ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El sueño: repercusiones cognitivas, físicas y emocionales


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2019  •  Apuntes  •  2.445 Palabras (10 Páginas)  •  221 Visitas

Página 1 de 10

El sueño: repercusiones cognitivas, físicas y emocionales

¿Qué es el sueño?

El sueño es un proceso fisiológico y una necesidad biológica que permite la restauración de las funciones físicas y psicológicas del cuerpo, indispensables para el rendimiento. A pesar de que este tema ha sido investigado por muchas décadas, en la actualidad, el ser humano no ha logrado definirlo de manera precisa y aún queda mucho por estudiar. Algunos teóricos consideran su definición con base en la actividad cerebral que se presenta durante el mismo periodo y lo clasifican como un estado de disminución de la conciencia y decremento en la reactividad a los estímulos (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris & Magaña-Vázquez, 2013). También es fácilmente reversible, lo que indica que uno se puede despertar, en comparación con estados patológicos o relacionados a la enfermedad, como el coma. Es un estado de relajación muscular que puede llevar a la inmovilidad temporal (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris & Magaña-Vázquez, 2013) y es un periodo que se alterna con un estado de vigilia, en el cual la persona se encuentra despierta (Instituto Europeo del Sueño; Soto & Raúl, 2009).

La privación o disminución del sueño desencadena una serie de alteraciones fisiológicas y conductuales las cuales pueden provocar un impacto negativo en la vida física, emocional y social de la persona (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris & Magaña-Vázquez, 2013).

Durante el sueño se pasa por cinco etapas en las cuales las ondas eléctricas cerebrales cambian. Estas cinco etapas se dividen en dos, el sueño No MOR (sin movimientos oculares rápidos), que se divide en las etapas I, II, III y IV y el sueño MOR (movimientos oculares rápidos), o bien, la etapa V del sueño (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris & Magaña-Vázquez, 2013). Un ciclo completo dura aproximadamente entre 90 y 110 minutos y por lo general, una persona cumple con entre cuatro y siete ciclos a lo largo de la noche, equivalente a entre 6 y 10 horas por noche. La Etapa I es en la que comienza el proceso de relajación y la persona comienza a quedarse dormida. Es común experimentar la sensación de estarse cayendo o de tener movimientos musculares abruptos y el movimiento ocular es lento. En la Etapa II el tono muscular se relaja aún más, el movimiento ocular se detiene y las ondas cerebrales se vuelven más lentas. La Etapa III se caracteriza por ser la etapa en la que el cuerpo comienza a descansar y es durante esta etapa en la que predominan algunos de los trastornos del sueño como los terrores nocturnos y el sonambulismo, entre otros. En la Etapa IV la persona se encuentra profundamente dormida y es difícil despertarla. Y por último la Etapa V que pertenece al sueño  MOR es la etapa en la que tenemos ensoñaciones o comúnmente conocidos como sueños. Estos se presentan como experiencias de percepción audiovisual en forma de historias y si la persona se despierta durante esta corta etapa es capaz de recordar lo soñado (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris & Magaña-Vázquez, 2013). Asimismo, el tono muscular en la Etapa V se encuentra totalmente relajado, por lo que no podemos simular de manera literal y con el cuerpo lo que pasa en el sueño, por ejemplo, gritar (Instituto Europeo del Sueño).

Estudios demuestran que existen cambios fisiológicos en el organismo durante el sueño que no ocurren o que pasan de diferente manera durante la vigilia. Algunos de los cambios fisiológicos que se observan durante el sueño son alteraciones en la actividad cardiovascular como la presión arterial, la frecuencia cardiaca y respiratoria. También el cuerpo pasa por cambios en la temperatura corporal, procesos renales como la disminución de la producción de orina e incluso algunas funciones se ven aumentadas como la producción de la hormona de crecimiento y la reparación celular, entre otros.

Y ahora, ¿para qué necesitamos dormir?

El sueño tiene como principal objetivo la restauración de funciones fisiológicas, psicológicas y cognitivas del cuerpo. Se conoce que en las etapas no REM, el sueño principalmente se encarga de restaurar tejidos corporales, así como de conservar y recuperar energía. Durante la etapa REM, el sueño se encarga principalmente de permitir procesos de la reparación cerebral que involucra el almacenamiento de recuerdos importantes, la eliminación y el olvido de recuerdos que no son importantes para el individuo, la reorganización neuronal y la consolidación de la memoria (proceso mediante el cual la información de corto plazo se retiene y se convierte en información de largo plazo (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris & Magaña-Vázquez, 2013). Por consiguiente, el sueño fomenta el aprendizaje y la consolidación de la información recibida durante la etapa de vigilia y es un indicador indispensable para la salud y las capacidades cognitivas del organismo.

¿Cómo y por qué se pierde el sueño?

Existen diversas maneras en las que las personas pierden el sueño, primero está la privación del sueño, que es cuando el sueño se suspende totalmente por un periodo mayor a 24 horas. Segundo, está la restricción del sueño, que es la disminución del tiempo habitual del sueño o de lo requerido por noche. Y, por último, está la fragmentación del sueño, que es la interrupción repetida del sueño (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris & Magaña-Vázquez, 2013). La fragmentación del sueño puede deberse múltiples factores. Uno de los más comunes es la apnea del sueño, que es cuando la respiración se detiene y comienza nuevamente múltiples veces durante la noche y se producen sonidos de ronquido.

¿Qué pasa cuando existe la privación, restricción o la fragmentación de sueño?

La privación, restricción o la fragmentación del sueño desencadenan una serie de alteraciones fisiológicas y conductuales las cuales tienen un impacto negativo en la vida física, emocional y social de la persona (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris & Magaña-Vázquez, 2013).

Algunas de las afecciones cognitivas que se producen principalmente por la falta de sueño son la inestabilidad de la atención y el aumento de errores, el enlentecimiento cognitivo, la prolongación del tiempo de reacción ante un estímulo o situación, afección que se relaciona al aumento de probabilidades de sufrir accidentes laborales y automovilísticos (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris & Magaña-Vázquez, 2013; Instituto del Sueño). También se conoce que existe una disminución de la memoria de corto y de largo plazo, que hay un decremento en el aprendizaje, y aumentan las probabilidades de llevar a cabo la toma de decisiones arriesgadas, el desempeño en la realización de tareas de larga duración disminuye, se presentan alteraciones de la capacidad de juicio, la autovigilancia y la autocrítica también se ven afectadas, se experimenta fatiga excesiva e incluso se presentan “microsueños” involuntarios durante periodos de vigilia (Carrillo-Mora, Ramírez-Peris & Magaña-Vázquez, 2013). Por consiguiente, funciones indispensables para la realización de actividades cotidianas se ven impactadas negativamente por la falta de sueño.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (16 Kb) pdf (99 Kb) docx (13 Kb)
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com