento algo cambió en él, logro ser más consciente y estar preparado a un nuevo encuentro, no sería humillado nunca más, pues sería capaz de entender y dejar de lado su egocentrismo, creer que todos deben conocerlo, la vida había cambiado en los últimos años. Maduró una parte de él y simpatizó con Chapulín para contarle a qué se debía su viaje, asombrosamente él comprendió la situación de tal manera que Ronald le pidió que lo acompañase. Una vez en la frontera de Estados Unidos con México Ronald recuerda que no está vivo, por lo tanto, no tiene pasaporte, no podría cruzar ¿Qué haría? Él es muy bueno creando, por algo sus hamburguesas son las más deliciosas del mundo, así que ideó un plan, pero lamentablemente tendría que sacrificar a su único amigo desde que falleció. Se despide y cuando casi estaba por bajar del auto Chapulín le toca la espalda y dice -Ronald este trozo rojo que tengo en mis manos lo tengo desde hace siete años, lo tomé de entre unos escombros y entre tanto sufrimiento decidí tomarla sabiendo que era parte de mi bandera. Desde entonces la llevo y siempre me ayuda a llegar al lugar donde me dirijo, lo comprobé una vez cuando iba al mundial sin mi suerte colorada y no logré llegar a uno de los partidos en Brasil. Ronald ya me acompañó muchos años, ahora te la cedo con el afán de que logres llegar a mi tierra-. Ronald camina por la carretera descalzo, ya que por los años que llevaba enterrado sus zapatos amarillos se habían deteriorado.

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