El triunfo de los entusiasmos
Enviado por Eugenio Medina Ramirez • 3 de Septiembre de 2019 • Ensayo • 1.785 Palabras (8 Páginas) • 120 Visitas
EL TRIUNFO DE LOS ENTUSIASMOS
Advertencia. Las dos primeras páginas son hondamente depresivas pues nos muestran, desnudos y sin ningún velo de mentira o simulación, lo que somos y hacemos y lo que es el mundo. Las otras dos páginas contienen prendidos entusiasmos, logros y felices resultados. Por ello le recomiendo pasar páginas delante.
Quejas y lamentos de la tan triste condición económica para casi todos, no dejan de escucharse. Se tilda de loco a cualquiera con una chispa de alegría o algún descarado entusiasmo. Por igual muchos piensan en lo locura del presidente vecino. Los con mentalidad infantil sólo quieren escuchar bonitas historias y agradables relatos. Con la verdad y con la realidad, nada quieren.
Tenemos dos muy pesados antecedentes para no haber logrado despegar de una condición de conquista, esclavitud, y aplastamiento, hacia un ascenso como tenemos tantos ejemplos hacia tal logro. No tenemos camino a la libertad, hacia un luminoso destino ascendente, de riqueza, prosperidad y grandeza. Hay para muchos una empobrecida sub mediocridad, terrible para tantos y lo peor, su aceptante resignación. Primero se aplastó a una cultura y esa guerra a sangre y fuego se agregó la biológica con las infecciones. La viruela fue la que nos derrotó. Segundo el tratado de Bucareli entre Álvaro Obregón y los Estados Unidos, para reconocerlo como presidente: a cambio no permitiría el gobierno ningún avance científico ni tecnológico de su gente. Por ello vea cómo todo es importado o, elaborado acá por compañías extranjeras, y dije todo.
El empobrecimiento mundial, la crisis financiera o faltante en dinero ya nos alcanzó y comanda la apagada situación del comercio, pocas ventas que derivan a una condición mental donde abundan: irritabilidades, intolerancias, agresiones y violencias. El peor infierno, acaece dentro de casa, ella pidiendo más y aquel imposibilitado para darlo. No importa si ambos trabajan, la condición de la gente se ha empobrecido. Nada incita a la delincuencia como lo hace la pobreza.
El ambiente hogareño prosigue siendo el peor de todos y es donde se incuba todo para la retorcida mente de la gente. Por ello, entre los jóvenes, las ganas de casarse se han desvanecido, pues no quieren saber nada de tan candentes infiernos. Las intenciones de volverse a casar, imposibles. Ahora ellos y ellas deben rascarse son sus mismas proletarias sucias uñas y vivir, mejor solos que muy mal acompañados. Se dice que las jóvenes y mayores divorciadas o viudas rejuvenecen, es posible y creíble ese fresco suceso.
Pulula el depresivo, apagado y empobrecido ejemplo. La raquítica situación es la lógica consecuencia de una ignorancia aceptada y transferida de abuelos a hijos y nietos. Eso de enviar a los hijos a la escuela no ha sido motivo para generar riqueza humana. Pero mucha gente ignora qué es lo que más nos falta, urgente y necesitamos: preparar buenas cabezas. Por allí no falta uno u otro disidente a las miserias y que se pone decidido y entusiasmado a leer y aprender, lamentablemente son muy pocos.
Ni siquiera disponen de información y sin ella, sin análisis y sin razonamientos ni intelecto, no se pueden obtener lúcidas conclusiones y, no y no y no se intenta alguna mejora. Ni al menos saben por qué eso les sucede ni por qué sucedió e ignoran lo que inminente va a suceder. Conocer la historia esparce mucha luz.
¿Por qué no triunfa el amor, los placeres y la dicha al gozar tanto gozable que hay por el mundo y preciso para eso tan placentero? ¿Por qué somos tan incompetentes para generar riqueza, seguridad, amor, tranquilidad y bienestar con un futuro que tiene todo, incluso ya pagados los gastos funerarios? ¿Por qué no tenemos para dar y lamentablemente andamos pidiendo y aceptando un cúmulo de humillaciones a cambio de algo para comer? ¿Qué nos mantiene en tal miseria?
Pues nuestra oscura, apagada e ignorante cabeza.
Se quejan los médicos de la epidemia y pandemia en salud ante la ausencia de pacientes. Muchos galenos se han quejado desde siempre. Pero ahora escuchamos la amarga queja hasta de las enfermeras. Dicen: “ni quien venga a inyectarse”. Estamos en el año de la resistencia y no veo de dónde podrían asirse para que la caudalosa corriente del miserable desorden no los arrastre.
Nuestro mayor tesoro lo suponíamos con los niños y jóvenes. Se reproduce la gente con un desenfreno alarmante mortal. Los veo numerosos en la calle pidiendo caridad y eso crece semana a semana. Es una secuencia de dos limosneros nacerán decenas de ellos ¿Y qué hay para ellos? Una vida infeliz, desgraciada y violenta. Hay con ellos abundante material para organizar una y mil delincuencias. Siempre han esperado que todo lo haga su gobierno, que les promete y no cumple, el darles; tristemente no sucede. De eso obsequioso nada. ¿Y qué pueden hacer ustedes mismos por un cambio ascendente, urgente? Su pensar les dice que la opción únicamente consiste en cambiar al gobierno. Eso no resolverá nada pues nunca lo ha logrado, siempre otro "paisasno" los gobernará y ni saben quién ordena, manda y dirige realmente en este conquistado país.
Lo he repetido incontable veces. México sólo tiene un problema, la ignorancia de su gente y lo terrible derivado de tanta oscuridad
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