El uso de la televisión: Investigación de David Morley

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El uso de la televisión: Investigación de David Morley

La televisión como medio de comunicación, como medio de entretenimiento, como escape a una realidad, como formador de ideas, etc. Ha sido consumida por años en el seno de la familia después de que dejara de ser únicamente para clases altas. David Morley, atiende el uso de la televisión tomándole importancia al contexto familiar (que es completamente diferente al de un entorno público) y también, con base a dos estudios: Nationwide y Family television, en donde hubo en el primero, más bien una postura política e ideológica; ahora analiza este consumo desde el hogar y la familia.

En su obra “Televisión, audiencias y estudios culturales” nos presenta una investigación cualitativa donde el grupo de análisis cumplió ciertas características: 18 familias entrevistadas en sus hogares en la primavera de 1985 al sur de Londres, integradas por dos adultos con hijos menores a 18 años, de características raciales blancas, en un contexto urbano con una posición social media baja y obrera que tenía cierta estabilidad.  

Para realizar este trabajo, Morley primero que nada nos presenta sus argumentos, afirmando que el entorno familiar es su hábitat natural, aquel donde se revela la verdadera identidad del sujeto, y eso es sumamente importante para la elección de programas, horarios, gustos, críticas y demás cuestiones referentes a la televisión. Una persona puede analizar de manera distinta un mismo programa en diferentes sitios que tendrán que ver con la oposición, prestigio, ideología, u otros factores que el televidente quiera reflejar.

A partir de la idea de que “ver televisión” es algo, que a diferencia del cine, ocurre de modo privado y en el hogar, el autor arroja los puntos esenciales que vulneran esta acción; pero dentro de estas hay algo que parte en dos la investigación (aún más fuerte que la cultura o contexto social): el género, ya que consumir dicho aparato tiene que ver con el rol que asume tanto hombre como mujer. Por un lado el hogar para el hombre puede verse como un lugar de ocio comparado a lo que realiza fuera de casa: trabajar para el sustento económico, mientras que para la mujer es precisamente lo contrario, el lugar de trabajo.

Lo anterior, no estoy segura de que tenga la misma vigencia, han pasado treinta años desde aquella investigación (aunque eso lo planteare más adelante), sin embargo presuponía una especie de reglas que desde hace años estaban establecidas en el seno familiar y que regulaban la manera en como consumían el aparato televisivo.

El enfoque de las preguntas que realizo Morley buscaban la variable o constante en lo siguiente, pero también presenta el enfoque psicoanalítico propuesto por Donal en 1989 para abrir una discusión desde otra perspectiva. Veamos las variantes resultado de Morley y la mirada psicoanalista:

Poder control y elección de programas: El control sobre lo que se ve o no lo domina el hombre, esto se refleja aún más si se tiene en casa control remoto ya que es él quien siempre lo tiene a pesar de haga zapping pero que además tiene una posición simbólica ya que el brazo del sillón corresponde al papá, y sobre él descansa también el control remoto.

El hecho de que él posea el dominio de los canales y programas, tiene que ver también con su papel de proveedor, de lo contrario esta pauta puede modificarse.

(Perspectiva de Donal: Tener el mando del control remoto, no puede simbolizar precisamente un poder, sino un temor a perderlo y por lo tanto estar en una constante lucha por el)

Estilos de mirar televisión:  Los hombres atienden esta acción en silencio y centrados en esa sola actividad ante el temor de perder un instante con relevancia, mientras que en las mujeres es totalmente común que mientras ven televisión realicen otra actividad ya que mientras escuchan todo lo que pasa levantan ocasionalmente la mirada en sucesos importantes.

Por ejemplo, quizá disfrutan más y se elimina el placer culposo si se deshebra pollo y ve televisión, pues una actividad se centra en las manos y no se descuida, además de que se mantiene la vista en el aparato, pero también a menudo ocurre que se barre o trapea y solo hay una pausa cuando algo importante ha ocurrido o llama la atención.

(Perspectiva de Donal: El que ellas hagan dobles actividades, puede relacionarse con su grado de compromiso con su feminidad, qué es ser servicial y desinteresada, entonces para no sentirse culpables, realizan otra cosa a la par)

Prácticas planificadas y no planificadas de mirar televisión: Mientras las mujeres de alguna manera ya conocen la programación, no le toman importancia a ver tal o cual programa en cierta hora (excepto si se trata de la serie favorita). En cambio los hombre se toman incluso la dedicación de comprar el periódico y observar la programación para planificar lo que vera al llegar a casa o el fin de semana e incluso grabarlos; de modo que si había dos programas que le interesaran a la misma hora, calculaba incluso la cinta de la que disponía para ver cuál grababa y cual disfrutaba más.

(Perspectiva de Donal: El miedo del hombre a lo espontáneo y repentino puede reflejarse en este punto ya que asocian ambas características a la feminidad)

Temas de conversación en torno a “ver televisión”: El hombre relaciona estos temas con la falta de masculinidad, es decir, ellos suelen ver programas deportivos o noticias pero regularmente no hablan de la televisión con otras personas. Pasa lo contrario con la mujer, ya que gusta de debatir, predecir, ilustrar, argumentar y defender lo que pasó o no en los programas que ve en su hogar.

El que las mujeres lo hagan con frecuencia y el hombre no, se puede explicar de alguna manera por la respuesta de una entrevistada en el trabajo de Morley: ocurre ya que las únicas actividades que ellas hacen son atender los niños y el hogar y ver televisión, así que son esos sus temas de conversación e incluso sirve como punto de partida para entablar conversación para alguien recién conocido pero aun cuando la mujer trabaje, éste sigue siendo un tema muy presente. Así que, hablar de televisión se le ha relacionado con la feminidad.

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