El régimen de exoneración de impuestos, derechos de aduana para la libre importación de todo lo que necesitaran para el desarrollo de la industria
Enviado por aegfqgashsrha • 21 de Octubre de 2014 • Informe • 345 Palabras (2 Páginas) • 263 Visitas
Gozaron de un régimen de exoneración de impuestos de aduana para la libre importación de todo lo que necesitaran para el desarrollo de la industria. Al amparo de esta disposición traían cuanto les interesaba, desde alimentos, hasta juguetes para niños. El monto de tales exoneraciones llegó a ser de tal magnitud, que el propio Ministro de Fomento de la dictadura, el Dr. Gumersindo Torres, en 1930, planteaba la cuestión en los siguientes términos:
"...en Venezuela se han concedidos los más amplios favores a las compañías; los plazos más largos; los derechos más fijos y más amplios; el menor número de impuestos y los impuestos más reducidos que en ninguna legislación similar. Venezuela ha favorecido de modo excepcionalísimo a la industria con la exoneración de derechos de importación de maquinarías y útiles de la industria por toda la vida de la concesión...el monto de las exoneraciones asciende en diez años a la cantidad de Bs. 233.952.126,10. De la comparación de estos guarismos resulta el cálculo desconsolador de que habría sido preferible no cobrar impuesto alguno de explotación en cambio del pago de los derechos de aduana exonerados".
La clase obrera, que comenzó a formarse con la industria petrolera, quedó a merced de las compañías, sin legislación del trabajo y desasistida de toda protección social. Y víctima, además, de discriminación racial por parte de los patronos imperialistas.
"La discriminación racial fue traída a Venezuela por los empresarios petroleros. Los nativos no podían acercar a sus campamentos proconsulares. Grandes alambradas, guardadas por solícitos "guachimanes" indicaban la frontera de Venezuela con ese nuevo y poderoso país del Oro Negro. Situación que llegó hasta el límite de que ni siquiera las mujeres venezolanas casadas con norteamericanos, podían vivir en las residencias de los esposos."
A cambio de esta política de complacencias con las petroleras, Gómez contó desde el comienzo de su gobierno con el apoyo y la colaboración de las potencias extranjeras. Los gobiernos de Estados Unidos, Inglaterra, Holanda, Francia, Alemania, para quienes el Presidente Cipriano Castro había constituido un verdadero dolor de cabeza por su actitud nacionalista, se apresuraron a prestarle a Gómez
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