El territorio y la intervención en problemáticas sociales complejas
Enviado por Claudio Ríos • 17 de Abril de 2020 • Apuntes • 5.469 Palabras (22 Páginas) • 190 Visitas
El territorio y la intervención en problemáticas sociales complejas
Territorio: algunas conceptualizaciones.
El territorio no es solamente una porción de tierra delimitada con su complejidad biofísica (relieve, condiciones ambientales, biodiversidad) sino que es sobre todo, un espacio construido socialmente, es decir, histórica, económica, social, cultural y políticamente.
El territorio es un lugar de variada escala –micro, meso, macro- donde actores públicos y privados, ponen en marcha procesos complejos de interacción, según instancias de un proceso de organización territorial en particulares acontecimientos -en tiempo-espacio- y con diversos grados de inserción en las relaciones de poder local-meso-globales. Es decir el territorio se está redefiniendo siempre.
Para entender cada territorio será necesario -en alguna medida indagar y conocer:
- Cada medio geográfico, lo natural y lo artificial hibridado en técnicas.
- Sus sistemas de objetos y sus sistemas de acciones más significativos.
- Sus principales acontecimientos en proceso en tiempo y espacio.
- La articulación entre lo local, lo meso y lo global que con sus verticalidades y horizontalidades entreteje el poder en cada territorio.
- Los actores públicos, privados que en sus aconteceres homólogos, jerárquicos y complementarios producen cooperación y conflicto.
La presencia y articulación variable de estos cinco ejes de análisis, estaría permitiendo explicar un territorio.
Entender el territorio supone describirlo, interpretarlo y explicarlo mediante la co-construcción de saberes científicos y de otros saberes.
Quienes entiendan el territorio, quienes puedan hacerlo más inteligible, estarán en mejores condiciones de intervenir, de gestionar, de contribuir a desarrollarlo, a transformarlo, a ser más inteligentes con su territorio.
Hablar de territorio va más allá del espacio de soberanía estatal o de una circunscripción político-administrativa al interior de la entidad política.
Su configuración, que incluye lo anterior, se refiere especialmente a la forma en que están dispuestos y relacionados complejamente los elementos constitutivos del territorio, así como a la relación de éste con otros territorios.
Si bien el territorio cuenta con una base constituida por el espacio geográfico o por delimitaciones políticas como la del Estado, es un resultado de relaciones sociales y de relaciones entre procesos sociales y procesos naturales, entre lógicas, dinámicas, fenómenos, hechos, con tiempos diferenciados y espacialidades particulares.
La configuración territorial está dada por el conjunto formado por los sistemas naturales existentes en un territorio, y por los agregados que los hombres sobreponen a estos sistemas naturales. La configuración territorial, por lo tanto tiene una existencia material propia, pero su existencia, solamente está dada por el hecho de las relaciones.
El territorio es una red, un tejido que articula componentes físicos, procesos ecológicos y procesos sociales históricos que delinean su configuración en tanto forma sistémica peculiar asociada a la disposición pero también a relaciones de dependencia, proximidad, propiedad, información, etc. Es un contenedor y un escenario de procesos y dinámicas ecológicas, poblacionales, relaciones de poder interconectadas con el contexto inmediato y mediato. Más allá de alguna delimitación que pueda hacerse, el territorio es un ámbito donde se desarrollan espacios, relaciones y determinantes que combinan los impactos del proceso local, nacional y global, de lo urbano y lo rural.
La Territorialidad la entendemos como una combinación de espacialidades determinantes en la definición de un territorio.
Una territorialidad está construida por relaciones, representaciones, eventos y mitos, definida por los movimientos poblacionales. La misma está construida por la concentración y desarrollo de actividades económicas. Es decir, resulta de la valorización producida por la intervención activa de diferentes actores sobre el territorio, para mejorarlo, transformarlo o enriquecerlo, como son los procesos sociales de territorialización.
Entre los elementos que nos permiten una mejor comprensión del territorio, se hace necesario entender la dimensión social que lo constituye. Esta dimensión se refiere a las relaciones que establecen y las acciones que realizan los grupos sociales en general en el proceso de organización, apropiación y construcción del territorio.
Un elemento de primer orden a considerar para entender el territorio desde la dimensión social es su configuración en tanto concreción de la formación social, especialmente referida a la estructuración de clases sociales, grupos, pueblos, redes e instituciones sociales, la cual, históricamente, es el resultado de relaciones económicas, de procesos de poblamiento y desplazamiento, repartimiento, construcción de identidades y conflictos. Esta configuración social muestra una presencia, dinámica y proceso que se expresan en la apropiación y construcción del territorio.
El territorio, entonces, es una construcción social realizada por sujetos, grupos de interés e instituciones sociales que se expresan como formas de organización social, redes y tejidos sociales, formas de acción colectiva, que inclusive se articulan en la escala regional y nacional con cohesiones y conflictos, con solidaridades territoriales y trans-territoriales, con relaciones convergentes y divergentes que despliegan en la cotidianidad sus paradigmas, saberes y sentidos comunes, experiencias de vida y racionalidades. Su conciencia sobre el estar ahí y sentirse parte del lugar; sus concepciones y discursos, capacidades, intereses, actitudes al cambio, agendas y proyectos de desarrollo; sus mecanismos de información y comunicación que expresan reivindicaciones y demandas, sus sueños y aspiraciones, que en su relación en y con el territorio –especialmente tratándose del territorio histórico, ocupado ancestralmente–, constituyen contenidos a partir de los cuales el territorio es construido, apropiado y transformado.
Territorio y poder:
El Estado ha sido el principal configurador del territorio. Esto ha sido así en los ámbitos jurídico, político, administrativo y, en buena medida, el económico, ya que el mismo tiene como objeto de su ejercicio de poder al territorio.
El territorio así entendido se configuró a partir de dinámicas marcadas por el proceso de conformación del Estado-nacional, entre las cuales se encuentra: la desestructuración de poderes y reivindicaciones regionales que atentaban contra éste.
Pero puede afirmarse que el control diferencial de los medios de producción define en buena medida la distribución y ejercicio del poder y la capacidad de formular y llevar a cabo decisiones en función de determinados intereses referidos al territorio.
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