El transhumanismo, la posmodernidad y la participacion social
Enviado por froggyme94 • 7 de Julio de 2018 • Ensayo • 1.227 Palabras (5 Páginas) • 124 Visitas
El transhumanismo, posmodernidad y la participación social.
Los tres temas que me parecieron de mayor importancia a lo largo de esta materia fueron el transhumanismo, la posmodernidad y la importancia de la participación social en el mundo en el que vivimos.
Quisiera comenzar con uno de los temas que me pareció más importante dentro de los 3 temas seleccionados: el transhumanismo. Este considera ciertos aspectos de la condición humana, “como la minusvalía, el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento o la muerte como inútiles e indeseables e incluso afirma que estos son superables gracias al movimiento tecnológico que defiende. Las creencias de movimientos como este van de la mano con muchos poderes económicos y políticos. Para ellos la prosperidad y el futuro económico del mundo depende y está sujeto a la innovación tecnológica y debemos de poner todas nuestras fuerza para explotarla a su mayor potencial. El siglo XX se ha caracterizado por un auge tecnológico pero es ahí donde no estoy de acuerdo.
Nos estamos convirtiendo dependientes de la tecnología, hasta un punto donde podemos reemplazar una interacción humana con la de una máquina. Entiendo que la tecnología tiene la capacidad de mejorar muchos males para la humanidad pero yo soy de la idea de que debe existir una línea media entre emplear la tecnología y perder nuestra humanidad. El transhumanismo tiene muchísimos puntos a favor, al final del día lo que busca es mejorar la calidad de vida pero si considero que debemos hacerlo con los fundamentos necesarios para que ayude más que perjudique. El mundo en el que vivimos está avanzando a un ritmo rapidísimo pero en ocasiones pareciera que estamos avanzando sin rumbo, depositando nuestras esperanzas en cosas que aún no tenemos. Estamos en un constante cambio y esto ocasiona que cada vez sea más difícil echar raíces y mantenerse estable. Vivimos en una constante necesidad de “actualizarnos”, estar al día. Desechamos y adquirimos cosas de manera compulsiva y nuestras mayores posesiones son las materiales.
Todas estas son características de la posmodernidad y de llamada vida líquida donde la velocidad reemplaza la duración y las novedades tiran a un lado a la tradición. Queremos todo rápido y fugaz. Como Zygmunt Bauman decía: la vida líquida se caracteriza por una sociedad donde todo es líquido, se desvanece. El amor no dura ni tampoco lo miedos. Las condiciones de vida y de acción y las estrategias de respuesta se modifican con tanta rapidez que no pueden consolidarse ni traducirse en hábitos y costumbres.
Estamos viviendo en una cultura de desenganche, se nos está olvidando la reflexión y la educación del pensamiento. ¿En donde quedo esa sed del saber de tiempos pasados? La idea de vivir en un mundo sin convicciones firmes, con puras opiniones que pueden cambiarse al mejor postor me aterra.Cada vez encontramos menos persona que estarían dispuestas a dar su vida por lo que creen, que no tienen miedo a ir contra corriente. Se nos están olvidando las historias de tantos mártires y las reemplazamos por personas que alcanzan la fama por subir un video a internet. Todo es rápido, todo pasa.
El hecho de tener a tanta gente con estatus de celebridad por cuestiones tan mundanas como un video en YouTube nos da mucho de qué pensar pero lo peor de todo no es eso. Para mi lo peor de todo es que hay personas que viven para esto, hay personas que no se toman la molestia de pensar a donde estamos avanzando como humanidad y a dónde queremos llegar. Tampoco estoy argumentando que todo es malo y que deberíamos de parar, para nada. Lo que quiero dar a entender es que todo en moderación está bien. El actualizarnos y estar al tanto de lo que ocurre en nuestro mundo es maravilloso y sirve pero si pienso que no deberíamos perdernos con la cantidad de información innecesaria que podemos llegar a recibir en un solo día.Dudo que estas reflexiones de los diversos autores dejen a alguien en estado de indiferencia, digamos algo o no, si dan mucho de qué pensar. Por lo menos a mi me han dado un punto de partida para mi vida profesional y esto me lleva al último tema que quiero tocar.
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